Jesús.
Me peino frente al espejo antes de salir. Hoy es fin de año y hemos quedado todos nuestros amigos para comer juntos y voy a recoger a María para ir al restaurante.
Estos dos días no nos hemos visto. No podía. Necesitaba pensar, asumir que ella es la chica a la que le rompí la vida y que no quiero joder todo, no puedo hacerlo porque la quiero.
Después de darle tantas vueltas y de hablarlo con Dani, he llegado a la conclusión de que tengo que contarle la verdad. Pero que no lo voy a hacer ahora. No sé cuando, ya encontraré el momento adecuado.
Subo hasta su piso para saludar a su hermano.
María me recibe con un fuerte abrazo y yo se lo correspondo. Pensaba que a partir de conocer su secreto, no podría mirarla igual, pero me equivocaba. Yo no soy el mismo y la quiero.
- Hola cariño – susurro a centímetros de sus labios.
- Hola – responde, antes de besarme.
Una tos nos hace separar y nos encontramos a David cruzado de brazos en mitad del salón. Sofía aparece segundos después. Sonriente.
- ¿Qué tal, Jesús? – Me saluda el hermano de mi chica.
- Bien ¿y vosotros?
Hablamos animadamente unos minutos. Luego María y yo nos marchamos hacia un pequeño restaurante que ha escogido mi cuñada. Cuando llegamos, ya están todos aquí: Eric, Carlos, mi gemelo y mi cuñada.
- Te quiero – le susurro a mi chica antes de sentarnos. Ella me sonríe.
- Y yo a ti – me da un apretón en la pierna – ¿a qué viene eso ahora?
- Nada, solo no quiero que lo olvides.
Asiente, mirándome con dulzura.
- ¿Vino? – cuestiona Eric, leyendo la carta de esa bebida.
- Claro, tío – lo apoya Carlos – ¡es el último día del año!
El camarero se acerca y pedimos la comida y una botella del mejor vino. María y Alicia hablan animadamente de cosas que les han ocurrido estos días, mientras que los chicos conversan de motos y coches.
María.
Me echo perfume y cojo mi pequeño bolso a juego con el vestido dorado que me he puesto. Salgo de mi habitación encontrándome a David intentando colocarse bien la corbata. Me rio.
- Déjame a mí.
Me sonríe de lado y le ato la corbata. Está muy guapo con traje.
Es noche vieja y vamos a cenar en casa de los gemelos, con Alicia, los amigos de ellos, nosotros, Sofía. También viene Miriam y su novio Tom. El plan fue improvisado ayer, en realidad. Sin previo aviso mis padres nos informaron de que se iban de viaje para celebrar el año nuevo. Y se marchan con los padres de nuestra prima, así que decidimos cenar juntos los tres, bueno seis contando a sus parejas. Fue Daniel el que propuso cenar todos juntos en su piso.
- ¿Recogemos antes a Sofía? – interrogo, abrochándome el cinturón.
- Sí, tenemos que pasar también a comprar el champan – me responde mi hermano.
***
En el portal de los gemelos, nos encontramos a Miriam y a su novio. Al conectar mi mirada con mi prima, sé que está nerviosa. Le gusta mucho Tom, de hecho yo diría que es el primero por el que se pilla tanto. Y está ansiosa por presentárnoslo y ver como reaccionamos.
- Tú prima me ha hablado mucho de ti – dice el novio de mi prima.
- Y a mí de ti – rio.
***
La cena transcurre animada y tranquila. Creo que es una noche vieja que recordaré toda la vida.
Siento unos brazos rodear mi cintura y sonrío al saber que se trata de Jesús. Es instantáneo, mi cuerpo reacciona cuando él se encuentra cerca.
Estamos asomados al balcón, yo he salido hace unos minutos para tomar el aire.
- ¿En qué piensas? – interroga.
Giro para quedar frente a él. Le rodeo el cuello con mis brazos y beso su mejilla.
- ¿Te acuerdas que una vez me preguntaste que a quién quería más?
- Sí – Responde – No sabías decidir entre tu hermano o tu padre – Añade.
Nos miramos unos segundos, me acerco más a él.
- A ti – susurro, sin dejar de mirarlo – A ti es a quién más quiero.
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¡Hola!
Os dejo matarme por tarda en subir y por que sea tan cortito.
Pero os prometo que no he tenido tiempo. Ha llegado un momento
en el que me sentía saturada.
Actualizare pronto, promesa.
Y habrá salto temporal.
¡Nos leemos!
