Capítulo 1

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- ¿Estás bien?-. Dijo una voz masculina.

- Si-. Dije comenzando a recoger mis cosas.

Alguien se puso frente a mi y comenzó a ayudarme a meter mis libros y mis cuadernos a la mochila.

- ¿Como te llamas?-. Preguntó mirándome fijamente.

- Becca-. Dije sin pensarlo.- Rebeca-. Dije nerviosa.

- Un placer-. Dijo extendiendo su mano.

La mire desconfiada, como si me fuera a comer, tome aire y sostuve su mano.

- ¿Y tu eres?-. Pregunté.

- Christopher-. Dijo esbozando una sonrisa.

La campana de salida sonó sacándome de mis pensamientos.

- Un placer-. Dije poniéndome de pie.

- Hasta luego-. Dijo a mis espaldas.

Camine como si nada hubiera pasado, crucé la puerta de la escuela y comencé a recorrer las pocas calles para llegar hasta mi casa, sentía la presencia de alguien detrás de mi, me di la vuelta y allí estaba él, con las manos en los bolsillos y con una sonrisa.

Dudé sobre que hacer, comenzaba a darme miedo.

¿Me va a violar? Pensé.

Tomé todo el valor que podía recoger para preguntar con voz temblorosa:

- ¿Me estás siguiendo?

Christopher esbozo una sonrisa como si la situación fuera divertida.

- No, vivo a un par de calles-. Dijo señalando el camino.

- Vale-. Dije dándome la vuelta.

Traté de mostrar que no me estaba muriendo de miedo y seguí caminando, solo faltaban unas pocas casas.

- Eh...-. Escuche a mis espaldas.- No me dejes atrás.

Se puso a mi lado lo que hizo más incomoda la situación.

- ¿Falta mucho para que llegues a tu casa?-. Preguntó.

- No, de hecho no-. Dije acercándome a la verja de metal.

Christopher volvió a sonreír.- Adiós entonces.

Entre a la casa dando fuertes zancadas y saque las llaves de mi pantalón, me adentré en la casa buscando señales de vida.

- ¿Mamá?-. Grite al pie de las escaleras.

Me callé unos segundos esperando encontrar respuesta, pero no la hubo, solo el frío silencio.

- Mierda...-. Murmuré.

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- Me tratabas como un desconocido...-. Dijo Christopher a mi lado.

- Eras un desconocido-. Aclaré.

- No era para tanto-. Dijo con una risa nerviosa.

Comenzamos a ver cada una de las fotos que tenía guardadas en una caja de madera.

- ¿Recuerdas esto?-. Dijo enseñándome la foto de nosotros frente a una fuente.

- Si-. Dije molesta.- Termine mojada de pies a cabeza y con un resfriado.

Christopher rió.- Tu sola te caíste-. Dijo entre la carcajada.

- Con tu ayuda-. Dije divertida.

Cartas anónimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora