Steve y Pepper

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Había pocas cosas más agradables en el mundo que darse un buen baño de espuma bien caliente acompañado de sales aromáticas, velas, una copa de vino, música de ambiente, y, por supuesto, la presencia de su supersoldado favorito. Con la espalda apoyada en el pecho de Steve, rodeado por sus fuertes brazos y piernas, Tony estaba en la gloria; hasta su siempre hiperactiva mente estaba de acuerdo en que sabía de maravilla tomarse un respiro de vez en cuando.

—Estás pensativo —señaló Steve después de un rato de silencio.

—Mmmm. No, estoy relajado —le contestó Tony, dándole unas palmaditas a la rodilla de Steve.

—La verdad es que es muy agradable. Me alegro de que podamos sacar tiempo para hacer estas cosas. Más ahora que por fin te has librado de la escayola —dijo Steve. Era un alivio para los dos. Por mucho que se dijeran que el incidente del secuestro y la paliza ya había quedado atrás, el brazo enyesado de Tony les recordaba irremediablemente lo que había pasado y lo cerca que habían estado de perderlo todo. Desde entonces, se habían prometido dedicar un poquito de tiempo cada día, siempre que fuera posible, a hacer cosas juntos. Qué mejor momento ahora que estaban prometidos que disfrutar sin más el uno del otro.

—Lo mismo digo. —Tony se llevó una de las manos mojadas de Steve a la boca y le besó la palma delicadamente—. Ah, por cierto, no sé si te acuerdas, pero la semana que viene vendrá Pepper.

—¿Es la semana que viene ya? —Steve cogió un puñado de espuma con las manos, la llevó al pelo de Tony y utilizó sus dedos para hacerle una cresta.

—Sí, o sea que deberíamos empezar a discutir algunos detalles de la boda porque sabes que nos los va a pedir para que pueda ponerse a trabajar en ello.

—Ok. ¿Deberíamos empezar por la fecha?

—Sería lo suyo. He estado pensando y creo que estaría bien que nos casáramos en mayo. ¿Te parece muy pronto? —le preguntó. Sintió la risa de Steve antes de oírla.

—¿Pronto? ¿Casi medio año? Tony, si me dijeras de fugarnos mañana y casarnos en las Vegas, te diría que sí sin pensármelo —le contestó su chico. A Tony no le hacía falta verle la cara para saber que lo decía totalmente en serio.

—Ohhh, ¿y que nos casara un tío de esos vestido de Elvis? —Se lo imaginó por un momento y lo encontró tan genial que tuvo que sacudir la cabeza para librarse de la tentación—. Si no fuera porque Pepper y probablemente también Bucky nos matarían, te diría de irnos ahora mismo a hacer las maletas. Entonces qué, ¿mayo?

—¿Propones mayo porque es el mes en el que nos conocimos?

—Entre otras cosas, sí.

—Mayo es un buen mes —convino Steve—. Y tú naciste en mayo, así que podemos seguir con la tradición de celebrar cosas buenas que han pasado en este mes. —Le dio un beso en la coronilla.

—Mayo decidido, pues.

Steve le rodeó de nuevo con sus brazos. Estaba seguro que los dos estaban pensando que, con una fecha definida, lo de casarse se les había hecho todavía más real. Sospechaba que esos pocos meses que faltaban se les iban a hacer muy largos.

—Además de los obvios, ¿vas a querer invitar a alguien especial? —cuestionó Tony—. ¿Alguno de tus colegas veteranos, por ejemplo?

—La única a la que me gustaría invitar es a Peggy, y como no puede ser, la respuesta es no, nadie en particular. ¿Tú?

Tony sabía que probablemente debería invitar a la junta directiva de su empresa y a un puñado de gente de las altas esferas con las que le convenía mantener una relación amistosa, pero nada le apetecía menos. Y los pocos familiares que le quedaban, familia lejana por parte de madre, hacía años que no los trataba así que tampoco le veía el sentido.

[Avengers Fic Stony] Pedacitos de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora