Sólo Sexo |Fanfic 1°| [Raura]

Cap 15: Me Ato La Gripe.

El ambiente a mi alrededor era frío, mientras que el viento helado calaba mis huesos.

Hundí un poco mas mis manos en los bolsillos de la cazadora y sople soltando vaho de mis labios.

Estaba tan sumida en lo sucedido anoche, que no era consciente de las bocinas de los autos a mi lado ni de los gritos provenientes de los vendedores en mi entorno.

Quería llegar a casa y echarme a llorar. Olvidarme de todo por un momento, sólo unos minutos, y creo que tal vez se sentiría bien, se sentiría como un cambio.

Regrese a New York con la esperanza de un cambio, un camino diferente, donde esto no estuviera sucediendo, sin embargo, esta comenzando y no puedo con esto, pero lo quiero. Lo anhelo, lo deseo.

Mi mente es una maraña de pensamientos y emociones mezclados sin coherencia, y se qué aunque no es la gran cosa, para mi vale algo. Aunque sea un poco. Y es imposible no hacerlo.

•

El aire de adentro me da la bienvenida, ni siquiera soy capaz de estremecerme por la escalofriante sensación.

Con mi frente en alto y cuerpo recto, camino hacia la recepción. Frunzo mi ceño adrede.

Papá decía qué yo no era mala, que no tenia nada de frialdad, pero cuando arrugaba mi ceño; mí cara era una mascara de soberbia y maldad que me hacia ver madura y calculadora, algo que no tenia ni en la punta de los pelos.

—Buenos días

Si, efectivamente mi voz sonó ronca, por no haber hablado en todo el camino.

Carraspeé mi garganta.

—Buenos días, Laura. Su padre la espera arriba.

—Muchas gracias, Melanny.

Luego de eso, le sonreí lo mejor que pude, lo cual fue un fracaso, al menos logre hacer una mueca ¿no?

Me encamine al ascensor y pulse el piso. Esta vez no estaba nerviosa por estar rodeada de empresarios o personas de "alto nivel" exitoso. Creo que ya me empezaba a acostumbrar y una pequeña pizca de emoción se filtro en mi. Pero se borró en el instante en el que llegue al piso de mi padre.

Salí del ascensor y me encamine a la puerta. Con dos de mis nudillos llame a la puerta, un «pase» se escucho desde adentro.

La puerta es abierta por mi misma y me adentro a la oficina. Visualizo a mi padre en su silla, revisando unos documentos.

—Hola...

Susurro y es en ese momento en que levanta su vista hacia mi y me observa con ternura. Y se lo que viene ahora. Cuanta rabia me tengo.

—¿Va a venir? ¿No es cierto?

El me contempla unos segundos, evaluando mi expresión.

Lentamente, asiente.

—¿Estas feliz con esto?

Pregunto, sólo por curiosidad.

—Es tu hermana—dice cauteloso.—¿No te das cuenta?

Río seca y amargamente.

—¿Hermana?—mi voz sale varios tonos agudos, sin embargo, el lo nota, y arruga su ceño.

Río sin ninguna pizca de humor.

—Ella no me trata como tal.—sigo hablando sin importar su silencio— Cada vez que intento hablar o acercarme a ella, me mira con asco, con desagrado...con odio.

»¿Como mi hermana? Mi hermana, sangre de mi ¡maldita sangre! ¿Me puede tratar así? ¿Ah? No es posible que tanto odio se pueda guardar en una persona.