Sábado.
Todos en el gran castillo de Vailor caminaba de acá para allá, limpiando, preparando y arreglando todo para la fiesta que comenzaría esa noche.
El día anterior, las caravanas de Adrup y Rigins llegaron, a horas de la tarde al castillos, los sirvientes reales les dieron una grata bienvenida a los invitados y les indicaron sus aposentos, disculpando al gran rey, quien se encontraba muy atareado.
Por otro lado, en el "Castillo del Sol" -es así como se llama el hogar de Soledad- los chicos se preparaban para la celebración, aunque no mostraban angustia alguna, puesto que siempre que tenían una función debían disfrazarse, así que aquello era algo común para ellos.
Ya el cielo comenzaba a tornarse de un rosa intenso, casi rojo, anunciando que la noche llegaría pronto y el baile comenzaría.
Narr fue el primero en bajar a la enorme sala, vestido con unos pantalones azules brillante al estilo de genio de lampara y un chaleco con lentejuelas en azul y negro dejando ver parte de su pecho y caderas, tambien llevaba su sombrero azul, de bufón del circo, y sus zapatilla puntiagudas, ah y claro su respectiva mascara, una que le cubría completamente el rostro, en color azul, con una puntiaguda nariz y sonrisa escalofriante que resaltaba los pómulos y los almendrados ojos en negro.
Seguido de él, bajo Renard con un pantalón blanco que le daba hasta las rodillas algo ajustado, de donde sobresalía su propia cola, una camiseta blanca sin mangas que le quedaba algo grande y una mascara de zorro en blanco con decoraciones rojas.
_Vaya... Que disfraz tan original el tuyo, zorro.- exclamo sarcástico el bufón.
_Lo mismo va para ti, bufón.- ambos chicos se dirigieron la mirada y luego se carcajearon, obviamente eran malos para elegir disfraces, ¿Pero quien los juzgaría?
Yo, obviamente. Me los comeré vivos en la fiesta.
Al poco rato bajaron Kim y Jim, disfrazados de gatos risueños, exactamente iguales. Como siempre.
Y tras ello Aysel, con un pantalón negro ajustado, una camisa blanca con rayas rojas, guantes blancos y su mascara de payaso, de color blanco, con una expresión de tristeza dibujada en rojo con delineado negro y ojos llorosos.
_Veo que Aysel no lo ha pensado mucho, tampoco.- exclamo burlón Renard, a lo que Narr soltó una carcajada.
Poco después, Lua hizo su aparición, con unos pantalones iguales a los de Aysel pero en blanco, camisa de manga larga ajustada color esmeralda y su sencilla mascara de arcilla, que indicaba que era un sapo.
Obviamente a los ojos de cualquier humano, aquella vestimenta podría parecer simple, pero no a los ojos de un ser mágico.
_Aterrador.- murmuro Narr al ver a Lua. Renard solo asintió y trago fuertemente saliva, no por nada los sapos eran las bestias mas temibles de aquellas tierras.
_Creo que ya estamos listos.- afirmo Aysel, al ver a sus hermanos.
_Faltan Bunny y mamá... Los demás se fueron adelante.- aclaro Narr, justo en el momento en el que Soledad bajaba por las escaleras.
Llevaba un hermoso vestido dorado, el cual brillaba a cada paso que daba, con su cabello recogido elegantemente en un moño sobre su cabeza y un antifaz dorado que cubría solo sus ojos, a su lado, iba una hermosa niña, con un disfraz de conejo rosa de cuerpo entero y su rosto pintado como un lindo conejito.
_Wow.- silbo Aysel. _Estas hermosa mamá... La reina te tendrá envidia.- agrego burlón, cosa que no me hizo ninguna gracia.
Soledad solo sonrio y le dio un leve golpe en el brazo. _La Luna tambien es hermosa.- exclamo al tiempo que Aysel le daba su brazo para hacer de su acompañante y ella lo aceptaba con gusto.
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El Circo De Luna
FantasíaEn un mundo donde la Luna reina en lo alto del cielo carmesí, la magia rige en el amor verdadero, entregando a las almas solitarias el corazón idéntico de su ser. Acepta el regalo que el destino te dio y amalo para siempre.