Capítulo 7: Indicios

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—Inhala...Exhala—Johnny tranquilizaba a Amy ayudándole a respirar en el auto. Ella estaba muy agitada, temblaba y se aferraba fuertemente de la muñeca de él. Tenía una botella de agua en la mano de la cual tomaba acelerada.

— ¿En dónde carajos se metió Nicolás? — susurró Elizabeth en el volante al ver que Nicolás era el único que faltaba por llegar.

La autopista estaba invadida de personas y carros, veían el auto volcado en las praderas y al cadáver del hombre que los paramédicos alzaban en su camilla en dirección a la ambulancia. Elizabeth vio como un enfermero le tapó la cara al hombre con una sábana blanca. Había muerto en frente de sus ojos, ella trataba de evadir su mirada hacia el cadáver.

—Señorita—apareció un hombre en su ventana alterándola por estar desprevenida.

— ¡Ahhh! —Gritó soltando sus manos del volante.

El hombre la miró despreocupado. Tenía una chaleco verde que decía "Transito"— ¿Puede mover su carro? está obstaculizando el paso a los demás autos.

Ella calló en cuenta al instante, miró hacia atrás y vio que cientos de autos estaban pitando sus bocinas.

—A si claro — mencionó recogiéndose el cabello —Solo que estamos esperando a...

En ese instante se asomó Nicolás por la ventana del copiloto —Llegué.

— ¿A dónde fuiste? — le preguntó con un tono regañón.

Nicolás miró al hombre con el chaleco verde, lo detalló. Volvió a mirar a Elizabeth—Después te digo—se subió, cerró la puerta y se puso el cinturón.

El hombre de verde miraba a Elizabeth impaciente, le alzaba sus cejas abriendo sus grades ojos verdes. Ella lo veía, torció sus ojos a la derecha. Prendió el carro. Quitó el freno. Aceleró con cuidado y se marcharon de la autopista, así esta empezó a circular y tomar poco a poco su naturalidad.

Decidieron dirigirse al barrio Italia, pues Amy no estaba de humor como para ir a Holpriet y seguir estudiando. Así entonces se decidieron por llevarla a su casa para que tomara calma y se tranquilizara un poco. En el camino nadie modulo ni una palabra.

—Yo... — Amy habló cuando el auto se estacionó al frente de su puerta —Yo no quiero seguir más con esto—suspiró

— ¿De qué hablas? —Johnny la volteó a ver.

Amy se secó una lágrima que rebosaba su ojo derecho, volvió a suspirar— Casi muero... Esto es muy peligroso — abrió la puerta del auto y salió corriendo soltando lágrimas. Elizabeth miró a Nicolás alzando sus dos cejas y juntando sus labios. Él le respondió encogiéndose de hombros. Johnny estiró su brazo cerrando la puerta.

Su siguiente destino fue Villalest, pues convencieron a Elizabeth de que los llevaran a casa, aunque faltaban dos horas y media para terminar clases en Holpriet

La señora Ellen, madre de Johnny, estaba a fuera de su casa regando unas margaritas del jardín delantero con ayuda del abuelo. Vio que el auto se estacionó y notó que adentro estaba su hijo.

— ¡Johnny Wells! — le gritó.

Él vio que su madre venia. Su forma de caminar era muy graciosa, pues por ser gorda lo hacía tambaleándose de un lado a otro, Nicolás se rio disimuladamente.

— ¿Que no deberías estar estudiando? — se le acercó a la ventana.

— ¿Y tú no deberías estar trabajando? —contestó.

—Sabes que me cambiaron el Turno para trabajar por la noche—Explicó Ellen. Volteó para ver quien conducía el auto. Elizabeth sabía que no le caía muy bien a ella, está llena de prejuicios. La miró y la saludó alzando sus dedos del volante.

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