Ya había pasado una semana con lo del incidente de Ross, desde allí no volvimos a dirigirnos la palabra, solamente para recados. La verdad ya ni se que somos, o si sigue en pie lo del contrato. Últimamente, he mantenido mi mente ocupada con asuntos de la oficina, lo cual me ha ayudado bastante.
Ya he recibido mi primer sueldo y la verdad me siento contenta. Hoy Stormie nos ha invitado a una cena en su casa, por supuesto, estamos Ross y yo incluidos. La parte mas triste de todo este es que me compre un vestido con la mitad del total, que había ganado. Supongo, que al fin y al cabo, es para algo bueno.
Desato mi cabello y le doy unas ligeras hondas, para no estar tan sencilla. El maquillaje ya esta listo y procedo a ponerme el vestido, el cual es de un color rojo y en el centro tiene un triangulo al revés de encaje. Me llega a la altura sobre mis rodillas y sin mangas. El vestuario me hace sentir ligera y fresca, y la verdad no me importa que opinión tendrá Ross sobre la prenda, no necesito que un hombre me diga que estoy linda, para hacerme sentir bien.
*
A las ocho con tres minutos me encuentro en unas de las tantas calles que se encuentran en New York, esperando a Ross quien por cierto no ha llegado, lo cual empieza a asustarme.
A lo lejos, veo un Larborghini Gallardo Spyder, no puedo identificar al conductor, pero de seguro ese es Ross. Y lo confirmo en el momento en que aparca a un metro de mi y baja su ventanilla.
Recuerdo haberle regalado a papá una figurita de ese mismo auto, se alegro bastante al ver que era uno de sus lamborghinis favoritos.
-Buenas noches, Marano-me dice y su voz grave retumba en toda la oscuridad.
Puedo sentir los latidos de mi corazón acelerarse, y mi piel comienza a estar caliente.
-Buenos noches, Lynch-respondo de igual manera.
Ladea su cabeza a un lado, indicándome que rodee el auto y me coloque de copiloto. Hago lo que me pide.
Cuando ya estoy montada en el auto, su aroma se adentra a mis fosas nasales, y huele exquisito, me pasaría una eternidad a su lado.
Antes de que arranque observo, el interior con detenimiento. Los asientos son de cuero blanco y muy bonitos, por cierto, al igual que el volante, que es de una forma extraña.
Pone el auto en marcha, y "disimuladamente" lo miro. Aunque lo veo de perfil, igual se ve bien. Su cabello esta algo largo, y tal vez no se ha dado cuenta de ello. Su mandíbula no esta presionada, pero aun así luce fuerte y estructurada. Sus labios están levemente, entreabiertos, y uno de sus dedos juega con su labio inferior. Oh mierda, cuanto deseo besarlo.
-¿Cómo estás?-trato de entablar una conversación, todo esta en silencio, y si quiera el motor del auto no emite ningún sonido.
Lo veo, encogerse de hombros.
-Como la mierda.-dice con tanta simpleza, que me sorprende.
-¿Han resuelto el problema de aquel día?
Se voltea solo un momento para mirarme.
-Marano, te voy a decir dos cosas; primero; esos problemas nunca se van a resolver, siempre pasa lo mismo. Segundo; no entiendes que nada de eso te incumbe.
-Entonces ¿Por qué me invitaron a cenar? Se supone que era para eso, ¿no?-pregunto, indignada. No hay lógica en todo esto.
-Mamá, es así con todo el mundo, hasta con el primer vagabundo que se encuentre. Ahora si, fin de la conversación-replica tajante. Quiero golpearlo.
Eso si quiera era una conversación. Verdaderamente, me dolió, estaba segura de que hoy, Ross no me dejaría ser yo misma.
El auto empieza a dar pequeños saltos, y es cuando me doy cuenta que estamos entrando en el camino de piedras.
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Sólo Sexo |Fanfic 1°| [Raura]
Romance-¿Solo sexo?-pregunte, inocente. No sabia lo que me esperaba. -Solo Sexo.-afirmo el, seguro de si mismo. Aun sus manos sujetaban mi mentón. ********************************** ADVERTENCIA: No me hago cargo de traumas o problemas personales. Leen esto...