24. El Poeta Y El Pirata.

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Dichter cabalgó dos días enteros para llegar a las costas de Adrup.

El cielo brillaba rosa, la brisa marina inundaba las fosas nasales de los pueblerinos y múltiples mercaderes y comerciantes iban de acá para allá.

Dich se abría paso entre la multitud mientras observaba a sus alrededores, Woods era un pueblo muy pintoresco, pensaba para sus adentros mientras visualizaba a lo lejos su destino.

La notaría central del pueblo, aquella a donde todos los paquetes y documentos importantes llegaban.

Al estar frente al pequeño lugar, Dichter desmonto el animal y lo ató a las caballerizas, para luego entrar en el local.

_¿Desea algo?- pregunto un hombre regordete y algo, muy, calvo.

_Vengo en nombre del rey Marcus de Adrup, a retirar un documento que le han enviado.- respondió Dich con su imponente figura, el hombre al reconocer quien le hablaba salto eufórico de su escritorio.

_Señor Dichter, es un placer tenerlo por acá, ¿Como ha sido su viaje, desea algo?- aquel viejo regordete no encontraba la forma en como seguir adulando a recién llegado, quien solo mostraba una mueca de fastidio por su parte.

_Deseo el documento, notario... ¿Ya llegó?- pregunto enarcando una ceja.

El notario se puso realmente nervioso, sus manos sudaban y reía de manera inquieta. _L-Lo lamento, mi señor... Pero, la embarcación que trae el documento quedo atrapada en una tormenta y tendrá dos días de retraso en volver.- explico con dificultad.

_¿Me esta usted diciendo, que el documento mas importante de su rey aun no ha llegado a tierra firme?- la voz de Dich era amenazadora, a diferencia de como era su trato con el zorro o con el príncipe de Adrup, Dichter siempre trataba a las personas ajenas a él con suma indiferencia.

_L-Lo siento, mi señor... Pero son cosas inevitables.- aquel hombre ya comenzaba a temer por su vida, meterse con el rey Marcus o hacer algo que pusiera en riesgo su integridad era razón suficiente para merecer la muerte.

Por muy frustrado que estuviera, el notario tenia razón, el retraso fue ocasionado por razones ajenas a su voluntad, no quedaba de otra que esperar a que el documento llegara.

Con un pesado suspiro, Dichter cedió. _De acuerdo... ¿Podría por favor, buscar un sitio donde pueda alojar hasta su llegada?

El notario rapidamente asintió y comenzó a recorrer por todo el lugar, al final del día, Dichter ya descansaba en una de las muchas posadas del pueblo, estaba realmente cansado por el viaje y luego de tomar un profundo baño, cayó totalmente rendido.

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_¡Korsan!- Gritó un marinero, llegando al lado del aludido.

_Maestre Peet, le he dicho millones de veces que me diga capitán.- hablo tranquilo Korsan, mientras fijaba su mirada en el horizonte y sostenía el timón.

_Lo que te haga feliz, "capitán".- blanqueo los ojos, Peet y Korsan eran amigos desde siempre y ahora, hoy en día son compañeros de aventuras y desventuras.

_Deja de molestar, Peet.

_No, tengo que decirte algo importante.- hablo serio el maestre, obteniendo toda la atención de su capitán. _Ya no nos quedan insumos y los marineros se quieren amotinar, no están contentos con lo que paso en el mar de los muertos y aquella sirena.

Korsan suspiro recordando aquello y luego asintió. _¿Cual es el pueblo mas cercano?- pregunto.

_Woods, en las costas de Adrup capitán.- respondió rapidamente.

El Circo De LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora