18. Celos, Mascaras Y Egoísmo.

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Al salir del castillo del este, Renard podía sentir que le seguían de cerca y luego de algunas horas, decidió escapar de su perseguidor.

Corrió en dirección contraria a su destino y luego de unos minutos, ya no habia nadie persiguiéndole, no le importo quien fuese, ya que normalmente eran los cazadores quienes lo hacían.

Luego de algunas horas mas, ya eran las seis y media y el cielo comenzaba a encenderse escarlata, cuando el chico zorro llego a su destino, el Circo De Luna, el circo de la familia de Aysel.

Precavido de que necesitaría que ponerse, llevaba en su lomo una pequeña mochila con la vestimenta necesaria, la cual, poco ante de llegar, se la coloco en su forma humana.

Caminando lentamente entre las hileras de arboles, una alborotada cabellera azul lo detuvo en su andar.

_Oyeeee.- hablo fuerte Narr. _¿Como estas?

Aysel habia presentado a los chicos anteriormente y aunque hablaron poco se entendieron bien y ya era amigos.

_Hola.- respondió sonriente el chico de cabello plata, Narr era mayor que el solo un año y medio, pero considerablemente mas alto, no tanto como Aysel pero si mucho mas que él. _Bien. ¿Y tu?

_Aburrido y con frio, ya que el idiota de Aysel no esta, me toca a mi hacer su trabajo.- exclamo el mayor llegando a su lado. _¿Que haces aquí? Pensé que Aysel debía ir con Lua mañana.

_Es así... Pero, quiero preguntarle algo a Aysel.

_¿Que será?

Renard no estaba seguro si contarle o no al chico, pero luego de pensarlo bien, ¿por que no hacerlo? _Quería preguntarle a Aysel, ¿Que si me puedo quedar una semana con ustedes mientras mi sobre protector, vil y malévolo tutor no esta?- hizo la pregunta en tono burlón, Narr sabia que su tutor era la persona mas buena y gentil del mundo, pero tambien la mas estricta de todas.

_Claro que te puedes quedar.- hablo Narr entusiasmado. _No tienes que preguntarle a Aysel, vamos a decirle a mamá, ya sabes que te adora y no se negará, ademas somos casi familia.

Antes de que el zorro pudiera decir algo, el mayor le haló del brazo llevándolo hasta el circo y con su madre.

Allí le explicaron la situación a Soledad y esta gustosa le aceptó, Renard agradeció innumerable veces, no quería estar una semana solo y ciertamente en ese circo se sentía a gusto.

Acordaron que Renard llevaría sus cosas al día siguiente y se quedaría allí hasta el Lunes de la semana entrante.

_Vamos a decirle a Aysel, así aprovechamos de molestarle un poco.- propuso el peliazul con sonrisa ladina.

_Me parece una buena idea... Ese idiota me debe unas cuantas. Y si nos unimos no podrá con nosotros.

Ambos chicos rieron con malicia, eran victimas de los juegos de Aysel, pero según ellos Aysel seria ahora la  victima.

•°•°•°•°•°•°•

Como la tarde anterior, Aysel y Luce caminaban tomados de la mano rumbo al su pequeño lugar secreto donde verían el atardecer juntos, o al menos uno de ellos lo haría.

Iban por los jardines, cuando las voces de Edwin y Peeter llamaron su atención.

_¿Luce?- pregunto el rey extrañado. _¿A donde van?- por alguna razón, ver a su hermano tomado de la mano con el invitado ya se le hacia normal, entendía bien por que el menor le daba tanta atención al chico y le agradaba que fueran tan buenos amigos.

_¿Hermano? V-Vamos a-a...- trato de decir, pero una explosión azul no muy lejos de ellos atrajo su atención.

_Aaaaahg.- gritó el chico zorro sacudiéndose. _¡Narr, maldición! No vuelvas a hacer eso.

El Circo De LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora