Capítulo 14- Carta 2

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Las clases habían pasado lentas, tenía los nervios de punta, tenía miedo de lo que pudiera pasar, tenía miedo de que mi escrito estuviera a la vista de todos, demasiados sentimientos, pero no quería quedarme más tiempo del que ya debía por culpa de Cordelia.

Finalmente tocaba deportes, fui a los cambiadores y me puse las mayas deportivas y la blusa azul, me amarré el cabello y me puse una banda para que el pelo no se me fuera a la cara.

Tomé un respiro, no tenía ganas de hacer deportes, hubiera preferido huir al polo norte en vez de hacer algo, es decir, no tengo nada en contra de los deportes, pero en estos momentos simplemente no tenía ganas de correr o de lo que sea que nos pusieran a hacer.

Volví a tomar un respiro y salí de los cambiadores al gimnasio, justo como lo recordaba ayer, la cancha de basquet y las gradas, unos chicos estaban jugando y había unas chicas dándoles porras, no puedo decir que sean porristas porque no llevan ni uniforme ni pompones.

 Una mujer entro, estaba en forma, imagino que es la profesora de deportes, sonó un silbato lo que solo aclaró que era la profesora, me hice para atrás, se veía egoísta y enojada.

- ¡Todos al campo!-. Grito parándose en una de las bancas de las gradas.

Todos la miraron el silencio, ¿esta loca?, ¿con este calor?

- Muévanse-. Gritó.

De mala gana todos comenzaron a caminar, no sabía donde estaba el campo, así que simplemente lo seguí, busque una cara conocida, solo vi a Cordelia y a Chris, pero estaban demasiado lejos.

Salimos al campo de americano, había otros chicos entrenando, me imagino que también estarán en el primer semestre como nosotros, tal vez.

- Hagan dos equipos-. Gritó la mujer a nuestras espaldas.- Chris y Charles escogen.

Todos nos detuvimos, Chris y Charles pasaron al frente, buscaron entre los alumnos.

- Rebeca-. Dijo Charles.

Chris escogió a un chico que no conozco, siguieron escogiendo, mire a Cordelia, recé porque Charles no la escogiera, sé que ya no estoy en la escuela cuando si alguien te cae mal le haces burla hasta que te cansas, pero simplemente la odiaba, tengo tan mala suerte que estábamos en el mismo equipo.

Puse los ojos en blanco, la maestra le lanzo el balón de volei a Chris, ya que Charles escogió primero, caminamos hasta donde estaba la red, Chris le dio el balón a una chica que dio el primer golpe, el balón venía directo a mi, me preparé para recibirlo, pero justo cuando le iba a pegar rodé por el césped.

- ¿Que te pasa?-. Le grité a Cordelia cuando se puso de pie.

- Creí que no la golpearías-. Respondió.

Es una estúpida, ni siquiera sabe mentir, era obvió que fue intencional.

- Si te vuelves a meter, te juro que te arrepentirás-. Dije en un tono amenazador.

Todos nos miraban, incluso la maestra, la misma chica volvió a lanzar, esta vez le pegué al balón sin problema alguno, ganamos un punto, Chris me miraba con una sonrisa, nos arrojó el balón y lo atrapé, fui a la parte de atrás y nuevamente golpeé el balón, fue Chris quien respondió, me moví para poder pegarle al balón pero la estúpida de Cordelia se metió y perdimos el punto.

- Vete a la mierda Cordelia-. Grité.

- A la banca-. Gritó la maestra.

- ¿Que hice?-. Grité molesta.- ¡Fue ella!

- A la banca-. Repitió.

Mire a Cordelia que sonreía como perra, de mala gana caminé hasta las bancas y me senté en una de ellas, veía como jugaban los de mi clase y de vez en cuando miraba el partido de americano, un chico se cayó, hice una mueca, se paró y comenzó a caminar hacía las bancas, noté que la caída fue grave, ya que no podía caminar muy bien que digamos, se sentó a mi lado, lo que lo hizo más incomodo.

- Hola-. Dijo haciendo una mueca del dolor.

- Hola, ¿estas bien?-. Pregunté con una sonrisa nerviosa.

- No, me torcí el tobillo-. Dijo con una risita nerviosa.- No creo que eso sea estar bien.

Reí, no sé porque, pero me reí.

La campana sonó, me despedí con la mano y comencé a correr hasta los cambiadores, ya era la última clase, es más, me daba pereza cambiarme, sólo tenía que ir con Paul y con los chicos.

Saqué mi mochila del casillero y tomé la carta que había escrito después de salir de la clase de literatura, miré a ambos lados para comprobar que no había nadie y deje que la carta se adentrara en en el casillero de Chris, sonreí.

La nota era simple, sólo puse un: ¿Por qué tiene que ser tan difícil?

Corrí hasta las escaleras de la biblioteca, los chicos de la vez pasada no estaban, incluso vi a Chris entre ellos, busqué al profesor con la mirada, lo vi sentado en una mesa aparte y revisando unas cosas, me acerqué con cuidado y él levanto la mirada.

- Hoy no Rebeca, puedes irte-. Dijo con amabilidad.

Sonreí y me di la vuelta.

- Toma-. Dijo a mis espaldas.

Me dí la vuelta y lo mire con la mano extendida, tenía unas hojas de cuaderno, las tomé y las revisé hasta que encontré en 100 acompañado de un "excelente".

- Muy lindo-. Dijo esbozando una sonrisa.- Adiós.

Me di la vuelta y preferí retirarme, subí las escaleras y salí del instituto hasta el estacionamiento y finalmente hasta el coche, quité la alarma y me adentré en el, comencé a conducir con cuidado a casa, cuando finalmente llegué, preferí rodear la casa y entrar por la puerta de la sala, no quería hacer ruido, entré y subí las escaleras, camine por el pasillo y entré en mi habitación, el teléfono de Amy ya no estaba en mi mesita de noche, me senté en la cama y recargué en la cabecera acolchonada, aparté la mochila y busqué las hojas, cuando las encontré, alejé la mochila y comencé a leer aquellas palabras de las que el profesor no tenía idea de su significado.




Cartas anónimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora