Capítulo 21

1.5K 161 13
                                    

El puerto de Maracaibo era grande, lleno de gente y con una extraña viveza que parecía sacada de una novela de ficción. Las mujeres, los hombres y los niños iban en todas las direcciones hasta que se perdían de vista por el gran tumulto. Desde proa podía ver todo lo que era el movimiento del puerto pero desde lejos porque, según lo que me había dicho David, el segundo al mando, no entraríamos en el puerto por seguridad a la guardia.

Por lo que me han contado David y Derek, hace tiempo el puerto era parte del imperio británico tras ser de un breve tiempo de España y ser recuperada, por lo que había habido varios ataques hasta que, finalmente hubo un saqueo por parte de estos en los que todo poder político fue suprimido. No quiero ni pensar lo que tuvo que vivir este pueblo, pero estoy de acuerdo con David que, por nuestra seguridad, debíamos mantenernos al margen de todo.

Llegamos casi al mediodía, cuando todo estaba en pleno furor. Derek me cogía la mano con fuerza mientras daba saltitos de la emoción, mientras que David, cruzado de brazos, me observaba con el ceño fruncido. No había visto a Reagan en toda la mañana, así que no sabría decir qué era lo que estaba haciendo o cómo estaba. Continué mirando el puerto, como si estuviera buscando algo en concreto, pero realmente yo no sabía nada de lo que habíamos venido a hacer y no creo que un niño lo sepa, mucho menos que el segundo al mando me lo vaya a decir.

Sentí un toque en mi brazo y encontré a Jack. Hundí el entrecejo sin saber qué hacía fuera de su cueva, ya que no solía salir casi nada a excepción de alguna que otra cena que había entre toda la tripulación y a la que ni siquiera el capitán se dignaba a aparecer por estar cenando con su hijo. Solté la mano de Derek y me acerqué a Jack de forma lenta, confusa por lo que quisiera decirme.

—Pensé que no ibas a salir hoy tampoco – susurré cruzando mis brazos sobre mi pecho.

—No puedes aparecer en un puerto lleno de piratas y criminales con ese aspecto – comentó señalándome entera. Miré mi ropa, no tenía nada de malo y tampoco es que tuviera muchas opciones con las que andar.

—Si tienes una propuesta mejor... – dije arqueando una ceja.

—¿Sabes que te ves más peligrosa cuando sonríes y haces eso con la ceja? – repetí mi acción y Jack comenzó a carcajearse mientras me guiaba hacia el interior del barco de nuevo – Ay, pequeña Caris... cuando Reagan me habló de ti no me imaginaba esto – murmuró más para si. Quise pensar que se refería a cuando llegué al barco, pero no quise hacerme ninguna ilusión sobre aquel extraño comentario, así que me hice la tonta.

—¿Qué pasa? ¿Tienes pensado bajar al puerto? – pregunté dejándome guiar.

—Oh, pues claro, zanahoria. Tengo que reponer las provisiones – me guiñó un ojo y me llevó a la cocina. Odiaba que me llamara zanahoria, pues mi cabello no era de ese color tan intenso – Toma esto – me dio un vestido de color amarillo desgastado, con detalles verdes y unos zapatos para poder pasar desapercibida – Era de mi mujer, pero le quedó pequeño. Pensaba venderlo pero... me ha servido para dártelo a ti, pequeña – sonreí y le abracé mientras Jack me envolvía on sus brazos.

—Gracias, Jack – le di un beso en la mejilla y me separé cogiendo las prendas – ¿Podría acompañarte a hacer la compra? – pregunté abrazando las prendas.

—Por supuesto, pequeña. Las damitas no deben estar encerradas todo el día – asentí, le volví a abrazar y corrí al cuarto que compartía con Derek para cambiarme. No tardé demasiado, solamente tuve que quitarme la camisa y ponerme el camisón y el vestido. Me dejé los pantalones (que me llegaban por las rodillas) y me puse los zapatos antes de hacerme algún recogido para que no me molestase el pelo.

Salí, cerciorándome de que no había nadie que me pudiese ver y bajé a los calabozos. Estos días había estado bajando cuando nadie me veía para darle comida y pasar con él unos minutos. Hoy debía dejarle la puerta libre para que escapara sin ser visto. Atravesé el pasillo y las escaleras en completo silencio y abrí la puerta de los barrotes antes de abrazar a Jonathan y besarle la frente.

—Está será la última vez que nos veamos – él acarició el dorso de mi mano y después mi mejilla con suavidad – Ten cuidado Jonathan, por favor... me estoy arriesgando mucho por ayudarte y no quiero que mueras después por mi culpa – susurré en broma.

—Créeme que te agradezco todo esto – llevé mis manos a su cintura y le volví a abrazar – A pesar de que creas que perteneces a este mundo, eres mejor que ellos – susurró mirándome con súplica.

—Esta es mi vida ahora, John – bajé la mirada y negué, separándome poco a poco – Necesito que te vayas hoy – me volví hacia la salida y comencé a marcharme.

—¡Espera! – me detuve unos segundos y me giré hacia Jonathan – Caris... ven conmigo – negué girando la cabeza – Eres importante para mí, ¿no lo entiendes? – comencé a caminar directa a la salida – Si no lo haces te denunciaré a las autoridades.

Me detuve abruptamente antes de mirarle con una sonrisa ladeada y me cruzarme de brazos.

—No lo harás – contesté, irguiendo la espalda con lentitud – Si lo haces jamás volverás a verme o a saber de mí – avancé unos pasos hacia él – Te perseguiremos hasta el fin del mundo y te arrepentirás de hacerlo – alcé la barbilla con altanería – Espero haberme explicado bien – Jonathan apretó la mandíbula con fuerza y asintió lentamente antes de que me fuera definitivamente – Te deseo una buena vida, John.

Esa fue la ultima vez que le vi...

N/A: Hola hola hola! Siento haber tardado, es que estoy pasando por un problema sentimental y me ha costado la vida terminar este capítulo. Espero que les guste, besos!!!

One more pirateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora