Capitulo 20

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Al levantarme, me lancé sobre ella dándole un abrazo gigante. Me sentía extremadamente feliz. No estaba tan solo al parecer. Blake había vuelto. Había mandado a la mierda toda su futura popularidad por mí. Por el estúpido maricón que la había rechazado y atemorizado años de su vida. Era real. Siempre lo fue, y aunque lo diga miles de veces, jamás voy a poder quitar la culpa de no haberla conocido antes. Ella sabía perdonar, y olvidar todo el daño que le había hecho. Era una chica increíble, de las cuales, ya no hay.

– Santiago – intentó hablar – abrazas muy fuerte.

– Oh, lo siento – la solté y sonreí con los ojos llorosos– soy nuevo en esto de dar abrazos.

– ¿Por qué lloras? – limpió una lagrima que caía de mi ojo derecho– estoy aquí contigo.

– Por eso, porque estás aquí conmigo – reí – se que es tonto, pero eso me hace verdaderamente feliz. Pensé que me había quedado solo.

– Disculpa por haberme ido – bajo la mirada avergonzada – creo que ella me recordó bastante a ti, y... tuve miedo, lo admito.

– Créeme, hasta a mí me dio miedo.

– Luego me llevo solo unos minutos darme cuenta que en realidad lo que siempre quise no fue la popularidad– me miró – si no, era un amigo. Y creo que ahora ya lo encontré – tomó mi mano.

– Estamos juntos en esta – la abracé – gracias por quedarte conmigo.

– Además, esa chica... – se separó de mi– esa chica es como....

Plastic – sonreí con tristeza – Cold, shiny, hard plastic. Creo que el hecho de pasar unos meses conmigo te convierte en eso. En plástico. Un plástico sin sentimiento alguno.

– No digas eso... –puso su mano en mi hombro – tu me has demostrado que si tienes sentimientos, y unos muy lindos. –sonrió– tú no eres de "plástico" –hizo comillas con los dedos – solo pretendes serlo.

– Yo... – iba a responderle, pero justo en ese momento vi a Ethan entrar por la puerta – Ethan... – susurré. Todos lo miraban, y por su cara de extrañeza, daba por hecho que no había leído RudeBoy.

– ¿Cómo? – preguntó Blake confundida.

– ¡Ethan! – la miré con panico– ¡Tengo que hablar con Ethan!

– No lo he visto hoy, quizás no va a venir.

– Esta justo ahí, Blake – apunté a la puerta – ¡Y se está dirigiendo a nosotros! – me desesperé –¡Necesito hablar con él antes de que Trinidad lo encuentre!

– ¿Y... y que hacemos? – preguntó nerviosa.

– ¡Llévalo al armario del conserje! – Blake se quedo totalmente inmóvil – ¡RÁPIDO! – la empujé.

Blake corrió rápidamente hasta Ethan, y por su nerviosismo y pánico, chocó con el. Ni si quiera le dio alguna explicación, ya que lo tomó con fuerza del brazo y lo tironeó por el pasillo para llevarlo al armario del conserje. Esa fue mi señal para comenzar a correr al lado contrario por el que se habían ido para no levantar ningún tipo de sospechas.

Esta vez, gracias a los dioses, nadie me hizo nada.

Al llegar, Blake se encontraba fuera del armario, apoyada en la puerta y mirando hacia todos lados, como si hubiera secuestrado a alguien. Estaba muy nerviosa, ya que el celular que llevaba en su mano temblaba.

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