El cielo rojo escarlata brillaba con fuerza sobre el estanque esmeralda en aquella fría noche.
Las heridas de Aysel, estaban completamente sanas, solo hacía falta que despertara, cosa que ocurriría pronto, o al menos eso espero. Los minutos se convirtieron en horas y de un momento a otro metido de lleno en aquel estanque, Aysel comenzó a retorcerse en el agua, en la cual flotaba inalterable.
Lentamente abrió sus húmedos ojos, paralizado con vista al cielo.
Lua, desde la roca en donde estaba sentado observo la mirada estática de su hermano, comprendiendo que este ya estaba consiente. _Al fin despiertas...- murmuro suavemente.
_¿Quien eres?- pregunto Aysel sin mirarle.
_Soy Lua, al fin nos conocemos en persona... aunque las circunstancias no son nada favorables.- respondió el sapo alzado su vista al cielo ante la penosa situación.
Un silencio malsano inundo el lugar, y luego un pesado suspiro de los labios de Aysel resoplo en los aires helados de la oscuridad enviando nubes de vapor en lo alto de aquel estanque.
_¿Es así, eh? Genial... No es cool saber que hay otra persona igual a ti en el mundo y eres incapaz de verla tan frecuente como deseas.- el sapo dejo escapar una risilla contenida ante tal comentario, pues el pensaba lo mismo.
_Veo que ya te encuentras mejor... Cuando llegaste, estabas mas muerto que vivo... Por un momento pensé que no sobrevivirías.
Ambos chicos aun mantenían sus rostros al cielo, envueltos en una calma alarmante, esperando a que rompa la tormenta. _Gracias por ayudarme...- hablo el mayor. _Pero... No creo estar del todo bien.
Al oír aquello, el sapo volvió su mirada al chico que aun flotaba en el estanque, un temor que se mantenía flotante se acentuó muy duro y pesado en su pecho, sabia que no todo seria tan fácil, pero aun así mantuvo sus esperanzas. _¿Por que lo dices?
_Porque no puedo ver absolutamente nada... Creo... Que estoy ciego.
El menor de los chicos se sorprendió ante la respuesta, pues esperaba cualquier otra cosa antes que esa declaración, inmerso en la curiosidad se deslizó de su roca en medio del estanque, avanzando lentamente entre el agua hasta posicionarse al lado de su hermano. Al ver sus ojos, noto que una capa blanquecina cubría la totalidad de ellos.
_Parece ser que la enfermedad que absorbiste de aquel príncipe, era bastante grave... Tendré que limpiarlos varias veces, para lograr que recuperes la totalidad de tu vista.- aclaro mientras elevaba una esfera de agua en el aire y la posaba sobre los ojos que aun se mantenían abiertos, provocando que su hermano se quejara y cerrara lo ojos en un acto de reflejo. _No los cierres, necesito limpiarlos.
_Pero eso arde...- dijo con los dientes apretados mientras lentamente los abría de nuevo. _¿Como sabes que la herida la tome de un príncipe, y que este tenia una enfermedad?
_Nuestra madre me lo contó.- respondió como si estuvieran hablando del clima.
_Mmm... Entonces aquel chico, estaba ciego.- se dijo a si mismo Aysel, comprendiendo algunas cosas de lo que recordaba.
Lua limpiaba tranquilamente los ojos de Aysel, mientras le explicaba a este, que para que volviera ver de nuevo, tendría que limpiar sus ojos un día de por medio con el agua del estanque, resignado Aysel acepto las condiciones de su hermano menor.
Así pasaron la noche, hablando, reconociéndose el uno al otro, a pesar de la distancia y los años que los mantuvieron separados, hablando de las familia que los acogieron y que hoy en día las consideran mas propias que ninguna otra.
ESTÁS LEYENDO
El Circo De Luna
FantasyEn un mundo donde la Luna reina en lo alto del cielo carmesí, la magia rige en el amor verdadero, entregando a las almas solitarias el corazón idéntico de su ser. Acepta el regalo que el destino te dio y amalo para siempre.