Las Fotos Del Tiempo

Capítulo 10: En el teatro Blackther

—No quiero decirles —mencionó Amy evitando las miradas.

—Pero ¿Por qué no quieres decirnos Amy?—le suplicaba Elizabeth sobándole el hombro— ¿Acaso es algo malo?

Amy se alejó de ellos y se dirigió a la mesa de las fotografías. Empezó a observarlas detenidamente, pero esta vez sin temor alguno. No moduló ninguna palabra.

Se resignaron. Si ella no quería decir nada, nunca lo haría. Elizabeth miró su reloj de mano, 5:00 pm.

—Dentro de poco será la fotografía, tenemos que apresurarnos a decidir qué hacer.

— ¿Y qué es exactamente lo que vamos a hacer? — interrumpió Johnny entrecerrando sus parpados.

Nicolás cogió de nuevo la fotografía, empezó a analizarla detenidamente

— Si Amy dice que es el teatro Blackther, es porque es el teatro Blacther.

—Ni siquiera estamos seguros de porque ella sabe eso —susurró Johnny— el tiempo es valioso.

—No nos queda más de otra.

Blackther era un teatro, uno del más grande del país, su capacidad para la audiencia era cerca de los mil asientos. El teatro era famoso por su peculiar diseño inspirado en la antigua Grecia, pues estaba adornado por varias esculturas de dioses griegos. Se ubicaba en el centro de la ciudad, exactamente a diez cuadras del Hotel Hulson. Era reconocible por un gran letrero en la entrada del lugar con el nombre de este. También se hallaba una escultura de Cronos, el dios del tiempo, con un reloj de arena en la mano en todo el centro de la entrada.

Varios espectáculos se hacían allí, desde el sorprendente ballet hasta grandes obras dramáticas. También se dictaban clases de instrumentos musicales y se daban veladas deleitando a las audiencias con la fantástica orquesta.

Mientras se dirigían allí en el auto de Elizabeth, Nicolás le contaba a Amy sobre lo que habían descubierto en relación de la cadena y Olivia Holpriet, al parecer sabia más de lo que esperaban.

—Ya había visto ese cuadro antes—anunció ella mirando la foto que Nicolás había tomado al cuadro con su cámara en el museo histórico de Standhol, la imagen de Olivia Holpriet con su cadena en el cuello.

— ¿Dónde lo habías visto?—preguntó

—Creo que en la secundaria Holpriet hay un cuadro parecido en la oficina de la rectora.

Elizabeth frenó en seco, balanceándolos hacia adelante bruscamente. Amy gritó como de costumbre.

— ¡Elizabeth ten más cuidado!—le regañó Nicolás al ver que casi atropellan a una chica con rayos azules en su cabello, esta parecía asustada mirándolos con sus ojos muy abiertos. Tenía una patineta en su mano.

— ¡Pero ella se atravesó!—explicó subiendo su tono de voz.

La chica reaccionó y siguió caminando un poco apresurada.

Elizabeth exhaló fuertemente, se arregló en cabello y siguió conduciendo.

"Se dictan clases de Violín los martes y viernes de siete a ocho y media de la noche, consultar en administración para más información"

Estaba escrito en una hoja pegada de la puerta principal del teatro Blackther. Al llegar, los arreboles color naranja estaban en el cielo avisando que el sol se escondía para dar paso a la oscura noche. El viento soplaba fuerte, acompañado de un friolento aroma escalofriante. Las lámparas de las calles transitadas se encendieron con problema. Decidieron entrar para no estar expuestos a tan semejante tempestad. Adentro había varias esculturas griegas que adornaban muy bien el lugar. Un letrero al fondo indicaba que era la taquilla, alrededor de cincuenta personas estaban haciendo fila allí para comprar boletas de la función. Gente de todas las edades y bien abrigadas por el frío que hacía. Una pantalla arriba de la taquilla, con la imagen de una bailarina sosteniéndose en un solo pie,
decía con letra grande: