Do you ever think of me, when you lie? Lie down in your bed, your bed of lies. And I knew better, than to look in your eyes, they only pretend, you will be mine – Comienza a sonar mi despertador – and you know how you made me, believe...
>Mood: Warm In The Winter - Glass Candy<
Abrí mis ojos lentamente y lo primero que vi fue la luz escandalosamente fuerte que entraba por mi ventana. Aun no entiendo como no cerré las cortinas ayer por la noche.
Es oficial.
Odio las mañanas con toda mi vida.
Me incorporé lentamente y dí un vistazo a mi habitación. Lo mismo de siempre, grande, moderna, blanca y con ropa por todos lados – Debería ordenar – pensé. Me río de mi mismo. ¿Cuándo fue la última vez que recogí una prenda de ropa? Mejor me replanteo – debería decirle a Dorota que ordene – Ahora sí sonó mejor. Ella sabrá que hacer, es la mejor nana que puede existir. Entre tanto pensamiento algo llamó mi atención, el hecho de que aun no apagaba el despertador y Nicki Minaj aun sonaba con esa odiosa canción.
– ¡CÁLLATE! – fue lo único que dije. Como si me fuera a responder.
Me levanté de mi cama con pesadez y comencé a estirarme. Estaba realmente cansado, pero no entendía de que. Pasé todo mi verano en Punta Cana intentando broncearme y teniendo sexo con todo lo que se me atravesaba. Era imposible que estuviera cansado. Pero ahí me encontraba, queriendo quedarme aferrado a las sabanas como si mi vida dependiera de ello.
Me acerqué al espejo y mire fijamente mi reflejo. Ese estúpido viaje no había servido de nada. Seguía igual de blanco que un papel y tenía unas ojeras del demonio. Llevé mi mano a mi cabeza y toqué mi cabello. Estaba muy despeinado y grasoso. Las mañanas realmente no eran lo mío, parecía como si no me hubiese duchado en años.
– ¡SANTIAGO, YA LEVÁNTATE, SE NOS HARÁ TARDE! – escuche desde el otro lado de la puerta. – ¡NO ME HAGAS ENTRAR O LO LAMENTARAS!– Es trinidad. Mi hermana o mejor dicho, melliza.
– ¡YA ESTOY DESPIERTO ESTÚPIDA, BAJA EL VOLUMEN! – respondí en un grito muy potente.
Me dirigí rápidamente al baño. Trinidad tenía razón, se nos haría tarde si no me apuraba.
Choqué con muchos de mis muebles en el camino a mi baño privado, lo cual me irritó aun más de lo normal. Tomé mi iPod, lo conecté a los parlantes e hice sonar a TheWeeknd. Nadie podía relajarme más que ese increíble hombre.
Abrí la ducha y el agua tibia comenzó a caer por mi cabeza para luego llegar a mis abdominales bien trabajados. No me gusta mucho alardear sobre mi cuerpo, pero tengo uno muy bueno y eso es lo que atrae a varias de mis presas, ya sean mujeres u hombres. Debo aclarar que estos últimos me encantan, me vuelven loco, pero debo ocultarlos, solo cuatro personas saben mis reales gustos y espero que siga siendo así.
Corté el agua y enredé una toalla a mi cintura para salir de la ducha. Seguido de esto me aproximé al espejo, acercando mi mano para limpiarlo y así poder ver mi reflejo. Ahí estoy. Sonrisa perfecta, nariz perfecta, ojos azul mar y un pelo rubio oscuro, igual de perfecto que todo lo demás. Me gustaba lo que veía.
Treinta minutos después me encontraba saliendo de mi baño con una estúpida sonrisa en la cara. Había logrado sacar todo rastro de pesadumbre y cansancio de mí para verme como el dios griego que soy. Tenía que estar así siempre ya que tengo una imagen que mantener, ser uno de los más populares de tu colegio implica tener que verse bien todos los días del año, y con mayor razón el primero.
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INSIDE
Teen Fiction¿Alguna vez te has preguntado cómo es en realidad la vida de los acomodados? Bienvenidos al Noreste de la ciudad de Santiago, mejor conocido como La Dehesa. Aquí es donde yo y mis amigos vivimos, vamos a clases, nos divertimos, jugamos y dormimos -q...