Sí, la había cagado hasta más no poder. Mis mejores amigas de toda la vida se estaban yendo para siempre, luego de haber vivido una situación horrorosa, y yo lo único que había hecho era reprocharlas. Era un total idiota.
Me quedé parado unos segundos más ahí en mi habitación, inmóvil, intentando analizar la situación. Era mucha información para un día. Primero, Aiden me dejaba. Y ahora mis mejores amigas. Pero esta vez, no perdería la oportunidad de despedirme.
Salí de mi habitación hecho una bala, y corrí hasta llegar al ascensor. Me subí y comencé a presionar el botón desesperadamente como si este fuera a ir más rápido si lo hacía. Al llegar a la recepción, fui directo hasta la entrada del edificio, y la lluvia no tardo ni un segundo en mojarme por completo. Miré hacia ambos lados, viendo por donde se había ido, y a lo lejos, la vi caminando, y abrazándose así misma por el frío. No lo pensé dos veces, y corrí hacia ella.
>Mood: The Only Exception - Paramore<
– ¡MO! – grité desesperado. Ella paró de golpe, y se giró. Estaba llorando.
– ¿Qué es lo que quieres? – preguntó al llegar a su lado.
– ¡Te amo muchísimo! – me lancé a abrazarla – perdón por lo que dije, soy un estúpido.
– Yo también te amo – correspondió a mi abrazo entre lagrimas. – y no sabes lo que me duele dejarte.
– Y a mi que ustedes me dejen – la miré, mientras la lluvia nos mojaba a ambos.
– Prométeme que te vas a cuidar – tomó mis mejillas mirándome fijamente como si fuera un niño pequeño.
– Como siempre lo he hecho – intenté formar una sonrisa.
– Ahora es distinto, Santiago. – acarició mi mejilla – nosotras ya no vamos a estar, y Aiden tampoco.
– ¿Aiden? – pregunté muy confundido.
– Se rumorea que se fue de la ciudad – explicó – y, si Santiago, ya se que estuvieron juntos.
– ¿Cómo lo supiste?
– Te conozco como la palma de mi mano – sonrió – y además, el me contactó a mi y a Crystal por lo de tu bulimia, quería que te mantuviéramos vigilado...
– Ese maldito estúpido – dije con furia.
– Por eso tienes que prometerme que te vas a cuidar.
– Te lo prometo, Mo – sonreí lo más sincero posible.
– Te amo mi gato gordo – me abrazó con fuerza.
– Yo más mi vaca redonda – la estruje con todas mis fuerzas. Ese probablemente sería nuestro ultimo abrazo – espero volver a verte algún día. – hice parar un taxi para que se subiera.
– Nos volveremos a ver algún día de Valdés.
– Despideme de Crystal – tomé su mano – dile que la amo muchísimo, aunque ella ya lo sabe.
– Nunca nos olvides, Santiago – pidió apretando más mi mano.
– Jamás en la vida las podría olvidar – negué con la cabeza y ella se comenzó a subir al taxi.
– Ah, y Santiago – se giró nuevamente – que nada ni nadie te limite jamás. Los limites los pones tú. Se que vas a llegar a ser alguien grande cuando dejes de esconderte del mundo. – dicho esto, cerró la puerta del taxi y se fue.
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INSIDE
Teen Fiction¿Alguna vez te has preguntado cómo es en realidad la vida de los acomodados? Bienvenidos al Noreste de la ciudad de Santiago, mejor conocido como La Dehesa. Aquí es donde yo y mis amigos vivimos, vamos a clases, nos divertimos, jugamos y dormimos -q...