Capítulo 29

2.9K 341 77
                                    

Su mirada arde en mi, nuestros ojos hipnotizados, ambos pendientes de cada movimiento hecho por el otro, absorbidos por una calidez, que debo reconocer, antes no estaba.

- Eres hermosa -susurra mirando mis ojos-. Creo que jamás me cansare de decirlo -mis ojos se fijan en su boca. La pasión arde en mi alma, pero la retengo, lo nota y se aparta muy lentamente.

- ¿Por qué tu brazo y el mío brillan? -inquiero.

- ¿Recuerdas algo de la noche anterior? -pregunta con aprensión, gruño.

- Recuerdo cada maldita cosa. Lo que no entiendo es cómo sucedió. Esa cosa... -un escalofrío me recorre.

- Uso tu mente. Te encontré inconsciente en el piso del baño y con ayuda de Caliel te traje aquí.

Clarión me explica como el caído se infiltro en mis pensamientos creando una ilusión, tal vez no sea el término correcto porque fue real, todo lo que viví fue real. Me explicó acerca de la marca en su hombro izquierdo y de que no tiene idea de cómo llegó ahí. Eso activa mis alarmas y un pensamiento desagradable surge.

- ¿Has estado con Ethel? -él se ve confundido, abre su boca y el entendimiento lo golpea, se desencaja.

- Emma... Yo...

- No digas una... Nada -camino y me encierro en el baño.

- Emma déjame explicarte... pequeña -gruño.

- No soy tu pequeña, ya no soy una niña... ¡Entiéndelo de una puta vez! -grito acalorada, algo golpea la puerta, supongo ha de ser su ¿frente?

- No estás en mi posición -dice afligido, rio y él continua- no sabes lo que es sentir todo... Eso... Terminas haciendo locuras -su explicación me molesta a la décima potencia, abro la puerta de golpe, su expresión es de un cachorro desvalido, bufo.

- Lo que dices no tiene sentido... Yo... Yo pensé -la rabia comienza a evaporarse- Olvídalo -él me toma el rostro-

- No... No voy a olvidarlo... Te herí, lo sé -toma mi mano y la lleva a su pecho- lo sentí, aquí -resoplo-. Créeme -suplica y yo suspiro.

- Éramos nada, somos nada... por lo tanto nada pasara en un futuro -él suelta mi mano.

- ¿Así es como te sientes con respecto a nosotros? -paso de él y comienzo a buscar en los cajones. No sé qué diablos buscó, sólo no quiero mirarlo.

- No hay un nosotros... da igual -digo y encojo mis hombros.

- ¿Da igual? -su voz baja, peligrosa.

- ¡Te acostaste con ella! -le grito- Así que sí, da igual.

-Sólo fue una vez. ¡Una maldita vez! -grita.

- ¡Pensé que yo sería tu primera! -grito de vuelta, mis ojos se abren y llevó mi mano a mi boca. Su cara es de asombro.

- Emma...

- No, no digas más. Así que si me permites voy a quitarme la suciedad de encima, ese maldito hombre, demonio o quién mierdas sea, me toco -paso de él, no me detiene. Lágrimas queman mis ojos. Las retengo.

Abro la ducha y me quitó el camisón de algodón que llevó puesto, un escalofrío me recorre de sólo pensar quien pudo haberme desnudado, paso el jabón por mi muslo, la piel es irregular, dientes marcan el sitio, el maldito caído me mordió. Me enjabono y aclaro, salgo y me envuelvo en una toalla de algodón, la suavidad en mi piel introduce un recuerdo en mi memoria, no fue un sueño ¡Fue real!

La mujer, el lugar, llevo una mano a mi frente, los recuerdos aparecen de forma desordenada, sin ninguna coherencia... "Amaras a esa semilla". Suspiro cansinamente, de todo lo que dijo, recuerdo ese en particular. Me colocó una bata de baño y salgo. Clarión está sentado en un sillón, me ve y se levanta. Estrecho mis ojos.

El abrazo de un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora