- ¿Estás bien?-. Dijo una voz masculina.
- Si-. Dije comenzando a recoger mis cosas.
Alguien se puso frente a mi y comenzó a ayudarme a meter mis libros y mis cuadernos a la mochila.
- ¿Como te llamas?-. Preguntó mirándome fijamente.
- Becca-. Dije sin pensarlo.- Rebeca-. Dije nerviosa.
- Un placer-. Dijo extendiendo su mano.
La mire desconfiada, como si me fuera a comer, tome aire y sostuve su mano.
- ¿Y tu eres?-. Pregunté.
- Christopher-. Dijo esbozando una sonrisa.
La campana de salida sonó sacándome de mis pensamientos.
- Un placer-. Dije poniéndome de pie.
- Hasta luego-. Dijo a mis espaldas.
Camine como si nada hubiera pasado, crucé la puerta de la escuela y comencé a recorrer las pocas calles para llegar hasta mi casa, sentía la presencia de alguien detrás de mi, me di la vuelta y allí estaba él, con las manos en los bolsillos y con una sonrisa.
Dudé sobre que hacer, comenzaba a darme miedo.
¿Me va a violar? Pensé.
Tomé todo el valor que podía recoger para preguntar con voz temblorosa:
- ¿Me estás siguiendo?
Christopher esbozo una sonrisa como si la situación fuera divertida.
- No, vivo a un par de calles-. Dijo señalando el camino.
- Vale-. Dije dándome la vuelta.
Traté de mostrar que no me estaba muriendo de miedo y seguí caminando, solo faltaban unas pocas casas.
- Eh...-. Escuche a mis espaldas.- No me dejes atrás.
Se puso a mi lado lo que hizo más incomoda la situación.
- ¿Falta mucho para que llegues a tu casa?-. Preguntó.
- No, de hecho no-. Dije acercándome a la verja de metal.
Christopher volvió a sonreír.- Adiós entonces.
Entre a la casa dando fuertes zancadas y saque las llaves de mi pantalón, me adentré en la casa buscando señales de vida.
- ¿Mamá?-. Grite al pie de las escaleras.
Me callé unos segundos esperando encontrar respuesta, pero no la hubo, solo el frío silencio.
- Mierda...-. Murmuré.
~~~~~~~~~~
- Me tratabas como un desconocido...-. Dijo Christopher a mi lado.
- Eras un desconocido-. Aclaré.
- No era para tanto-. Dijo con una risa nerviosa.
Comenzamos a ver cada una de las fotos que tenía guardadas en una caja de madera.
- ¿Recuerdas esto?-. Dijo enseñándome la foto de nosotros frente a una fuente.
- Si-. Dije molesta.- Termine mojada de pies a cabeza y con un resfriado.
Christopher rió.- Tu sola te caíste-. Dijo entre la carcajada.
- Con tu ayuda-. Dije divertida.
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Cartas anónimas
Teen FictionChristopher y Rebeca, mejores amigos por tres años, se conocieron cuando tuvieron nueve y por problemas se separaron a los doce. Rebeca no tuvo la oportunidad de decirle que lo amaba, apenas eran niños sin conocer el amor y se dio cuenta de que lo a...