– Trinidad – susurré y comencé a soltar lentamente a Emilio. Ambos estábamos petrificados por la escena.
– Te hice una pregunta Santiago ¿acabas de decir novios? – cerró la puerta.
– Si, rubia estúpida – Emilio abrió su boca – dijo NO-VIOS, ¿tanto te cuesta entender esa palabra?
– Repite lo que dijiste – lo miré con la mayor cara de asesino posible. El solo formo una sonrisa.
– ¿Qué cosa? ¿Lo de rubia estúpida o ...– lo interrumpí dándole un golpe en la nariz que lo lanzó al suelo. – ¡¿ACASO ERES IDIOTA?!
– ¡FUERA DE MI HABITACION! – grité.
– ¡MIRA COMO DEJASTE MI NARIZ! – se levantó y se puso frente a mí con la mano en la nariz.
– Tienes tres segundos para salir de aquí, si no quieres que te reviente todos los dientes – puse mis manos en las sienes y cerré los ojos – 1...
– Esto no se va a quedar así – dijo mientras se retiraba, pero se detuvo en la puerta. – solo recuerda algo querido Santiago, te vas a arrepentir de todo lo que has hecho, y vas a pagar con lágrimas – amenazó y luego desapareció.
– ¡AHHHH! – grité frustrado dirigiéndome a mi armario.
– ¡¿Me puedes explicar que mierda acaba de pasar aquí?! – exigió mi hermana cuando ya se encontraba dentro.
– ¿Qué mierda quieres que te expliqué Trinidad? – pregunté molesto – ¿Qué éramos novios? ¡SI TRINIDAD, ERAMOS NOVIOS! – grité.
– Pe-pero... – tartamudeo – realmente no entiendo nada...
– ¡NO HAY NADA QUE ENTENDER! – volví a gritar – ese estúpido se me declaro hace unos meses y bueno... necesitaba una distracción para olvidar a E... – me callé antes de cagarla más – ¡Ahhh! Yo...yo solo cometí un error. – me senté en un pequeño sillón que se encontraba ahí y puse las manos en mi cabeza.
– ¿Por qué nunca me contaste nada? – se acercó y se arrodillo frente a mi.
– ¡Oh, claro Trinidad! ¿Cuándo podría haber sido eso? – la miré y le sonreí irónicamente – ¿Cuándo estabas en mi cama con Ethan? ¿Cuándo almorzabas con Ethan? ¿Cuándo prácticamente vives con Ethan? ¡Para estar contigo prácticamente hay que pedir una hora!
– Yo... yo lo siento – desvió la mirada. – pero tú sabes que siempre estoy aquí para ti...
– Creo que mentir es de familia – me paré enojado y fui hasta el espejo a mirarme – sabes que eso de ''siempre estoy aquí para ti'' dejo de correr hace bastante rato para nosotros.
– No digas eso Santiago... – dijo apenada.
– ¿Por qué no? Es la verdad Trinidad – oh no, la tristeza comenzaba a venir a mí ¿Qué mierda era este ataque de sinceridad? no podía pararlo. Era como vomito. Vomito de palabras.– ¡DATE CUENTA JODER! ¡EL TE ABSORBIÓ! – una estúpida lagrima se escapo de mis ojos, la cual sequé velozmente para que no se diera cuenta. Intento fallido.
– Santiago – se acercó a mí y me giró dejándonos frente a frente, pero mi mirada estaba en el suelo– Hey hermanito... mírame – tomó mi mentón y lo levantó – siempre voy a estar aquí, pase lo que pase... ni Ethan ni nadie nos va a separar, somos tu y yo ¿recuerdas? Inseparables hasta el final.
– Trinidad... – la miré fijamente y me lancé a sus brazos llorando cual niña pequeña – te extraño estúpida, te extraño demasiado... tu eres la única que sabe lo complicado que es ser yo y... ah, lo siento – me separé de ella – no debería reclamarte nada... es solo que de un momento a otro me vi... sin ti, solo. – baje la mirada.
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INSIDE
Teen Fiction¿Alguna vez te has preguntado cómo es en realidad la vida de los acomodados? Bienvenidos al Noreste de la ciudad de Santiago, mejor conocido como La Dehesa. Aquí es donde yo y mis amigos vivimos, vamos a clases, nos divertimos, jugamos y dormimos -q...