Capítulo 15: Nueva Cita

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Ya estoy preparado para irme a su casa para la "cita". No estoy seguro de llamarlo así, es extraño decir que Lenko y yo tenemos una cita cuando solo somos amigos y él tiene novia. Simplemente será una quedada de amigos, nada más.

Las nubes negras dan el pronóstico de hoy, lluvias abundantes. No creo que sea buena idea ir a su casa, me quedaría atrapado y tendría que quedarme a dormir.

Ya no tengo miedo de que mi padre nos ataque, o al menos a mí. Saldré corriendo si lo veo y pediré a gritos auxilio, y si consigo algún objeto punzante se lo clavaré, es mi instinto de supervivencia.

Llego a su casa, mas bien dicho mansión, y llamo al timbre. Me contesta Lenko y me abre la puerta. Entro en su casa y lo primero en lo que mis ojos se fijan es en él. Está tan arreglado que siento arder mis mejillas por lo guapo que está. Me volteo para que no lo note. Creo que lo sabe por ello me toca la barbilla y levanta mi mirada para observar sus ojos. Una pequeña sonrisa se planta en él y yo me quedo más sonrojado. ¡No entiendo nada!

—Te has sonrojado. Te ves tan...

—¿Ridículo? —termino por él la frase.

—No, lindo —dios, esto me supera.

No estoy preparado para esto, es demasiado. Es la primera vez que me hacen sonrojar tan violentamente y que luego me dicen que soy lindo. Nunca lo había vivido. Deja de sostenerme la barbilla y empieza a caminar a donde creo que debe ser su habitación. Entramos y veo que tiene todo lo que un adolescente como yo querría tener.

Salimos y nos vamos al salón, donde nos comimos la pizza la última vez. Ahora que recuerdo, llevo puesto la chaqueta de Lenko. Creo que debería devolvérselo, no puedo quedármelo, aunque me gustaría. Es tan cómoda, suave y abriga muy bien en invierno que no me gustaría perderla.

En la mesa hay aperitivos y algo de comida china. ¡Esto no es una cita Kyle! La comida que hay lo demuestra, porque si fuera una cita de seguro habría otra cosa que no fuera comida rápida.

Jugamos un poco a la consola y justo vamos empatados, llevamos un gran número de victorias cada uno y nos decidimos en que quien gane la próxima, gana definitivamente. Hasta que Lenko propone de lo que no ha aprendido.

—Te propongo una apuesta —no le llega la sangre al cerebro como para saber que no se deben hacer apuestas.

—Vale —acepto, ya un poco indignado.

—Si gano yo, tendremos una nueva cita y cuando te pida una cosa diciendo "lo especial" dirás que sí.

—Pues si yo gano... —pienso en mi recompensa—. Tendrás que... —a la mente me llega lo que tanto quiero—. Tendrás que regalarme tu chaqueta, la que me diste para volver a mi casa el día de la apuesta.

—No, esa chaqueta es mi favorita —se niega, típico de Lenko.

—¿Qué te pasa? ¿No eres bueno? —me burlo en su cara, y se siente tan bien.

—Vale, acepto —ha picado el anzuelo.

Y empezamos a jugar. Está en juego cosas importantes. La cita y su chaqueta. Me esfuerzo lo bastante en la consola, pero no me lo puedo creer, ¡estoy ganando! Todo va de perlas, pero en un momento dado, mis manos no consiguen derrotarle y llego a caer, perdiendo todo. No tendría que haberme confiado. Se levanta y baila como un tonto mientras canta por su victoria. Al final he perdido la chaqueta.

Me la quito y la dejo en el sofá. Él ha ganado y yo siempre cumplo. Ahora tendré otra cita con él y...

Espera, ¿él también dijo cita? Bueno, da igual. No es para tanto. Me vuelvo a sentar en el sofá y Lenko me tira algo. Me lo quito de la cara y veo que es la chaqueta. ¿Pero qué...?

—No entiendo nada —digo mirándolo a los ojos.

—Quédatelo, te queda muy bien. Y también te lo doy porque has dado guerra, casi pierdo. Te la has ganado.

La dejo en el sofá mientras él pone una película en el televisor. No sé cual es, pero prefiero no saberlo. Cuando la película va por la mitad, siento los párpados pesados y tengo mucho sueño. Serán las doce menos cinco de la tarde cuando cierro los ojos y me quedo dormido ante una zona cálida que me reconforta.

*-*Narra Lenko*-*

Se ha quedado dormido en regazo, siento su respiración chocar con mi ropa. Es tan lindo verlo así... Estos pensamientos me tienen bastante dudoso y no me gusta. Pongo mi mano en su pelo y lo acaricio suavemente. Le acaricio la mejilla, casi le despierto, pero ha valido la pena notar su piel.

Apago la televisión y lo llevo en brazos hasta mi habitación, no quiero que se quede en el sofá, como iba a hacer en su casa. Él ha sido tan hospitalario conmigo que se lo debo. Lo dejo sobre mi cama, le oculto entre las mantas y entro también. Apoyo a Kyle en mi pecho desnudo, su tranquilidad se me pega. Se siente muy bien, me gusta notar sus manos en mí, su cabello en mi nariz...

¿Qué dirá o hará al verse en mi cama y apoyado en mí? Creo que se volvería a sonrojar. Espero que no se vaya mientras esté durmiendo, me parecería de mal gusto.

Miro por la ventana y veo que la tormenta ha empezado, las gotas de lluvia golpean fuerte el cristal. La fuerza con la que ruge da a entender que no es buena idea salir, prefiero mantenerlo a mi lado a que salga y reciba daño.

Me acomodo mejor y cierro los ojos lentamente, pensando en la persona que tengo a mi lado. Me siento genial, siento que estoy empezando a soñar. Solo deseo que mañana por la mañana, Kyle siga en mi pecho. Eso es lo que deseo.

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