"Inalcanzable, cual brillante Luna... Eso eres para mi... No soy digno de ti... A un sapo como yo, un príncipe como tu nunca amaría."
En la apacible tarde, la triste y melancólica melodía de aquel sapo cantor, fue interrumpida por el crujir de unas ramas. Silenció su canto y fijo su vista en dirección del intruso, un chico moribundo de cabello blanco y ojos cubiertos, yacía débil e inconsciente a la orilla de aquel estanque. Preocupado el sapo lentamente, bajo de su roca y camino a paso lento hacia donde se encontraba el chico moribundo.
_¿Que significa esto, madre?- pregunto en un susurro.
_Querido mio... Por favor ayuda a tu hermano... Se encuentra débil, y temo que sin tu ayuda morirá.- respondí, materializando mi figura humana frente al sapo, y acercándome para tomar en brazos a mi pequeño Aysel, mientras Lua, mi hijo menor, quien fuera gemelo de Aysel se incorporaba a mi lado para preguntarme.
_¿Que le sucedió?
_Un cañón golpeo su pecho, ácido cayó en sus ojos, y tomo la enfermedad de un príncipe ciego.- respondí mirándole a los ojos. _Ayudalo... Por favor, hijo mio. Ayuda a tu hermano a sobrevivir.
Lua era exactamente igual a su hermano, con una sola diferencia, los ojos de Lua eran como los míos, azul esmeralda con destellos azul rey, como el agua del estanque en el que nos encontrábamos, en cambio los de Aysel eran rosa claro con destellos escarlatas, como el cielo de una tarde de Vailor, iguales a los de su padre.
_De acuerdo... Pero necesitare paz para hacerlo... ¿Podrías mantener a toda criatura alejada hasta que termine, madre?- asentí satisfecha, y deje a mi hijo mayor en manos de su hermano pequeño, estoy segura de que Lua lo ayudara.
Al igual que Aysel, Lua tiene el poder de la sanación, pero no en sí mismo, si no en los demás, él puede sanar cualquier mal o enfermedad con el agua de aquel estanque, el estanque de los sapos cantores, aquel en donde se creció toda su vida con su madre, la guardiana de los bosques de Vailor.
Se preguntaran, ¿Por que si son mis hijos, otras mujeres los criaron? Pues esa es una historia no tan larga en realidad.
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Hace unos veintitantos años mas o menos, un hombre se atrevió a enamorarse de la Luna, claro esto es algo muy normal, pero lo que no fue normal es que la Luna correspondiera a los sentimientos de aquel hombre.
¿Una diosa y un mortal? Eso era imposible de creer, el humano profesaba su amor a la Luna en los cuatro reinos y mas allá de los océanos.
La Luna era feliz con él, pero fuerzas malignas trataron de separarlos.
La Luna y el humano trataron de escapar, pero no puedes huir de tu destino.
Poco mas de un año fue lo que la Luna convivió con el hombre, amándose día y noche, siempre juntos, su amor duraría hasta el fin de los días.
Pero el padre de este, no permitiría que su hijo se casara con una diosa, pensaba que no era digno, y que su hijo haría sufrir a la Luna, provocando que la furia de esta cayera sobre sus cuerpos, siendo el causante de la destrucción de su pueblo y el de todos los pueblos.
Un miedo loable.
Para no causar males a su padre, el hombre le suplico a la Luna que lo dejara.
Le dijo que la amaría y adoraría hasta el fin de los tiempos, pero que su padre tenia razón, ellos no podían estar juntos.
La Luna al ver que su amado la dejaría, lloro hasta que sus lagrimas se volvieron diamantes salinos en el profundo corazón del mar de los muertos.
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El Circo De Luna
FantasyEn un mundo donde la Luna reina en lo alto del cielo carmesí, la magia rige en el amor verdadero, entregando a las almas solitarias el corazón idéntico de su ser. Acepta el regalo que el destino te dio y amalo para siempre.