Emprendimos el camino de regreso, Joy adelante y yo atrás a unos metros, como habíamos dicho. Ya teníamos recorrido un largo trecho, casi todo el camino cuando ocurrió un incidente. Escuché el grito de Joy seguido de un relincho y un fuerte estruendo. El caballo salió al galope. Unos metros delante el camino se había derrumbado casi por completo, al borde unas manos se sostenían con fuerza para no caer. Bajé del caballo y corrí con mucho cuidado por lo que quedaba del camino, me incliné sobre las manos de Joy y las sujeté. Tiré con todas mis fuerzas. Se oyó los cascos de un caballo golpear la tierra, se detuvo con un relincho. Erin, el joven del pueblo que salvó a Joy, se acercó hasta nosotras y se inclinó también para ayudar a levantar a mi amiga. Tiramos con fuerza y una vez que Joy pudo apoyar los pies en la roca todo fue más fácil.
Su vestido estaba rasgado y sucio, su cara surcada de lágrimas que dejaban un camino entre la tierra y los rasguños de sus mejillas, uno de sus zapatos había caído por el barranco al igual que el caballo. Seguramente el pobre animal no habría sobrevivido a tremenda caída. Miré a Erin con el ceño fruncido ¿Qué hacía él aquí?¿Nos habría seguido? Cuando comenzó a hablar solo entonces me di cuanta que ya no llevaba puesta la capucha y había visto mi cara.
-Suerte que estaba cerca cuando escuché el grito y vine corriendo en cuanto p...
-¿Qué haces aquí?- pregunté cortante dejando que la molestia se hiciera presente en mi voz.
-Yo...-su mano derecha revolvió su pelo dejando algunos mechones parados.- Justo pasaba por acá, iba de un amigo cuando...
-La verdad.-exigí. Erin suspiró y agachó la cabeza.
-Lo siento. Las seguí, creí que necesitarían ayuda por si algo les pasaba. No es bueno que dos damas anden solas por terrenos tan desolados.-respondió
-Bueno, que suerte para nostras que lo hayas hecho. Si no fuera por ti hubiese muerto...- Joy calló al entender mi mirada. Sus mejillas estaban rojas debajo de la mugre y las heridas.
-Gracias de nuevo por tu ayuda. Ahora debemos irnos- agradecí levantándome y sacudiendo la falda del vestido ahora lleno de tierra. Joy hizo lo mismo seguido de Erin.
-Pero ¿Cómo haremos? Los caballos... el caballo-comenzó Joy mirando el único caballo que nos quedaba- no puede cruzar por ahí- dijo señalando el estrecho camino que quedó en ruinas.- No lo dejaremos aquí.
-¿A dónde se dirigen? Conozco otro camino entre estas montañas, tal vez pueda llevarlas.-ofreció Erin.
-No.- dije rotunda mientras Joy gritaba un alegre SI. Erin nos miró a ambas esperando una respuesta concreta.- Erin ¿Nos disculpas un segundo?- Se encogió de hombros y se dio la vuelta. Tomé a Joy del brazo y la acerqué a mi para que me oyera.- ¿Es que estas loca? No podemos confiar en él, es un extraño.
-Ese extraño me salvó la vida. Dos veces- susurró. Se me hirvió la sangre ¿Cómo puede confiar más en un desconocido que en su mejor amiga, su familia?
-Perdón si no llegué a tiempo en el mercado por estar pensando en los peligros en las que las metí.- dije sarcástica- Y por cierto, yo vine primero a salvarte de caer por un barranco por estar distraída pensando en tu príncipe azul que te "salvó la vida".
Me arrepentí al instante de haberlo dicho. Los ojos de Joy se llenaron de lágrimas, se alejó de mí montando al caballo que nos quedaba. Vi a Erin preguntarle si estaba bien, ella respondió algo como que todavía tenía el susto de casi caerse, que estaría bien. Me acerqué a ellos, mis pies ahora se sentían pesados y tenía que obligarlos a avanzar.
-¿Entonces?¿Las llevo o no?-preguntó
-No, gracias. Ya encontraremos la forma de seguir...-comenzó Joy pero la corté.
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Thilia
FantasyCuando Graxe decide que ya no puede seguir con el trabajo para el que fue entrenada toda su vida, se escapa del imperio con la esperanza de huir de todos sus males. Pero el camino fácil no siempre resulta como esperas. Graxe se ve envuelta nuevament...