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Capítulo 5: Incomodidades

*-*Narra Kyle*-*

Entro a casa jadeante y voy a mi habitación a toda prisa, ignorando los gritos de mi madre por querer una explicación. Me acuesto en la cama boca abajo y pienso en los hechos de esta noche.

¿Qué estaba pensando Lenko? ¿Me intentaba besar? Creo que se estaba quedando conmigo y quería hacerme perder la cabeza. ¿Cual era su objetivo? ¿Acaso quiero saberlo?

¡Me estoy volviendo loco! Alguien llama a la puerta, entra y se sienta en mi cama. Sé que es mi madre, es la única que está en casa. Me acaricia la espalda lentamente, como hace también con mi cabello, y yo me relajo con su tacto maternal.

-Cariño, sabes que puedes contármelo todo -dice con una voz tranquilizadora, esa voz con la que de pequeño me dormía.

-Lo sé, mamá -digo con la almohada en mi cara, haciendo que mi voz suene rara.

-¿Y me vas a contar? -me pregunta bastante pesimista.

-Pues... -creo que se lo voy a contar, es mi madre y no creo que se lo deba ocultar-. Casi me besa un chico que, según él, solo le gusta las chicas.

-¿En serio? -se sorprende-. Pues ahora creo que es medio hetero. Seguramente hasta él estará perdido, o tal vez no.

-¿Crees que ha jugado conmigo? -le pregunto mientras me quito la almohada de la cabeza.

-Eso no lo sé, no soy ese chico. Y si yo fuera él, no jugaría con alguien tan guapo como tú -me pone la cara en la mejilla y llevo mi mano a la suya.

Me tranquiliza y me llena de ternura que siempre haga eso. La quiero tanto, no quiero que se vaya nunca de mi lado, la necesito.

-Gracias, mamá. Eres la mejor.

-Lo sé, soy la mejor -se pone cantarina, y me hace reír-. Ahora ponte el pijama y a dormir. Mañana es sábado, así que podrás dormir todo lo que quieras.

-Vale -se levanta y se va a la puerta-. Buenas noches, mamá -le digo antes de que salga.

-Buenas noches, cariño -y cierra la puerta para dejarme a solas.

Va a ser difícil dormir con la imagen del popular en mis ojos. Esa escena jamás la olvidaré, ha sido extraño e incómodo. Espero que esto no afecte nuestra amistad.

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El sol se cuela por la ventana y se posa en mi rostro, lo cual hace que no pueda evitar despertarme. Por eso y porque alguien me zarandea.

Son manos más grandes que las de mi madre, mas fuertes. Un momento, si no es mi madre, ¿quién es?

Abro mis ojos lentamente por la luz del sol. Grande es mi sorpresa que creo estar alucinando. ¡Es Lenko! ¿A qué viene esto? Es imposible, mi madre no dejaría entrar a nadie sin preguntarme. A no ser... A no ser que ella sepa que él es el que ha intentado besarme. ¿Se lo habrá dicho?

-Por fin despiertas, sí que tienes el sueño pesado. Venga, levántate que es hora -dice mientras muestra una sonrisa burlona.

Como odio cuando se pone así. Me quedo sentado en la esquina, aún con la manta encima. Lo miro con odio al despertarme a las...

Miro el reloj y son las nueve de la mañana. ¡¿Qué?! ¡Es demasiado pronto!

-No -digo simplemente y me vuelvo a acostar en la cama.

Pero claramente Lenko no para. ¡Qué pesado es!

Me quita las mantas de encima y deja entrar el frío helado. Aún no he puesto la calefacción y lo estoy pagando otra vez, como el lunes. Intento recuperar las mantas, pero él me coje y me tira a la cama, y al instante siento algo pesado en mi estómago que a duras penas me deja respirar. Miro y es Lenko quien está encima mía.

-¡¿Pero qué estás haciendo?! -grito de repente, totalmente sonrojado.

Lo mas probable es que mi madre esté trabajando, sino habría aparecido de inmediato al escucharme gritar.

-¿Quién te crees que eres para estar haciendo esto? -le regaño.

No me escucha y deja caer sus manos, rodeándome para no dejarme salida. Estoy atrapado y me siento muy incómodo. ¿Por qué hace esto?

-Eh... Lenko, no entiendo... -intento hablar, pero me quedo con las palabras en la boca, ya que su mirada no es la misma, ha cambiado.

-Kyle... -susurra y empieza a descender.

Intento zafarme de su cuerpo, de su encarcelamiento. Mi fuerza no es tan elevada como para conseguirlo. A unos escasos centímetros de rozar nuestros labios, el timbre de la puerta suena y, sin saber de donde saco la fuerza, libero una mano y separo su cara de la mía, giro nuestros cuerpos y caigo en su pecho.

Me pongo aun más colorado al tocar su pecho, fuerte y robusto.

-¡Alguien llama! -digo de repente y me levanto de encima suya.

Salgo de mi habitación apresuradamente y me voy a abrirle la puerta a la persona que esté esperando al otro lado. Cuando Lenko sale de mi habitación, abro la puerta y veo quién es. No lo conozco y esto no me gusta.

-¿Tyler? -nombra Lenko a mis espaldas.

¿Lo conoce? Veo cómo saltan chispas entre los dos. Esto no me gusta, si es como Lenko voy a sufrir el doble.

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Algo pasa entre ellos dos, ¿será por la conversación que tuvieron por Whatsapp? ¿O por otra cosa?
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¡Nos leemos pronto!
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