Jesús.
Los días han pasado volando. Estamos a finales de octubre y los exámenes de diciembre se acercan. Ahora es cuando menos debemos faltar a la universidad y tomar todos los apuntes posibles.
Me encuentro en una cafetería del centro con María, ambos estudiando sus temarios. Me relaja estar aquí, con ella, tan tranquilos. Aún siendo sábado, los dos hemos visto bien venir y adelantar un poco de estudio.
Me encanta estudiar con María, me recuerda a cuando nos conocíamos y pasábamos así tardes y mañanas enteras. Eso fue hace apenas dos meses- casi – pero parece como si fuese sido hace años.
Suena su móvil y tras leer el mensaje, me mira algo fastidiada.
- Tengo que irme – anuncia, guardando sus cosas en la mochila.
- ¿Ocurre algo? – interrogo, guardando las mías también.
- No, nada, no te preocupes – sonríe – solo voy a comer con Alicia – asiento y tras pagar salimos a la calle - ¿Te veo esta tarde?
- Ni lo dudes.
Ambos sonreímos y nos despedimos con un beso, que a mí me sabe a poco. Cualquier mínimo tiempo lejos de María es un mundo para mí.
Me extraña que hayan quedado para comer así tan de repente. Algo le pasa a mi cuñada, lo sé y Dani también lo sabe. Llevan estos días muy raros. Mi gemelo se pasa el tiempo enfadado y preocupado por su chica. Y la pelirroja no deja de sentirse mal y decirle que todo está bien
Tengo la sensación de que María sabe más que nosotros.
Llego a casa y encuentro a mi hermano sentado en la mesa, bebiéndose una cerveza y mirando sus apuntes. Pero por la cara que tiene no está muy concentrado.
- No me habías dicho que Alicia y María habían quedado – dice, nada más sentarme frente a él.
- No lo sabía – admito – creo que ha surgido sobre la marcha. Nos habrían avisado.
él asiente, serio.
Daría lo que fuese por ayudarle, pero estoy tan perdido como él.
María.
- Tienes que decírselo – digo, algo alterada – Alicia, estás embarazada de dos meses, por las intenciones que te veo no vas a abortar. ¿A qué estás esperando? ¿A la primera comunión del niño?
- ¡No me presiones! – exclama, llorando – Es difícil, ¿sabes? Algo dentro de mí me dice que no va a salir bien y otra que me lance, que Dani me quiere.
- Pues hazle caso a la segunda parte. Porque el tiempo pasa, Dani no es tonto y sabe que algo te ocurre. Y tu barriga va a crecer, tus cambios de humor van a ir a más y todo va a ir a más.
La pelirroja rompe a llorar. Me siento en el sofá de mi piso junto a ella, abrazándola y dándole todo el consuelo que sé. Es una situación difícil, me lo puedo imaginar. Pero cuanto más retrase las cosas, peor será la reacción del Oviedo pequeño.
- Vamos a buscar el mejor momento para decírselo ¿vale? – asiente, sorbiéndose los mocos – No te preocupes, cariño.
***
- Tú sabes que le pasa a Alicia ¿verdad? – comenta Jesús, mientras nos sentamos en un banco del parque María Luisa.
Lo miro, asombrada. No me esperaba esa directa. ¿Qué hago yo ahora? Debería decírselo ¿no? Pero, ¿Alicia estará de acuerdo?
- Jesús yo... - comienzo, dudando.
- Por favor, María, dímelo – suplica – te prometo que no se lo digo a mi hermano, pero es que es todo muy raro...
Lo sopeso unos segundos, suspirando.
Me mira a los ojos, y antes de hablar le doy un rápido beso, que le hace sonreír. Y lo suelto, le cuento todo lo que ocurre en la vida de la pelirroja y lo importante que es que guarde silencio.
Jesús me mira boquiabierto, con los ojos de par en par y sin saber que decir. No todos los días te dicen que vas a ser tío.
- En realidad, entiendo a Alicia... - dice finalmente – Conozco a mi gemelo, y la quiere más que a nadie. Pero es normal que le de miedo soltar tal noticia.
Asiento, afectada.
Esta situación nos tiene confusos a todos. Mi iphone suena y lo saco del bolsillo, leyendo el mensaje de mi hermano.
Va a venir Sofía a cenar. Invita a Jesús y a su hermano.
Le pongo la pantalla a mi chico delante, el cual asiente.
- Yo voy – sonríe – Pero mejor no decirle nada a Dani.
Asiento, dándole la razón, pensativa.
Desde que arreglé las cosas con David y acepté su nueva oportunidad con Sofía, no la he visto. Quiero decir, hacen su vida de pareja pero no he tenido que volver a cruzármela. Hasta hoy.
No sé cómo actuar, sinceramente.
Que le fallase de esa manera a David y verlo tan hundido por ella, dejó una marca en mí que es difícil de borrar. Pero en el fondo sé que es buena chica, y si mi hermano le da una nueva oportunidad, como "amiga" puedo dársela yo también,
Aunque no crea en las segundas oportunidades.