10. El Engaño Del Zorro.

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Después de que el pequeño zorro cumpliera con llevar a Aysel con su familia, se despidió de éste y comenzó a andar directo a la salida, sin notar que cierto cazador de cabello castaño y ojos azules le seguía.

_Oye...- llamo Peeter, sujetando el brazo de Renard y deteniendo su caminar. _¿Ya te vas, por que no te quedas? Haremos una celebración para tu amigo.

Renard observo como aquel alto hombre lo acorralaba con sus preguntas y enfureció, si no tuviera que volver por Aysel sacaría sus garras y desfiguraría el rostro del cazador, pensó para si mismo.

_Lo lamento, alguien me espera... Y si no llego pronto, estaré en problemas.- exclamo soltándose del agarre y emprendiendo de nuevo su camino.

Peeter lo seguía de cerca con una gran sonrisa. _¿De verdad, no nos hemos visto antes? Te me haces muy familiar.

El zorro palideció a la pregunta, era imposible que aquel hombre lo reconociera en su forma humana. ¿Cierto?

_No lo creo, jamas he estado en este lugar... Solo vine para traer a Aysel porque así me lo ordenaron.

_¿Quien?- pregunto curioso, el castaño.

_Nadie que te importe.- respondió el zorro entre dientes.

_Huy pero que carácter...- se burlo Peeter. _¿Por lo menos me permites llevarte? ya es muy tarde y me preocuparía si un niño pequeño como tú esta solo en ese peligroso bosque.

Al oír aquello, Renard detuvo su paso y encaro al alto chico, colocándose de puntas en los pies y apuntándole el pecho con el indice. _Primero, no soy un niño... Tengo 17 años y en tres meses cumplo los 18, y seré mayor. Y segundo.- se cruzo de brazos mirando aquellos risueños ojos azules. _No soy de este reino, así que yo puedo volver solo, gracias.

_¿De que reino eres?

_Eso no te importa.

_Como sea... No quiero ser yo quien te lo diga... Pero necesitas un permiso especial para caminar por este reino, pequeño.

_Me llamo Renard.- aclaro frustrado de que lo llamara pequeño. _Y... Luego hablare con Lua para que solucione eso... Y si el no puede, Aysel verá que hacer... Al fin de cuentas es el quien necesita de mi.

El chico de cabello plata volvió a retomar el camino a las afueras del reino, seguido de cerca por Peeter.

_¿Ese tal Lua del que hablas, es la persona que te esta esperando?- pregunto de nuevo curioso.

_No.

_¿Y quien es Lua?

_Nadie que te importe.

_¿Como volverás a otro reino tu solo? Tengo entendido que el reino mas cercano es Adrup, dominado por el aire, al Este... Y queda a mas de ocho horas de camino.

_Ya me las arreglare.

_¿Osea que si vas a Adrup?- pregunto de nuevo Peeter, atrapando algo de información.

_¿Podrías callarte de una maldita vez? Me causas estrés.- grito el zorro, girando para ver de nuevo a Peeter.

_Solo si respondes a mis preguntas... Si eres bueno conmigo dejare pasar por alto el que seas un extranjero sin documentos en mi reino.- respondió calmado, pero aun juguetón Peeter.

_Ajá... ¿Y quien se supone que eres tú, para hacerme algo por no tener documentos?

_Nadie en especial en realidad... Solo el jefe de la guardia real, el segundo capitán del ejercito riginiano, ha y el segundo príncipe de este glorioso reino.- respondió Peeter quitándose una basura invisible del chaleco.

El Circo De LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora