Desde que abrió los ojos en la mañana, Renard a estado haciendo todo tipo de quehaceres, los últimos días Dichter no lo dejaba ni respirar, sabia a lo que se atendría si el mayor lo descubría escapando, pero eso que le hacía, llamado castigo, era mucho peor que cualquier tortura.
Y cuando creyó que tendría algunas horas de tranquilidad, se encuentra con el idiota de Aysel molestando hasta su forma de caminar.
_Vamos zorro, no te enojes...- se burlo el mayor. _eres un cascarrabias de primera... Y yo que te quería como mascota.
_Que no soy una mascota... No me sigas diciendo así o te dejo aquí y me largo a casa.- hablo el de cabello plata obviamente irritado.
Aysel soltó una gran carcajada, realmente disfrutaba de molestar a ese pequeño zorro, tanto como a Narr, pensaba que esos dos se llevarían muy bien si se conocieran porque eran exactamente iguales.
_De acuerdo... Pero no te enojes, mascota... Sabes que te digo así de cariño.
_Te lo estoy advirtiendo, Aysel...- el menor ya estaba irritado, era mas que obvio que jamas dejaría de decirle mascota y cada vez que se defendía, solo divertía mas al chico. _Mira, ya llegamos... Oh cierto, estas ciego y no puedes verlo.- se burlo el menor.
_¡Cuando te agarre el que verá, seras tú!- amenazó Aysel, pero cuando hizo el ademan de coger al chico, este ya habia escapado directo al estanque.
_¡Lua! Aysel me quiere golpear.- grito el chico zorro llegando al lado de su amigo el sapo, seguido de cerca por el payaso del circo.
_Veo que ya se llevan muy bien.- hablo suave y sonriente Lua.
_¿Bien?- se burlo sarcásticamente el zorro. _Parece que tu estas mas ciego que tu hermano, sapo.
Lua soltó una risilla por el comentario.
_¿Te unes a él, Lua? Que indignación, hasta mi propio hermano de sangre se burla de mi dolor.- fingió tristeza el mayor de todos.
_Ya deja el drama, payaso.- se burlo de nuevo Lua. _Desvístete y entra de una vez al estanque, para aliviar tu dolor.- exclamo esto ultimo imitando la voz de Aysel.
_¿Desnudo?- Aysel frunció el ceño ante la orden. _¿Por que desnudo?
_Porque no vas a contaminar mi estanque con esa ropa sucia que llevas.- Lua se encontraba sentado en una de las orillas de estanque, completamente desnudo, cosa que al chico zorro no le incomodo, puesto que el mismo, como animal salvaje que era, estaba acostumbrado a ir sin una prenda que le cubriera.
Con un pesado suspiro, Aysel cedió y se desprendió de sus vestimentas, aunque era casi mediodía, el viento invernal provocaba al joven un escalofrió.
Lua observo detalladamente a su hermano y dijo. _Compartimos el mismo rostro, pero no somos iguales.
_Eso es obvio, yo soy mas guapo que tu.- alardeo el mayor, caminando lentamente al estanque. _Esta fría.- exclamo cuando su pie toco la superficie de este.
_Lo que eres, es un llorón.- se burlo el menor de los hermanos tomándolo de la mano y adentrandolos de lleno en aquel estanque, Renard, -quien ya se habia despojado de sus prendas- nadaba libremente por todo el estanque, mientras Lua acostaba sobre el agua a su hermano dejándolo flotar libremente para así comenzar a limpiar sus ojos.
Así pasaron horas, Renard chapoteaba de un lado a otro mientras Lua hablaba de cualquier tontería para distraer a Aysel y hacia su trabajo.
_Aun no veo nada.- comento Aysel colocándose la ropa.
_Paciencia hermano. Las cosas no son tan fáciles como parecen.- respondió calmado Lua. _Tu mejoría es notable pero lenta. Estoy seguro que en menos de un mes ya podrás ver.
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El Circo De Luna
FantasyEn un mundo donde la Luna reina en lo alto del cielo carmesí, la magia rige en el amor verdadero, entregando a las almas solitarias el corazón idéntico de su ser. Acepta el regalo que el destino te dio y amalo para siempre.