[Avengers Fic Stony] Pedacitos de Ti

Tony y Nick

Aún faltaban unas horas para bajar del avión y Tony ya tenía los nervios de punta. Mirando intranquilo por la ventanilla, no se dio cuenta de que llevaba un rato meciendo la pierna arriba y abajo hasta que Steve le puso una mano en el muslo.

—¿Todo bien, mi amor? —le preguntó.

Ni de lejos, pensó Tony, pero no estaba muy seguro de si debía decirle a Steve que tenía miedo.

Sí, miedo de lo que pasaría una vez el avión aterrizara y estuvieran de vuelta en Estados Unidos.

Porque el mes en Europa había sido fantástico, más que eso, había sido tan perfecto que Tony muchas veces había dudado de que no fuera realmente un sueño, medio convencido de que aún estaba en L.A., todavía estaban separados y Tony le echaba tanto de menos que se había montado toda esta fantasía en su cabeza para poder soportar la pérdida.

Pero no, había pasado de verdad, lo que quería decir que en algún momento tenía que terminarse. Y ahora volvían al mundo real, volvían a una vida que comportaba misiones, y combate, y destrucción...

Tony no se sentía preparado para volver a esa vida.

Puso su mano sobre la de Steve y le contestó con otra pregunta.

—¿Estás seguro de que voy a ser bienvenido?

—Claro que sí. —Steve movió su mano para coger la de Tony, acariciándole el dorso con su pulgar—. Todos te han echado de menos. Y ya te dije que hasta Wanda quiere conocerte mejor.

—Eso espero...

—Ei, Tony. Podemos con esto, ¿vale? Está claro que no todo va a ser como estas vacaciones, pero yo por mi parte estoy deseando empezar mi vida en común contigo.

Tony asintió, no tan optimista como Steve pero sí algo más convencido. Además, Steve tenía razón. Tony le había prometido que esta vez todo iba a funcionar y no pensaba faltar a su palabra.

Apoyó la cabeza en el hombro de Steve, pensando que todo parecía mucho más fácil si tenía a su Capitán a su lado.

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Sus compañeros les estaban esperando en la entrada de la base. En cuanto llegaron, Natasha y Sam fueron a dar la bienvenida a Steve y Tony se encontró flanqueado de repente por los dos James.

Rhodey fue el primero en darle un cálido abrazo que Tony le devolvió agradecido.

—Si no lo veo no lo creo. Por fin te has decidido a unirte a nosotros —le dijo Rhodey con alegría—. Esto no era lo mismo sin ti, amigo.

—Te ha costado, ¿eh? —dijo Bucky, dándole una palmadita a Tony en el hombro—. Me alegra que al final hayas hecho lo que debías.

—Como para no hacerlo. Steve ya me explicó lo de tu nada velada amenaza.

Bucky sonrió maliciosamente.

—Te diría que te has librado, pero... Como hermano mayor en funciones de Steve, ahora es cuando me tocaría decirte eso de vuelve a hacerle daño y te rompo las piernas, ¿no?

Tony hizo una mueca.

—Lo peor es que, en tu caso, lo dirías de forma literal.

—Yo no me la jugaría —convino Rhodey.

—A todo esto, Rhodey, ¿no deberías decirle tú también a Steve que no se atreva a hacerme daño o la tomarás con él?

—¿Bromeas? ¿Crees que estoy tan loco como para ponerme a amenazar al Capitán América? Te quiero mucho, Tony, pero mi integridad física también es muy importante para mí.