Capitulo 7

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Desperté al igual que todas las mañanas con el sonido de mi alarma. Otro maravilloso día soleado en la ciudad, perfecto para patear algunos traseros en la audición. Me sentía feliz, preparado para el éxito, tenía que quedar en el concierto a como dé lugar. No podía permitir que el estúpido de Ethan o Trinidad se quedaran con el lugar que espere durante tantos años. Era MI sueño, no de ellos. Trinidad solo estaba en esto porque Ethan se lo dijo, y ella como estúpida adolescente enamorada le hizo caso, y el... bueno el estaba en esto solo para fastidiarme. Sentí como la puerta de mi habitación se abría y pude ver entrar a Dorota con una bandeja llena de comida.

– Buenos días Sr. Santiago – sonrió mientras se acercaba a mi cama – le he traído el desayuno, tiene que alimentarse bien hoy para tener fuerzas.

– Oh, Dorota. – tomé la bandeja y la acerqué a mi – muchas gracias, de verdad, hoy tengo que estar mejor que cualquier otro día – tomé una tostada y la lleve a mi boca –dime, ¿Trinidad ya se levantó?

– Si Sr. Santiago, se encuentra abajo desayunando– comenzó a ponerse nerviosa – con el Sr. Ethan... – me atraganté con la tostada y comencé a toser.

– ¡¿EL SR. QUE?! grité ya con menos tos.

– El Sr... – Dorota se dispuso a hablar nuevamente, pero la interrumpí.

– ¡SI ENTENDÍ QUE ERA ETHAN! – volví a gritar – ¡¿QUÉ HACE AQUÍ TAN TEMPRANO?!

– La Srta. Trinidad le pidió anoche que se quedara a ensayar – comenzó a explicar – y se les fue haciendo tarde, por lo que su madre sugirió que durmiera esta noche aquí, en la habitación de invitados.

– Esto es el colmo – lleve mis dedos a las sienes – ¿Qué es lo que sigue? ¿acaso se va a venir a vivir aquí con su familia también? No somos un hogar de beneficencia que recoge vagos por las calles. Ya se me ha quitado hasta el hambre. Saca esto de aquí Dorota, me iré a duchar. – me levanté y me fui al baño.

– Una cosa más Sr. Santiago – cerré la puerta en la cara de Dorota. – ¡El Sr. Ethan tiene sus ropa interior! – gritó despacio. Abrí la puerta en dos segundos.

– Esto debe ser una broma – la miré con una cara de sorpresa y enfado tremenda – ¿Quién le dio derecho de usarla?

– Su madre... – bajo la cabeza.

– ¡AH! LA ODIO. – azoté la puerta y me dispuse a ducharme.

No entiendo que mierda fue lo que le hizo Ethan a mi madre. Como era posible que lo invitara a dormir y después le prestara mi ropa interior. Definitivo, tengo que quemar esos bóxers si es que algún día vuelven. En realidad, espero que no, quizás lo estúpido sea contagioso. Terminé mi ducha y luego comencé a arreglarme. Lo usual, me vestí, sequé mi cabello, perfume, dientes y salí de mi habitación.  Al llegar abajo no habían rastros de nadie, probablemente Trinidad ya se había llevado a Ethan hacia el colegio y creo que fue lo mejor, porque en el momento que los encuentro acá abajo les hubiera dejado caer toda mi furia encima. Mi madre tampoco se encontraba por ningún lado,  por lo que busqué a Dorota y me informo que se había ido temprano ya que tenía una reunión con la junta directiva. Decidí relajarme un poco, este día no podía echarse a perder tan rápido, como dije, debía ser perfecto.  Me dirigí al elevador y al subirme llegó un mensaje de RudeBoy.

e-blast#7: Trinidad de Valdés saliendo de su edificio junto a Ethan Pardo. Este chico sí que no pierde el tiempo, en pocos días pasó de ser el sexy incógnito becado, al sexy becado íntimo de  Trinidad de Valdés ¿acaso hay un nuevo romance en la ciudad? Cuidado Queen T, quizás no todos acepten tu relación.

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