Capítulo 4: Locuras de un niño

19 3 0
                                    

No puedo creerlo ¿Qué había hecho? Yo solo respondí sus preguntas y él las malinterpretó, pero... ¡Por el pueblo de Thilia ¿Qué había hecho?! Conociendo a ese niño no cambiaría de opinión aunque le partiera un rayo. Es cierto que Feeb me dijo que ya era tiempo de dejar de huir... ¡Dejar de huir no es lo mismo que derrocar a un emperador! Increíble, esto solo me podía pasar a mí. 

Estaba sentada en el pasto sobre una de las colinas al límite del valle. Podía verse todo el terreno, desde los verdes pastizales pasando por la cabaña y la arboleda hasta el lago, perdiéndose en la lejanía donde la tierra se convertía en rocas, el tierno pasto en yuyos secos y la blanca nieve cubría los picos de la cordillera que formaban esta fortaleza. Era realmente hermoso y difícil de encontrar, si hubiese sabido de este lugar tal vez no habría sido necesario salir de Thilia y Zach no tendría esa loca idea de formar una rebelión ¿Qué cosas tiene ese niño en la cabeza? 

Visualicé a Joy acercándose subiendo por la colina. El viento volaba su cabello rubio semejando un halo al rededor de su cabeza, sus ojos celestes brillaban. Estaba feliz y se notaba. Admiraba su actitud siempre alegre incluso en las peores circunstancias, estando en la Tierra tuve la oportunidad en solo dos ocasiones de no ver  una sonrisa en su rostro, una de ellas fue cuando vio la destartalada casa, la otra fue cuando volví de llevar a Zach al entrenamiento y anuncié que debíamos irnos. Yo no me consideraba una persona especialmente alegre pero tampoco una malhumorada, sabía exactamente como debía ser mi actitud en determinados momentos. Joy llegó a mi lado, palmee el césped junto a mí indicándole que se sentara y así lo hizo.

-¿Qué haces aquí tan sola? Se ve desde la cabaña que tienes ganas de pegarle a alguien- preguntó y se rió de su propio comentario. No pude evitarlo hacerlo yo también.

-Si, a mí misma.-reímos

-¿Es por lo de Zach? Olvídate de eso, son solo locuras de niños. Es más, le pregunté sobre eso y me dijo que para lo único que quería derrocar a Yar era para jugar fútbol y ver televisión.-volvimos a reír 

-¿Estas segura de que se olvidará?-pregunté indecisa 

-Por supuesto, lo conozco mejor que nadie. Luego de unos días no recordará nada.-dijo convencida. 

-Esta bien.-asentí- ¿Viniste a hacerme compañía y calmar mis pensamientos o por algo más?¿Sucedió algo?- mis sentidos se pusieron alertas y observé el valle a nuestro al rededor. Joy comenzó a reír mientras sacudía la cabeza de un lado al otro.

-No no no, tranquila. No sucedió nada-respondió gesticulando con las manos

-¿Entonces es por mi compañía?

-Tampoco.- la miré ceñuda sin comprender y esperé a que siguiera- Estaba hablando con Zach y me contaba todo lo que le dijiste y le explicaste que la gente de aquí esta como en "etapa de transición", por lo tanto aún no hay autos, ni televisores, ni nada por estilo. Entonces me preguntó por la ropa y ahí caí en cuanta... Graxe, estamos en Thilia, acá no usan jeans ni camisetas. Usan vestidos, esos largos, pesados e incómodos vestidos. Tú, Weyb, Feyz, Feeb y yo tenemos los que teníamos cuando nos fuimos pero Zach y Hope crecieron. Intenté ponerle el que había guardado pero no le entró. Los niños crecen muy rápido...

-Estas sugiriendo que hay que ir al pueblo más cercano a conseguir ropa adecuada ¿No es así?- acerté

-Exactamente eso.- asintió repetidas veces. Suspiré, esto no iba a ser fácil.

-De acuerdo, tenemos el dinero que conseguimos llevarnos cuando huimos. Usaré eso para comprar un par de vestidos y ropa para Zach. 

-Ah, y también provisiones. Tenemos cultivos y animales pero aún faltan un par de cosas.-asentí

ThiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora