Cap 23: ¿Jack?

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Maratón 2/2

No lo entendía. Definitivamente no lo entendía. Simplemente no lo entendía. No comprendía para nada su comportamiento, quizás en algún momento pensé en que era bipolar, pero no era así. Esto es un problema personal, de el, algo que le afecta y lo tiene con esa actitud.

Hubo un tiempo en el cual, papá adopto aquella actitud, desde que mamá lo dejó, y sin embargo, nunca se recuperó, sigue con su faceta fría, pero sabe lo que debe hacer, sabe cuando debe pedir perdón, y cuando debe arrepentirse. En cambio, Lynch no.

Tomo una inspiración profunda y me concentro en alejar todo pensamientos que me perturbe, mi cabeza es una maraña de pensamientos incoherentes que no me deja pensar con claridad.

Lo mire por última vez, tratando de reflejar en mis ojos, la decepción que empezaba a sentir, la humillación que empezaba a florecer dentro de mi ser. Era un idiota por comportarse así, y respetaba que tenga sus problemas, pero, trataba de ayudarlo, y por ello necesitaba crédito.

No se inmutó de mi, ni de mi mirada, de nada, sólo se dio media vuelta y me ignoro como todo aquello en su vida, como todo aquello en su entorno, y se encerró solo, en su burbuja.

Cuando ya se había montado en el auto y había arrancado como un  demente hacia el cruce de Manhattan y se había perdido de vista, entre de nuevo a la casa de Stormie, para despedirme y dar una disculpa, porque mi corazón cargaba con aquel peso, desde que acepte venir a verla. Y no me sentía mal por conocer a su madre ni mucho menos a su hermana y sobrino, simplemente me era imposible crear una relación que estuviera vinculada con asuntos de Lynch, porque aquello afectaba su alrededor.

6:37

El uniforme del trabajo se encontraba mas ajustado de lo común, pero estaba bien. Ayer había pasado toda la noche sin poder pegar un ojo, mis nervios estaban acelerados y a la vez una opresión en el pecho no me dejaba tranquila. Hoy tendría que ver a Lynch, y pues digamos que no estaba de humor, en este día solo quería echarme a la cama, comer lo que sea que haya en la nevera y dormir, dormir como una morsa hasta que decida despertarme.

Mire de nuevo el reloj y me di cuenta que perdí tres minutos en arreglarme el cabello, al menos valía la pena, y por último retoque el maquillaje de las pequeñas bolsas negras que empezaban acumularse bajo mis ojos, por falta de sueño.

Entregue las llaves a recepción y tome un taxi hacia Lynch Corporations, no sin antes hacer una parada en Starbucks a tomar un café.

Con once minutos de anticipación logre llegar a Lynch Corporations, retire tarjeta y me coloque a ordenar la oficina, hoy los grandes jefes tenían junta, por lo cual no tenía casi nada que hacer. Casi.

Ya a las doce del día necesitaba cafeína en mi cuerpo, así que me dirigí hacia la sala de bocadillos en la cual había una tetera de café. Cogí un poco.

Antes de llevarme la taza a los labios, casi me quemo, pero lo que si me quemo con lava ardiente, fue lo qué tenía enfrente. Era el. No había forma de dudarlo.

Sus cabellos ordenados como lo tenía siempre, su nariz respingada, algo de barba y su ropa sustituida por un traje. ¡Mi Dios!

Mis labios se secaron y una expresión de asombro, miedo y nerviosismo se filtro en mi. ¿Qué hacía aquí? No se supone que debe estar en Miami, no se supon....

—Laura, dulzura...—murmuró tan lentamente, tan sensual, que por un momento dude si era el.

Ese apodo. Que asco.

Lo mire en estado de shock, mientras su mirada me recorría de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba.

Sudor frío recorrió mi espalda y un escalofrío en la espina dorsal, me hizo apretar la mandíbula.

Sólo Sexo |Fanfic 1°| [Raura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora