[Avengers Fic Stony] Pedacitos de Ti

Vengadores

Había pocas cosas en el mundo que le llenaran tanto el pecho a Steve como hacer reír a Tony. Especialmente esas ocasiones en las que la risa le sacudía todo el cuerpo, se le saltaban las lágrimas y se quedaba sin aire.

¿Reír los dos juntos? Era como estar en el cielo.

Así que Steve estaba muy contento de haber provocado una risa tan sana y tan jovial en su Tony, aunque no negaría que realmente su intención había sido la de conseguir una reacción más bien distinta del hombre al que en pocos días ya iba a poder llamar marido.

Steve gateó hacia él, una vez el ataque de risa ya se hubo extinguido del todo.

—¿Te ha gustado el estriptis? ¿Digno de una despedida de soltero? —le preguntó, limpiándole los restos de lágrimas de la comisura de sus ojos con los pulgares.

—Me ha encantado, tesoro. El mejor estriptis que me han hecho nunca con diferencia.

—Seguro que eso se lo dices a todos.

—Solo a los que planeo llevarme a la cama después —le dijo Tony con voz sugerente.

—Ah, ¿sí? Entonces, ¿te has excitado ni que sea un poquito?

—¿Después de cómo me has restregado tu trasero en el bailecito de regazo? ¿Tú que crees? —Tony señaló a su entrepierna, y efectivamente la tela del pantalón de pijama hacía poco por ocultar la evidencia. Hm, sí, esa era la reacción que estaba buscando Steve—. Espero que tengas pensado que la noche acabe con final feliz.

—Creo que eso se puede arreglar —afirmó Steve, sonriendo, y acortando la poca distancia que les separaba besó a su prometido. Dios, era totalmente un adicto a esa boca que se amoldaba perfectamente a la suya, a la sensación de la barba de Tony contra su piel, a los sonidos de placer que conseguía arrancarle cuando el beso subía de intensidad y que hacían que a Steve se le disparara todavía más el pulso, todas y cada una de las veces que le besaba.

Necesitaba más.

—Levanta los brazos —le pidió. Tony así lo hizo y Steve le quitó la camiseta sin perder tiempo. Besó el cuello de Tony, pasó la lengua por la hendidura entre la clavícula, rozó con los dedos el fino vello negro y gris de su pecho, jugó con sus pezones, sonriendo al notar la respiración de Tony cada vez más acelerada, sintiendo a su pecho subir y bajar cada vez más deprisa.

Steve siguió descendiendo, aspirando al hacerlo, soltando un murmullo de aprobación al comprobar lo bien que olía la piel de Tony; se acababa de duchar y detectaba ese gel de ducha tan caro que Steve apreciaba cada vez más, y debajo, el propio olor corporal de Tony que Steve se conocía ya tan bien. Dejó una colección de besos húmedos por todo su vientre, le lamió su precioso ombligo, y bajo él, acarició con su nariz el sendero de vello oscuro que marcaba la dirección hasta su meta.

—Si hubiera sabido que mi negativa a ver desnuda a una mujer guapa me reportaría esto, lo hubiera hecho mucho antes —bromeó Tony. Levantó las caderas para permitir que Steve terminara de desnudarle—. Si sigues así cualquier día de estos vas a acabar conmigo, Rogers —murmuró, con algo ya de impaciencia.

Como respuesta, Steve trazó con la lengua la longitud de la excitación de Tony, deleitándose con el sonido gutural que emergió de la garganta de este. Envolvió a Tony con sus dedos y sus labios, deseando oír más de esos maravillosos gemidos y gruñidos; su prometido, como era habitual, no tardó en vocalizar lo mucho que le gustaba lo que le estaba haciendo.

—Oh, Dios, Steve, tu boca es un jodido pecado, mmm. —Los dedos de Tony viajaron por su pelo, por su cara, por sus hombros—. Solo de ver esa expresión concentrada que pones cada vez que haces esto es suficiente como para...