Capítulo 25: El Final Del Túnel [Parte dos]

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El interior de Nicolás se estremeció. Williams ya se lo había contado minutos antes de que sus amigos llegaran, y fue la razón de que se mareara. Jamás se había imaginado que prevenir los desastres de las fotografías lo afectarían a él de esa manera. Le provocaba llorar, no había nada más que hacer. Si el moría, el espacio-tiempo volvería a su normalidad, pues ya las fotografías cumplirían con su función. Y la maquina volvería a su época. Le daba miedo morir, aunque sentía la muerte respirando sobre sus hombros. De nuevo el piso se sacudió. Tuvo que sostenerse del cubículo. La lámpara se movió.

A Claire se le aguaron los ojos, al igual que a Amy. La noticia fue como una estaca en su alma, estaba tan convencida de que jamás había conocido a un chico igual que Nicolás. Lo quería.

—¡Eres un maldito malnacido! —gritó ella pegándole con sus palmas a la cabeza de Williams, él solo se reía macabramente.

—¡No! —gritó Nicolás—. Si la única forma de que esto termine es que yo muera, pues lo haré.

—¿Acaso has enloquecido Nicolás? —Johnny lo tomó por el brazo, puso su frente junto con la de él. Le gritó furioso—. No vamos a permitir que mueras ¿Entiendes eso? Debe haber otra opción sin que el mundo de destruya.

—¡Ah! No solo el mundo, el universo entero.

—¡CÁLLESE WILLLIAMS!

—¡A mí no me calla malcriado! No hay otra opción, o muere, o el tiempo se extingue... Nicolás Wood, háganos el favor de aceptar su destino.

Nicolás no dijo nada. Sus minutos de meditación eran lo suficientemente tenebrosos. Se acercó a Williams con un gesto de resignación. Notó que al lado suyo, una fotografía se hallaba. Nunca la había visto, así que supuso que era la que pertenecía a él. Se agachó y la tomó. Si moriría, ya no tenía más esperanza. Si todo acaba con su muerte, quería saber que era lo que lo atormentaría para acabar con él mismo lo más rápido. La detalló, sin embargo, quedó observando algo en ella que lo inquietó. Exhaló aire frio. Notó la hora. Calculó que ya era tiempo. Tomó fuerzas, y suspiró sus últimos momentos. Se arrojó contra Claire y Amy, las tiró hacia atrás, tumbándolas al suelo. Ahora nadie aprisionaba al hombre.

Williams se levantó del suelo rápidamente, y antes de que Johnny reaccionara, tomó la navaja que había caído al suelo. La levantó y se acercó a Nicolás por la espalda. Su antebrazo derecho abarcó su garganta, le colocó la punta del filo de la navaja cerca de su vena.

—¡Lárguense de aquí! —gritó el hombre endemoniado—. Su amigo ya aceptó su destino.

Nicolás no se inmutaba en escapar de sus brazos, tal como lo había dicho Williams; aceptó su destino.

— ¡Nicolás! ¡Estás loco! —gruñó Johnny acercándose.

Williams dio media vuelta, daba pasos caminando hacia atrás, acercándose a la maquina con botones y cables incrustada en la pared. Los ojos de Nicolás veían a Johnny con un tono melancólico, las lágrimas le recorrían su rostro; pero ya había decidido lo que haría.

—No, no está loco, aceptó su destino—se acercó a la maquina con Nicolás de rehén—. Ahora, si me permiten, tenemos que hacer un viaje que no nos podemos perder—. Jaló una palanca de la máquina, apretó unos cuantos botones y vació un líquido viscoso dentro de un tubo. Golpeó de nuevo otra palanca— ¿Recuerdas el plan con Frank Brown?—susurró al oído mientras el veía detenidamente cada una de las palancas que movía—. Bien, para concluir esta investigación; me suplicó que en la última fotografía fuera con el idiota que previno los sucesos. Que me lo llevara en la maquina ¡Y adivina que voy a hacer!

Las Fotos Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora