Capitulo 4

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La mañana paso bastante rápida y aburrida. Otra vez no pude concentrarme para nada. Estupido Ethan. Al salir de nuestra última clase de la mañana nos fuimos directamente al comedor junto con Anastasia. El hambre invadía mi cuerpo y se hacía notar en mi horrible mal humor. Trinidad no hizo acto de presencia con nosotros en toda la mañana. No se despego ningún segundo de Ethan. Parecían muy felices. Nos sentamos en nuestra típica mesa y comenzamos a platicar con Anastasia para así poder saber bien con quien nos estábamos metiendo.

– Y cuéntame Anastasia ¿cómo fue que llegaste a entrar al Newland? – preguntó Francisca mientras se llevaba la copa con jugo a la boca.

– Bueno, tenia excelentes calificaciones en mi instituto anterior y mi madre quería asegurarse de que pudiera tener un buen futuro, entonces que mejor que postular a una beca en el mejor colegio de toda la ciudad de Santiago – respondió Anastasia.

– ¡Wow! Hace tiempo no teníamos una cerebrito con nosotros – rió Victoria – pero, ¿no te sientes un poco incomoda? Pues... ya sabes, siendo de tu clase social.

– ¡VICTORIA CIERRA LA BOCA! – grité enfadado. – disculpala Anastasia, a veces no sabe cuando cerrar su estúpida boca.

– Lo siento... – dijo en un hilo de voz casi inaudible.

– No se preocupen – sonrió – no tengo ningún problema con mi clase social, es más, estoy muy orgullosa de donde vengo.

– Eso está bien – reí – ¿Qué te ha parecido la cárcel?

– ¿Cárcel? – preguntó confusa – pero si esto es un hotel de cinco estrellas.

– Unos meses más y ya no dirás lo mismo – agregó F.

– Creo que me podría acostumbra a esto... – formó una media sonrisa y tomó un poco de jugo. – ¿Saben? Estoy seguro de que en la mañana había una chica más con ustedes.

– Ah sí. Es Trinidad. La hermana de Santiago. – habló V.

– ¿Hermana?

– Mellizos, de hecho. – respondí luego de darle un bocado a mi almuerzo.

– Eso sí que no me lo esperaba – dijo sorprendida – ¿y por qué no está sentada ahora con nosotros?

– Probablemente se encuentre con Ethan – explicó F.

– ¿Ethan? ¿El dios griego de nuestra clase? – Anastasia abrió demasiado los ojos. Mi cara de asco fue tremenda. – creo que no te agrada mucho...

– No lo soporto. No puede haber peor tipo que el... – hablé con asco.

– Para tu mala suerte S, ahí vienen – avisó Francisca. Giré mi cabeza y efectivamente si se estaban dirigiendo a nuestra mesa.

– Hola chicos – saludó felizmente mi hermana al llegar. – les presento a Ethan.

– Hola a todos – dijo Ethan mientras sonreía y levantaba una mano.

– Oh, pero miren a quien tenemos por aquí. Al señor ''prefiero tomar una botella completa de cloro antes de sentarse con zorras como ellas – apunté a V y F. – y con maricas como yo. ''¿Qué te hizo cambiar de parecer?

– Para todo hay una primera vez – respondió con una sonrisa burlona.

– No te pienso dar ese gusto – me levanté de la mesa – arriba chicas, ya se me echó a perder el almuerzo.

– Pero... aun no terminamos Santiago – dijo V muy bajo. F me miro apenada. Ninguna de las dos chicas tenía la intención de pararse.

– A la mierda ustedes – escupí las palabras furioso – ¿y tú Anastasia? Si sabes lo que te conviene, te irás conmigo – levanté una ceja.

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