La mañana siguiente, casi en medio día y después de desayunar, Elizabeth fue por él en su carro. Tenía una playera oscura, con unas palmeras dibujadas en ella. El día estaba soleado, cosa extraña en Standhol, que después de tantos días oscuros, parecía que la luz volvía a la ciudad. Quería que fueran al departamento de criminalística. El oficial Jeremy Skeen recogería los resultados esa misma tarde, demostrando la verdadera razón por la muerte de Martha. Era imposible confiar en un alguacil de Standhol, la fama de corrupción y deshonestidad, hacia qué muchas veces la ciudad se sintiera insegura. No por los crímenes, sino por su "Ley".
Se vistió rápidamente. Mientras lo hacía, observó la misma caja que la noche anterior quiso quemar. Le recordó que el hombre seguía suelto, que en cualquier momento podría ocasionar una muerte, aún, no perteneciendo a las fotografías. Salió de su casa.
Le sorprendió, al abrir la puerta del carro, que alguien más se encontraba adentro, junto a la ventanilla izquierda de los asientos traseros.
— ¿Amy? — preguntó, pero no con un tono de fastidio, al contrario, con ánimo y agrado.
Ella, leía un revista de moda que traía en manos. Levantó su vista al oír la suave voz de Nicolás.
—Hola —saludó fríamente.
Se adentró en el carro, al igual que Elizabeth. Insertando la llave, logró que el motor se encendiera, dirigiéndose al centro de la ciudad. En el transcurso, había ambientado el viaje con música de una emisora reconocida. Extrañamente, no se escuchaba igual que siempre, como si se tratara de una interferencia en todas las señales radiales. Notó que Amy tenía un espíritu triste, era obvio que lo tuviera, tal vez jamás había presenciado la muerte de un ser tan cercano. Era una chica demasiado asustadiza, el hecho de saber que su empleada la habían matado de una manera tan desastrosa y horrible, le hacía pensar que ni ella estaba segura. No le preguntó nada ¿Quién lo haría? ¿Quién le pregunta a una persona como está, luego de que alguien cercano muriera? La respuesta era más que obvia.
—En el periódico de esta mañana...—Amy rompió el silencio, fue extraño que lo hiciera, pues llevaba todo el trayecto callada—. Salió la noticia de que Allison Wilkins había muerto... ¿Es cierto?
Aunque Nicolás no quería tocar el tema, ella lo obligo a hacerlo.
—Sí, el hombre del sombrero lo hizo.
— ¿Cómo sabes eso? En el periódico dijeron que no tienen tanta información de su muerte.
—Yo la vi morir.
Se sintió horrible, jamás se había imaginado que justamente él la había visto morir. No le pregunto más.
Los departamentos de criminalística, se establecían en un edificio grande. Era catalogado como uno de los más modernos de Standhol, pues su diseño dejaba ver las maravillas de la arquitectura. Prácticamente estaba lleno de cristales y un jardín elegante en su entrada. No cualquier persona trabajaba allí, sólo los mejores médicos forenses, no sólo de Standhol, sino de todo el país; incluso gente de otros naciones venían a la ciudad sólo para conseguir una vacante.
Lograron ver, que el oficial Jeremy Skeen entraba a las instalaciones con un paso apresurado, llevaba en sus manos unas hojas blancas. Elizabeth parqueó tan rápido el automóvil que casi se sube a la acera. Se bajaron empujando las puertas del auto tan fuerte que el ruido espantó a todas las aves.
Observó que unas letras en lo alto del edificio formaban una frase:
"Laboratorios De Criminalística De Standhol"
— ¡Oficial Skeen!— le gritó Elizabeth intentado que él la volteara a ver, pero no lo hizo, por el contrario, siguió caminado con paso veloz.
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Las Fotos Del Tiempo
Mystery / ThrillerCon el fin de tomar la mejor foto para un trabajo escolar; Nicolás Wood, junto con su mejor amigo Johnny Wells y una de las chicas más reconocidas de su secundaria: Amy Clayton; entran a un hospital mental abandonado de su ciudad natal, Standhol. L...