Jesús.
Los días han pasado hasta llegar a jueves. Han sido días increibles, no he hecho nada en especial realmente, sin contar los momentos con María, que eso para mí es hacer algo realmente especial. Hemos cenado todas las noches juntos, porque aparte de vernos en la universidad, es el único momento que tenemos. Ya que los dos trabajamos por la tarde. De repente, recuerdo unas palabras que me dijo David el martes, cuando pase a recoger a su hermana.
{ -Le haces mucho bien a mi hermana-sonríe, mirandome. Y, sorprendentemente, tiene la mirada brillante.
-Lo intento-confieso- aunque realmente es ella la que me hace bien a mi-me da una palmada en la espalda.
-Te voy a contar una cosa, vale? Pero no se lo digas a María-asiento, dudoso. Qué puede ser eso para que ella no pueda enterarse?- Mi hermana nunca ha confiado en los chicos, a ver si me explico, nunca se ha relacionado con ellos como una chica normal-asiento, no muy convencido de haber entendido sus palabras}Pero no me tuve tiempo de informarme de más porque María apareció en el salón y nos marchamos a cenar. La clase termina y junto a Eric salgo del edificio. Me llevo las manos a los brazos, hace un frio tremendo. Le digo a Eric que me acompañe al coche y cojo una sudadera. Una vez puesta, volvemos para ir a la cafeteria.
-Oye tio-me llama, le miro- Que tal con la tia esa? Como se llamaba?-se acaricia la barbilla, pensado.
-María-respondo, sin poder evitar-bien, voy genial. Pero por si acaso dile a Marcos que lo quiero a más de 3 metros de distancia de ella.
-Pues, llegas tarde con tu amenaza-señala, lo miro sin entender y él me hace un gesto para que mire dentro de la cafetería. Veo a mi gemelo, con su chica y María, y Marcos esta sentado a su lado, hablandole demasiado cerca para mi gusto.Respiro hondo para tranquilizarme. Nunca he sido celoso, pero María es tan importante para mí que tengo un miedo terrible de perderla. Entro y cuando ella repara en mi presencia veo como le brillan los ojos e incluso suspira de alivio.
-Venga, circulando-le digo a Marcos, no le doy tiempo a responder y lo levanto por el hombro. Tomo asiento yo y María deja un beso en mi mejilla. Entrelazo su mano con la mía y le guiño el ojo-puedes sentarte ahí-me dirijo a Marcos, señalandole la silla de al lado, donde está Eric. Me mira mal y finalmente se sienta.
-Has preparado ya la maleta, María?-le pregunta Alicia, emocionada.
-No-ríe la aludida- Para un fin de semana no necesitare mucho.
-Y menos cuando este te quite la ropa-ríe Eric, lo fulmino con la mirada y siento como María aparta su mano.Eric es así y no creo que cambie jamás. En otro momento me habria reído, su humor es así de picantón. Pero ahora no, porque noto como María esta incomoda.
-No seas gilipollas-le digo, me giro hacia la izquierda y vuelvo a coger la mano de la chica de los ojos verdes- vamos fuera?
Asiente de inmediato y tras coger nuestras cosas, salimos al campus. Veo como tirita de frío y hace el mismo gesto en sus brazos que yo anteriormente. Las temperaturas han bajado muchisimo esta semana.
-Toma, pontela-le digo, tendiendole la sudadera que me he quitado segundos antes.
-Y tú?-interroga, mirandome fijamente. No sabéis lo nervioso que me pone.
-Yo..pues bueno, si te la pones y me abrazas seguro que se me quita el frío-suelta una carcajada y yo le dedico una sonrísa dulce. Finalmente se pone la sudadera. Nos sentamos en un banco de la entrada y no duda en abrazarme fuertemente. La miro unos segundos- Oye, que siento lo que ha dicho Eric, es imbécil.
-Ya, no te preocupes-dice, separandose de mí.
-No quiero que pienses que soy como ellos, quiero hacer las cosas cuando tú quieras, María.Asiente y en su mirada veo tranquilidad pero con un poco de miedo. Abro los brazos para volver a abrazarla y ella acepta encantada. Después nos separamos un poco y pone su pequeña mano en mi mejilla, se acerca a mis labios y me besa. Yo no tardo en responderle. Sus besos son totalmente diferentes a todos los que hayan podido darme. Y de hecho, los que yo le doy a ella son especiales, exclusivos para María.
***
María.Reviso tener todo preparado para el viaje. Esta mañana en la universidad los gemelos me informaron de que me recogerán a las cinco. Son apenas 20 minutos de viaje, ya que, según Dani, Mairena está muy cerca de Sevilla capital. Hoy es mi día de descanso, a si que por suerte no he tenido que ir a trabajar.
Estoy bastante nerviosa, sobretodo por conocer a los padres de los gemelos. Cada día siento más y más por Jesús, y avanzamos bastante. Pero no se que somos exactamente y no tengo ni idea de como me presentara ante ellos.-María-me llama David desde el umbral de la puerta, le miro sonriendole- Ya estan los gemelos abajo- asiento y coge mi pequeña maleta hasta dejarla en la puerta del ascensor- Mucho cuidado y haber que haces, eh-me dice, dandome un abrazo. Me río y al separarnos le guiño el ojo.
-Eres tonto.
-Pero me quieres.
-Mucho-completo yo- como tú a mí.Me sonríe y segundos después ya estoy en el ascensor. Sinceramente, no sabría definir lo que me pasa con Jesús, solo se que me encanta y que gracias a él muchos de mis miedos hacia los chicos se han disipado. La verdad, que es el único con el que me siento agusto sin ser mi amigo. Cuando salgo del portal, Alicia me abraza emocionada. Tiene muchisimas ganas de ver a la gente de Mairena. Mas tarde, abrazo a Dani y por ultimo al gemelo mayor. Le doy un beso mientras pierdo mi mano por su pelo. Con Jesús todo es así, me sale solo y me encanta.
-Conduzco yo-anuncia Dani.
-Vale, yo me siento detrás con María-informa la pelirroja.Le sonrío en respuesta y tras guardar mi equipaje en el maletero subimos al coche. Dani pone la radio y su chica tararea la canción junto a mi. Varias canciones después suena una melodía preciosa de Luís Fonsi.
-Me quedo callado, soy como un niño dormido que puede despertarse con apenas solo un ruido. Cuando menos te lo esperas, cuando menos lo imagino se que un día no me aguanto y voy-comienza a cantar Dani y me quedo alucinada.
-Y te miro y te lo digo a los gritos-se le une Jesús.Doy un grito de emoción mientras ellos siguen cantando. Lo hacen genial! Tienen unas voces tan bonitas. Me quedo embobada mirandolos mientras ellos siguen entonando la canción y Alicia se ríe a mi lado.
-Yo, yo no me doy por vencido. Yo quiero un mundo contigo. Juro que vale la pena esperar y esperar, esperar un suspiro. Una señal del destino. No me canso, no me rindo, no me doy por vencido-canturrean al unísono.
-Hacer eso otra vez!-les pido, emocionadísima. Los dos me miran atraves del espejo retrovisor mientras se ríen- Como no sabía en este mes que cantáis tan bien? Y no sois famosos? Dios, tenéis que cantarme más veces.
-Relajate cariño-ríe Jesús, girandose hacia mi- Son secretos que nos guardamos.
-Exacto. No cantamos delante de mucha gente- acota su gemelo- solo la especial.Dicho eso, Jesús me guiña un ojo y yo me sonrojo. Este fin de semana promete. Mucho.