Mi pecho arde por sus palabras, un temblor agradable se apodera de mi cuerpo, y en ese momento me entran unas ganas inmensas de gritar, llorar y saltar, pero no hago nada de aquello, sólo me quedo allí, con la marcha desbocada de mi corazón, mis mejillas sonrojadas y el calor de mi cuerpo. Solo el puede provocar eso.
Giro mi rostro para verlo mejor y el me mira atento, expectante, esperando a que diga algo, pero lo único razonable que puede salir de mis labios, es;
—Gracias
Y le sonrío con sencillez, sin mostrar mis dientes.
Doy media vuelta en la cama para tenerlo frente a frente, y con timidez me acerco a el, lo máximo que se me permite.
—¿Puedo...?—pregunto, con mi pulgar extendido, quiero tocarlo.
El no parece entender, pero de igual forma asiente, casi imperceptible.
Dirigo mi dedo hasta su frente y comienzo a trazar el ovalo de su cara, muy lentamente, sintiendo su sedosa piel.
Luego, mi pulgar prosigue a tocar sus cejas; primero la izquierda y después la derecha, rozando sus tupidos vellos.
Mi dedo baja por su nariz y el cierra los ojos, donde me da acceso a sus párpados, y así lo hago, sintiendo la calidez que emanan sus poros.
Recorro sus pómulos con pasión, con deseo, y suavemente rozo sus mejillas hirvientes. Cambio de dedo y con mi índice, viajo a su estructurada y dura mandíbula, para después pasar al lado derecho de su cara, no sin antes, acariciar su barbilla, donde hay rastro de una barba incipiente.
—Tu también eres hermoso —digo, bajito procurando que me haya escuchado.
Despues de haberlo dicho, me arrepiento, así que trato de no cruzar miradas.
Cuando he terminado de pasear por cada rincón de su rostro, me aventuro hacia su cuello, y así lo hago, lo acaricio y rozo con tanta dulzura genuina, que me impresiona a mi misma.
Con temor, saco de mi interior las siguientes palabras;
—¿Puedo besarte?—pregunto tímida—No quiero que haya rastros de besos que no sean míos en ti.—replico, con un pequeño hueco en mi corazón.
Pero, no hubo respuesta, no hubo nada, al momento en que levante mi vista y lo encontré durmiendo con su respiración totalmente tranquila algo se hundió en mi. Me hizo sentir humillada el saber que no me escucho, quiero golpearme contra la pared y desaparecer, no haber dicho nada y haberme quedado con mi silencio.
Pero de igual forma, ignorando todo esa decepción, me acerco a el, con temor, y observo sus labios secos, en donde planto un suave beso mientras duerme, me dispongo a tomar su mano y entrelazar nuestros dedos, para el final, poder descansar, con la esperanza de que mañana será diferente.
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No escuchó nada a mi alrededor, solo las bocinas de los autos que transitan en la avenida de abajo. Se que tengo que pararme para ir al trabajo, pero tengo sueño y la verdad, hoy no tengo ganas, sino fuera porqu...
La alarma se activa en mi sistema al instante en que siento una respiración sobre mi cabello, pero aquello me calma al darme cuenta de que se trata de Ross, quien duerme a mi lado.
Y su...su mano sigue junto a la mía, sobre mi cintura. De inmediato, el color sube a mis mejillas y la sensación de querer acurrucarme mas junto a el me asalta, pero, no lo hago, porque se que si se da cuenta va reaccionar de manera brusca o al menos es lo que pienso.
Resignada trato de quitar mi mano junto a la suya y me levanto, sin el poner resistencia, lo cual no agradezco en absoluto.
Rápidamente me adentro a la habitación de enfrente donde están mis maletas, escojo un conjunto y me dirijo al baño para darme una buena ducha.
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Sólo Sexo |Fanfic 1°| [Raura]
Romance-¿Solo sexo?-pregunte, inocente. No sabia lo que me esperaba. -Solo Sexo.-afirmo el, seguro de si mismo. Aun sus manos sujetaban mi mentón. ********************************** ADVERTENCIA: No me hago cargo de traumas o problemas personales. Leen esto...