Cosas que nunca creí que pasarían.

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Cordelia me besaba como si hubiera ganado algo, de vez en cuando sentía como sonreía contra mis labios, finalmente me separe buscando respuestas, ¿era ella la chica de las notas?

Tenía cierta razón, me agradecía por librarla de Rebeca, me preguntaba por qué tenía que ser difícil cuando no le hacia caso y ahora esta en la fiesta y me esta besando.

- ¿De que iban las notas?-. Pregunté.

Cordelia me miro confundida, después soltó una carcajada.

- ¿Creías que era yo la chica de las notas?-. Preguntó divertida.- No me creas tan patética.

No lo entendía, si no era ella ¿quien? 

- ¿Cómo sabías lo de las notas?-. Pregunté.

Volvió a reír como estúpida, comenzaba a colmarme la paciencia.

- Deberías buscarte mejores amigos que no te vendan por un beso, es enserio... Charles no es de confianza-. Dijo haciendo una mueca.- Pero que pena, encuentras a una gran chica, hermosa, que sabe pelear y la pierdes...

La miré confundido, ella, ¿saber pelear? si Rebeca le metió más golpes de los que ella le dio, sonreí al recordar aquello, pero mi sonrisa se desvaneció, ¿hablaba...?

- ¿De que hablas?-. Pregunté.

- Pues que la perra de Rebeca se ha ido llorando cuando vio que nos estábamos besando-. Dijo soltando una estruendosa carcajada.

Mierda...

Comenzó a sonar alboroto, gritos, silbidos, la aparte y comencé a bajar los pocos escalones buscando a Rebeca, el alboroto me impedía ver, había chicos gritando y silbando, me acerque más, había encontrado lo que buscaba.

Rebeca estaba bailando sobre la mesa con todas sus energías, no parecía estar consciente lo que solo significaba una cosa...

Estaba borracha...

Pasé por entre los chicos que gozaban del espectáculo y las chicas que estaban furiosas, he de admitir que se movía bien, pero esto no era nada bueno, me había alejado de ella porque el chico la beso y yo no quería ser un estorbo.

Me puse frente a la mesa y le grité a todo pulmón, dos posibilidades, o no me escucho, o me esta ignorando porque esta molesta conmigo.

La tomé de la mano y ella se volteó a verme.

- Debemos irnos-. Grité.

Sentía las miradas de todos en mí, así era, les quitaba la diversión.

Negó con la cabeza mientras alzaba una cerveza de Heineken, todos gritaron, iba a comenzar a bailar otra vez pero no la solté, me miró furiosa.

- Suéltame maldito imbécil-. Gritó.

Negué con la cabeza y jale su mano para que se bajara, hizo una mueca y me dio una patada que apenas pude esquivar, me pegó en el hombro y solté su mano.

Mierda, ¿que clase de chica es esta? sonreí como estúpido y me froté el hombro, levante mi vista para donde estaba Rebeca bailando, tomé un respiro, noté como le dio otro trago a la cerveza y me dio la espalda, tomé un último respiro y me subí a la mesa, la tome por la cintura y me baje rápidamente.

- No-. Gritó dando patadas y codazos a la nada.

Todos comenzaron a hacer alboroto, estaban furiosos.

- Suéltame Chris-. Gritó.- Sólo eres un imbécil cegado por tu estupidez.

No entendí lo último, con todo el valor de mi vida me la llevé a los hombros como si fuera una bolsa de patatas, rogué porque no vomitara, sentí como soltaba golpes y patadas.

Cartas anónimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora