[Avengers Fic Stony] Pedacitos de Ti

Pietro y Clint

—Stark, pensaba que era imposible que pudieras caer más bajo, pero esto que acabas de hacer me demuestra lo equivocado que estaba —rugió Pietro, rabioso.

—Guau, para el carro ahí, vaquero. Si te vas a poner a soltar esas acusaciones tan graves sin ton ni son, espero que al menos tengas pruebas para demostrarlo —le replicó Stark en actitud defensiva.

—¿Pruebas? ¿Acaso no está la base entera repleta de cámaras? ¿Si le pedimos ahora mismo a tu inteligencia artificial que nos muestre un vídeo de la hora de los hechos me estás diciendo que no saldrás tú, con las manos en la masa? —preguntó Pietro. Stark soltó una irritante risotada.

—Por favor. ¿Por quién me tomas? Piensas que si de verdad existiera ese vídeo -y con eso no estoy admitiendo nada-, ¿no lo habría eliminado ya?

Pietro le lanzó una mirada desafiante. Stark se creía muy listo, pero no iba a salirse con la suya, y menos cuando se trataba de algo tan importante para Pietro.

—Muy bien, no necesito ese vídeo para demostrarlo. Dime, ¿cómo explicas la mancha de chocolate de tu boca? —contraatacó.

Stark vaciló un segundo.

—Es un farol —le dijo, pero ya no sonaba tan seguro como antes.

—¿Lo es? —Pietro cruzó los brazos sobre su pecho. Se miraron fijamente durante varios segundos -ninguno quería dar su brazo a torcer, ambos eran igual de tercos-, pero Stark no pudo resistirse más y se llevó los dedos a sus labios.

—¡Ajá! —exclamó Pietro con aire triunfal. Stark refunfuñó comprobando que efectivamente tenía restos de chocolate y se había delatado a sí mismo.

—Bueno, está bien, fui yo, lo siento. No fue a propósito para fastidiarte —admitió Stark a regañadientes.

—Sí, ya, pero la cosa es que te has zampado el último trozo de pastel que nos trajo Clint, hecho especialmente por Laura para Wanda y para mí, y que me estaba guardando para comérmelo cuando más lo necesitara. ¿Cómo has podido hacerlo? ¿Es que ni te paraste a pensar en que ni siquiera era tuyo? Y encima solo te estás disculpando porque te he pillado.

—¡No me di cuenta hasta que ya me lo había comido! ¿Qué quieres que te diga? Ya llamaré yo mismo a Laura para que os hago otro, para que os haga diez pasteles si es necesario, pero, sinceramente, es un poco inquietante lo mucho que disfruta Laura alimentándoos a ti y tu hermana, tanto que creo que voy a empezar a llamaros Hansel y Gretel —dijo Stark, y Pietro tuvo que apretar los labios para reprimir la sonrisa que amenazaba con escapársele—. Me sabe fatal, en serio. Pero estaba famélico después de que Steve me dejara completamente agotado y...

—¡Uagh! —Pietro se tapó exageradamente los oídos con las manos—. ¡No quiero escuchar los detalles de tu vida sexual con el Capitán!

—No me refería a eso. —Stark le puso mala cara—. Steve se ha empeñado en ponerme un plan de entrenamiento superestricto para que sea capaz de defenderme aunque no tenga la armadura, y créeme, después de cada sesión acabo tan cansado que lo único que quiero es comer lo primero que pillo y tirarme en la cama para dormir como un tronco. Mi vida sexual es más bien nula últimamente —le explicó, resignado.

Pietro dirigió la vista hacia el cuello de Stark, en el que todavía se podían adivinar trazas de la marca que habían dejado los dedos de metal de Bucky. Y pensar que había sido Wanda quien le había salvado la vida a Stark...

Contra su voluntad, Pietro sintió una oleada de comprensión hacia el otro hombre.

—Pero en fin. Déjame que te compense de alguna manera. ¿Hay algo que quieras, además de otro pastel? Lo que sea, dímelo y yo te lo doy —se ofreció Stark.