Capítulo 15: El hombre del sombrero

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"06:45". Marcó el reloj de Nicolás, sabía muy bien a lo que se sometía. Toda la tarde se la pasó mirando a su ventana. Y tomando fotografías a esta. A cualquier pájaro o animal que pasaba lo capturaba con un Flash. Quería tranquilizarse, pero ni su afición más amada lo logró. Salió de casa con un morral vacío. No sabía que llevar, así que sólo lo cargó.

La noche se asomaba por las montañas. Tomó un taxi, pues el barrio Shelson le quedaba al otro lado de la ciudad desde su casa. Cada vez que se acercaba, el corazón le latía más rápido y se inquietaba.

Vio su celular. Noto que Elizabeth le había mandado un mensaje. Lo abrió:

"Hola Nico. Claire me llamó y me dijo que habías ido a Foto Express buscándome. Fui a ver a John para firmar unos papeles, después de esperarlo tantas horas, al final ni se encontraba en la oficina y su secretaría dijo que nunca me había citado. Ahora estoy en medio del tráfico en la autopista principal. Cuando llegue a Foto Exprés te marco. Adiós. "

El mensaje de Elizabeth lo hizo sentir sólo. Era probable que ella nunca llegaría a acompañarlo. También llamó a Johnny, pero este no le contestaba.

Se bajó unas calles antes de la casa 36-28. Observó que en la esquina estaba la detective Allison Wilkins. Tenía una ropa más casual: Una camisa de cuadros y un pantalón apretado. Pero aun así, se notaba que llevaba chaleco antibalas por debajo. Su cabello estaba suelto y llevaba en manos una maleta oscura. La calle estaba solitaria, ni una sola alma rondaba por allí. Nicolás abrió su boca para saludarla, pero ella se puso su dedo en los labios, señalando que no pronunciara ni una sola palabra. Y así lo hizo. Lo tomó del antebrazo y empezaron a caminar por toda la acera. Ella sacó de su maleta un chaleco.

—Póntelo—le susurró.

Si pretendía que se pusiera un chaleco antibalas, quería decir que no estaría del todo seguro. Técnicamente si lo estaría, por el hecho de tener un chaleco. Pero era la precisa razón por la que se lo tenía que poner, es decir, que su vida corría peligro. Como siempre. Aceptó. Se quitó su buzo negro y se lo colocó. Volvió a ponerse el buzo después de hacerlo.

Wilkins le entrego una pistola de nueve milímetros.

—Por si acaso—dijo.

La seguridad de Nicolás era primordial para ella. Si a él le llegaba a pasar algo, lo más probables es que la demandaran. Pues el chico no estaba reportado como alguien que ayudaba en la investigación, aunque así lo fuere.

Se detuvo en la entrada de un jardín. Al fondo, había una casa oscura. Un tanto descuidada. El césped estaba sin cortar y necesitaba otra mano de pintura a las paredes. Al techo le faltaban unas cuantas tablas. Cosa que era extraño en el barrio Shelson, pues era un lugar elegante.

—Aquí es—murmuró ella guardándose el arma en el pantalón.

Todo estaba oscuro en aquella casa. Desde afuera, no se podía notar nada. Solo las luces de la calle iluminaban el descuidado césped.

— ¿Acaso no habías dicho que venían los mejores policías de Standhol?—le recordó Nicolás con un tono bajo.

—Wood—se le acercó—, debes aprender a ver más allá de las cosas.

Pensó en que se refería ella con aquellas palabras. Giró a ver su alrededor. Trató de hacer lo que ella le pidió "a ver más allá de las cosas". Precisamente vio que detrás de los arbustos, y arboles habían escondidos oficiales armados. No se lograban ver por la oscuridad de la noche. Pero ahí estaban, aunque no se vieran. Sintió en parte tranquilidad. Siguió caminado

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