Cap 30: ¿Adam es...?

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Me estaba preparando, ya desde hace tres horas, pero igual voy molesta. El problema; vamos tarde.

Resulta que al despertarme eran las ocho con treinta minutos, me vestí y prepare él desayuno. Luego proseguí a despertar a Marie y limpiar un poco el departamento. Sin darme cuenta pasaron tres horas, ¡Tres putas horas!

¿¡En qué momento ocurrió todo eso!?

No lo sé. Pero vamos tarde.

No he tenido noticias de Josh, y mucho menos de Ross. Sólo me avisaron que llegaba hoy y yo como buena... ¿amiga? ¿novia? ..lo que sea. Decidí ir al aeropuerto para esperarlo.

La verdad tengo muchas ganas de verlo y no creo poder soportar mas horas sin tenerlo cerca. Lo necesito conmigo.

Cojo a Marie entrelazando nuestras manos, y nos dirigimos al ascensor a toda velocidad.

Marie jadea de dolor al notar que apreto con demasiada fuerza su mano. La suelto pidiendo perdón. La niña resopla enojada.

Los nervios van a acabar conmigo.

Corro hacia el estacionamiento con Marie pisando mis talones, y al llegar junto al auto negro, me sorprendo al ver a Josh apoyado contra el vehículo, veo a mi Josh, a mi guardaespaldas, él que recibió una bala por mi.

Apresuro mi paso jadeante y siento el sudor chorrear por mi barbilla.

Mis brazos rodean al castaño frente a mi y lo apreto más para darme cuenta si es real. Y efectivamente, lo es, por su aroma.

—¡Josh!—grito, con alegría, manteniendo mi cuerpo, para no saltar de emoción.

Me preocupe mucho cuando no estaba, y ahora que se encuentra aquí, aunque con él pie forrado de yeso, me hace sentir bien. Está de vuelta.

Tomo mi bolsa, y de ella saco un sándwich para Peter y otro para Josh, se los entrego con una sonrisa. Me alegra haber hecho cuatro emparedados.

Ellos me sonríen en agradecimiento, y yo sonrió satisfecha.

Estoy inquieta. Y mi ansiedad aumenta con cada curva que da el auto. El fin de semana por ejemplo, era tanto mi ansiedad, que recurrí al shopping, no soy alguien que sale de compras a diario, sino cuando se requiere. Pero está, fue una excepción.

Necesitaba distraerme. Y que más que llenando el closet de ropa nueva.

Sé de antemano que cuando Ross llegue aquí, actuará indiferente. Lo que sucedió la última vez que nos vimos, será difícil de repetir. Aquello fue sólo un bajo en nuestro contrato.

El camino parecía hacerse mas largo, a medida que íbamos por la central. Eran aproximadamente veinticuatro kilómetros de Manhattan al aeropuerto.

Abriéndonos paso por la autopista, pude ver el Aeropuerto Internacional John. F Kennedy, donde se suponía arribaría Ross. A lo lejos pude ver al Long Beach.

Después de horas de mucho camino, habíamos arribado al aeropuerto. Estábamos en el dichoso y aclamado Aeropuerto Internacional John Kennedy de New York, aquí fue donde llegue de Miami. Y la verdad me trae muchos recuerdos hermosos, es aquí donde realice mi primer viaje a Italia.

El distrito Queens es muy recurrido por las playas de Long Beach, papá solía traerme aquí.

La verdad me extraña que Ross haya decidido aterrizar justamente aquí, en un lugar tan público y con abundancia de personas. Creí que prefería los lugares pocos recurridos.

—Ya deja de hacer ruido con tus pies, Laura, me vas a matar —me acusa, Josh, sentado en la sala de espera, con una mano en el tabique de su nariz.

Sólo Sexo |Fanfic 1°| [Raura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora