Capítulo 12: Oscuridad

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El hombre entró por una puerta de madera al Hospital Mental abandonado, cuando a Nicolás le faltaba poco para alcanzarlo. Elizabeth no corría tan rápido como él, lo cual hizo que llegara después. La puerta de madera seguía medio abierta. La oscuridad que provenía de adentro aterrorizaba a cualquiera, pero a Nicolás no. Ya había pasado por demasiadas cosas que ahora no le temía a nada. O por lo menos eso pensaba en ese momento.

— ¿No me digas que quieres entrar ahí? — le preguntó Elizabeth con su voz agitada.

Nicolás la volteó a ver, sacando su celular del bolsillo.

— No preguntes lo obvio — prendió su linterna del celular y abrió lentamente la puerta de madera. El rechinido sonaba aterrador.

— Nicolás, para que lo vas a seguir, puede ser cualquier persona.

— Sé que nos estaba observando, además ¿Para que entró aquí?

— No lo sé.

— Entonces hay que averiguarlo.

Sin pensarlo más, entró. Estaba más oscuro de lo que recordaba. Su linterna alumbraba lúgubremente un pasillo desolado, se lograba ver unas cuantas puertas enfrente de otras. Le recordó la primera vez que había entrado allí, pero nunca había visto ese pasillo, pues aquel día solo recorrió una pequeña parte del mental abandonado.

Elizabeth, al igual que él, sacó su celular del bolsillo, y alumbrando detrás de Nicolás, lo siguió. Buscando alguien que no sabían quién era.

Avanzaban lentamente. Cada paso que daban, su pulso aumentaba. La luz señalaba el camino por donde iban. Nicolás alzó su linterna para ver las puertas que estaban allí. Cada una tenía un número encima de ella, de tres dígitos. El lugar estaba realmente sucio y aterrador. Varios escombros estaban tirados en el suelo.

— ¿A dónde dirige esto? —susurró ella. Estaba atenta a cualquier movimiento.

Nicolás señaló con su linterna tratando de buscar el fondo del pasillo, pero no lo encontró. Solo se veían puertas y más puertas.

—No lo sé, parece como si no hubiera fin.

Miró hacia atrás, ya no se veía rastro de la puerta de madera por donde entraron ¿Estamos perdidos? Pensó. Su única opción era seguir caminando. Divisaron en el fondo, una gran puerta de metal. Tenía unas ventanas redondas en su parte superior, estaban rotas. Abrieron con cuidado. El sonido combinó perfectamente con la soledad para producir un eco aterrador y espantoso. Miró que arriba de la puerta había un letrero colgante.

"Sector N3B"

No sabía que significaba "Sector N3B" realmente. Podría tratarse de un pasillo para pacientes específicos, o tal vez un apartado para tratamientos. Cualquier cosa que pensara podría ser cierta.

Se hallaban unas escaleras al costado derecho, comunicando al segundo piso. Al lado izquierdo, otro pasillo, eterno y oscuro. Nicolás señaló las escaleras y subió sigilosamente sobre ellas, tal vez porque una pequeña ventana las iluminaba. Elizabeth no estaba muy de acuerdo en seguir recorriendo el lugar abandonado, lo cual le parecía extraño a Nicolás ¿Acaso ella no era fiel seguidora de lo oscuro y lo inusual? Le rondaba en sus pensamientos. De igual manera no le preguntó, pues creyó que se trataba de un trauma de pequeña.

El segundo piso estaba igual de oscuro, a excepción de la suave luz que entraba por esa pequeña ventana. Más puertas y pasillos comunicaban a un lugar sin fin. La linterna de su celular hacia ver la cosas con un tono más tenebroso, más de lo que eran. El pasillo le recordó cuando fueron a tomarle la fotografía a Amy, se acordaba de sus gritos de terror. Sonrió, Elizabeth lo volteó a ver.

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