Capítulo 23: Rastros

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[Nota del autor

Hola lectores, espero que se encuentren muy bien. Quise poner este enunciado antes del capítulo, para asegurarme de que cada uno de las personas que me han leído durante todo este tiempo puedan captar el mensaje (lo eliminaré cuando ya todas lo hayan hecho). Pido mil disculpas por demorar poco más de dos meses en actualizar. A pesar de que las fiestas navideñas no daban abasto, no paré durante aquellos días en escribir. Los capítulos que van a leer a continuación son sin duda los más difíciles que he escrito, enlazar una historia para terminarla es más complicado de lo que suena. Es la razón por la que tardé, tenía que estar muy seguro de que lo que escribía fuera la mejor opción. Así que sin más preámbulos, espero que disfruten estas cinco partes que vienen a continuación. Os recomiendo que se pasen una rápida leída por los últimos párrafos del anterior capítulo, y así volver al contexto de la trama. Sin más que decir, espero con ansias que lo disfruten. Son los mejores]

Y es que ahora no era la oscuridad la que había envuelto a Claire Wallcot en una nube de angustias; era la encrucijada en la que se había metido

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Y es que ahora no era la oscuridad la que había envuelto a Claire Wallcot en una nube de angustias; era la encrucijada en la que se había metido. Ver a aquel sujeto arrastrando a alguien que ella conocía, y más que eso; que era obvio que también estaba relacionado con el dilema de su secuestro, o eso pensaba ella. Los mensajes que estaba recibiendo hace días, de que ella no se escaparía, hicieron que recurriera a Nicolás y su grupo de amigos. Se preguntaba que sería ese "algo" del cual no se escaparía. Después de que resultará amarrada en aquellos tubos supo que su vida estaba próxima a acabarse, y eso era a lo que no podía escapar. Lo que no sabía era porque razón la quería a ella. Eso la condujo de nuevo a Nicolás y sus colegas, que extrañamente presentía que ellos sabían la respuesta, por sus indudables movimientos que efectuaban. Lo raro es que ahora uno de ellos también estaba secuestrado, lo vio pasar enfrente de sus ojos. Significaba dos cosas para ella: la primera, que ni ellos estaban a salvo, estaban tan condenados como ella; y la segunda, si lo han tomado es por la información que posee, información que necesitaba.

Se secó las lágrimas con las manos de su chaleco. Quitó la mirada del pasillo de las escaleras y la dirigió al basto y oscuro que se encontraba al frente. Cerró su puño y alistó su corazón. Comenzó a caminar por el pasillo oscuro, donde momentos antes un hombre habría arrastrado a Johnny. Se decidió por ayudarle, sólo porque quizás él podría decirle que era lo que estaba pasando.

Recostó su mano sobre la pared, era la única forma de saber por dónde caminar. Escuchaba el crujir de unas hojas en el suelo, y es que trataba de no pisarlas para que no la descubrieran. Tenía que ser discreta y al mismo tiempo rápida, el sujeto no tardaría en darse cuenta que ya no estaba amarrada allí. Siguió caminando en medio de la oscuridad con la horripilante tensión en su rostro. Sentía un escalofrío pasar de su cabeza a sus brazos. Pudo distinguir que una pequeña luz se sobresalió al fondo del pasillo, justo antes de doblar la esquina. La silueta de un hombre salió, la misma del sujeto que vio hace segundos bajar las escaleras con Johnny; gabardina larga, esta vez con un nuevo objeto: un sombrero anticuado que se colocaba con elegancia. Podría decirse que lo reconoció, la misma silueta que vio en la sala de su casa aquella noche que encontró el mensaje en la pared ¡Lo sabía! Este hombre tenía que ver. Pensó. Se agachó para que no la viera, escondiéndose en la oscuridad.

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