[Avengers Fic Stony] Pedacitos de Ti

Bruce y Tony

Tony cruzó una mirada con Natasha (Bruce no podía haber escogido peor momento para aparecer, eso estaba claro), y le puso una mano comprensiva en la espalda antes de levantarse a abrazar a su amigo.

—¿Qué haces aquí? ¿Y sin avisar? Si tu intención era la de cogernos por sorpresa, misión cumplida—. Trató de darle un tono distendido a su voz porque la tensión en el ambiente podría cortarse con un cuchillo.

—¿Por qué crees que he vuelto? Mi mejor amigo se va a casar, así que en cuanto me llamaste para darme la noticia decidí que ya iba siendo hora de volver. Siento no haber estado aquí cuando...

Tony le cortó con un gesto de la mano.

—Nada, nada. Eso ya es agua pasada.

—Estás hecho unos zorros —señaló Bruce, con una media sonrisa, mirando la escayola de su brazo. Al menos, la cara de Tony ya tenía mucho mejor aspecto.

—Bah. Tendrías que ver al otro tipo —bromeó Tony.

—¿El otro tipo? ¿Te refieres a Steve?

—Eh, yo solo he dicho que tendrías que verle, no que estuviera peor que yo.

Bruce puso cara de «eres de lo que no hay, pero te he echado mucho de menos» y Tony le sonrió.

—¿Te importa si...? —Bruce miró hacia Natasha, que no se había movido de su sitio. Tony se giró hacia ella y esta hizo un gesto de asentimiento. Tony le dirigió una silenciosa expresión de ánimo.

—Mañana hablamos largo y tendido —le dijo Tony a Bruce, abrazándole de nuevo—. Me alegro mucho de tenerte aquí. Cuando termines, pídele a FRIDAY que te diga dónde puedes instalarte.

—Gracias, Tony. —Bruce le apretó el hombro afectuosamente.

Tony se despidió de los dos y se fue para su habitación. Durante un instante se sintió tentado de espiar la conversación de sus amigos, pero supuso que ambos se merecían su privacidad y lo dejó estar. De todas formas, Bruce ya se lo contaría todo después.

Se metió en la cama y al momento el brazo de Steve le pasó por encima.

—¿Dónde estabas? —le preguntó su chico, casi ininteligiblemente.

—En la cocina, me había entrado hambre. Steve, tengo dos noticias. ¿Estás lo suficientemente despierto como para oírlas?

Steve le contestó con una especie de gruñido que podía significar cualquier cosa. Probablemente no se iba a enterar de nada, pero Tony se moría por contárselo y no podía esperar. Ya se lo volvería a explicar otra vez por la mañana si hacía falta.

—La primera es que la cita de Natasha y Bucky ha ido a las mil maravillas. Me he encontrado a Natasha en la cocina y me ha bastado un único vistazo a su cara para saber que todo ha ido como debía, ya me entiendes.

—Mmmmm —murmuró Steve.

—Y no te vas a creer lo que ha pasado después. O sea, ¿qué probabilidades hay de que Bruce escoja precisamente hoy para volver? ¿Justo después de la cita de Natasha con Bucky? Pues sí, Steve, como te lo cuento: Bruce acaba de llegar, ahora mismito, y les he dejado a él y a Nat a solas para que hablen lo que tienen que hablar. Pobre Natasha, con lo contenta que estaba. Como te puedes imaginar, se ha quedado patidifusa al verlo aparecer ahí de repente. Ah, qué intriga, ¿no? Mañana le pienso pedir todos los detalles a Bruce, tú haz lo mismo con Nat y así tenemos todas las bases cubiertas. Buenas noches, cielito.

Satisfecha su necesidad de cotillear esos últimos acontecimientos, Tony se acomodó contra el cuerpo de su Steve y se dispuso a dormir.

Unos segundos después, Steve se incorporó de golpe.