Me desperté, abrí los ojos con cuidado, la luz me lastimaba.
Amy estaba frente a la cama.- ¡Por fin!-. Dijo emocionada.
- No grites-. Dije llevándome las manos a los oídos.- ¿Que paso?
Ella hizo una mueca, sonrío y comenzó a alejarse.
- ¡Amy!-. Grite.
¿Quien se cree como para dejarme hablando?
Peter y mi mamá entraron en la habitación, sentí el castigo por venir.
- ¿Como estas?-. Preguntó Peter.
Lo mire extrañada, estaba bien, solo me sentía un poco cansada.
- ¿Que paso?-. Pregunte.
Mi madre y Peter me miraron confundidos, hice una mueca, sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo, a pesar de que estaba tapada con el cubrecamas tenía frío.
- Una baja de presión-. Dijo mi madre esta vez.
No, no otra vez, me van a venir jodiendo con el estrés, con la la alimentación, que se pudran en el infierno.
- Alguien no se esta alimentando como debe...-. Dijo Peter esbozando media sonrisa.
- Lo hago, es mi cuerpo que no se conforma con nada, lo voy a vender-. Espeté.
Peter, mi madre y Amy rieron.
- Si, ya va parecer que venderás tu cuerpo-. Dijo Amy.
- Ganas no me faltan-. Dije encogiéndome de hombros.
- Como sea, descansa-. Dijo mi mamá acercándose.
- Que si duermo, duermo más de lo que como-. Dije esbozando una sonrisa.
Mi mamá sonrío y me dio un beso en la frente, peino mi cabello hacía atrás con los dedos, ya no era una bebé como para que hiciera eso.
Comenzó a alejarse, me despedí con la mano.
- Amy...-. Interrumpí antes de que se alejara demasiado.
Amy se acerco otra vez.- ¿Que ocurre?
- ¿Ha sonado mi teléfono? ¿ o el tuyo? ¿o vino alguien a buscarme?-. Pregunté.
Amy negó con la cabeza, saco su teléfono de su pantalón y me lo dio.
- Te llegó un mensaje del vecino-. Dijo haciendo una mueca.- ¿Le contarás?
- No, aún no-. Respondí.
Encendí la pantalla.
De: Christopher
Para: Rebeca
¡Conocí a alguien! ¡Necesito hablar contigo! ¡Es urgente! ¿Tienes Skype?
Se me cayó el alma a los pies, ¿que mierdas sucede aquí? miré nuevamente el mensaje.
¿Conoció a alguien? ¿yo? ¿cómo paso esto? También necesito hablar con él. También es urgente. Si tengo Skype, pero esta claro que no hablaré con él.
Comencé a escribir un nuevo mensaje.
De: Rebeca
Para: ChristopherNo he conocido a nadie y el vecino ni siquiera me conoce, también necesito hablar contigo, también es urgente y no, no tengo Skype =(
Bingo caso resuelto, moví las sabanas y Amy me miró con el ceño fruncido, las revolví en busca de mi teléfono, hice una mueca y levanté la almohada, pero no estaba.
- ¿Has visto mi teléfono?-. Le pregunté a Amy.
Amy negó con la cabeza.
Me lleve una mano a la frente ante la idea que cruzó por mi cabeza, no, de ninguna manera, no puedo ser tan estúpida como para dejar mi teléfono en la casa de Chris...
"Platónico"
Mierda, mierda, me golpeé la frente con la palma de la mano, estúpida. ¿Y si me llama?
Tomé el teléfono de Amy y marque mi número, un bip, dos bips, escuche la melodía de mi teléfono, pero era muy muy lejana.
Me puse de pie rápidamente y mire por el balcón, soy un estúpida. ¿Por qué no pude olvidar el teléfono en la fiesta? ¿Por qué en casa de Chris?
Había algo, una oportunidad, el teléfono seguía sonando lo cual significaba que Chris no lo escuchaba, terminé con la llamada y mi teléfono dejo de sonar.
- Necesito aquel teléfono-. Dije volteando a ver a Amy.
- Pues, iré por el...-. Dijo saliendo de la habitación.
- ¡No!-. Grité.
Ella regresó dando fuertes zancadas.
- ¿Cómo se supone que lo traeré si no voy por el?-. Gritó.
- Lo que pasa es que si el me llama aparecerá "platónico" en mi pantalla-. Espeté.- Si tu vas y llevas tu teléfono y el le envía un mensaje a "Becca" el se enterará.
- Pues no me llevo el estúpido teléfono y ya esta-. Gritó.
- ¡No es tan fácil!-. Espeté, me lleve las manos a la cabeza.- Ni siquiera yo me atrevo a ir...
- ¿Por qué?-. Preguntó Amy.
- ¿Que tal que ya me haya llamado?-. Pregunté.- ¿Que tal que ya haya visto el "platónico" en mi teléfono?
- ¡Mamá voy a salir!-. Escuche en alguna parte lejana.
Mire por el balcón, Chris estaba avanzando por el mismo pasillo al lado de la cerca, como el día que me tiró al suelo.
- Ya puedes ir-. Dijo Amy en voz baja.
Tomé un respiro, esperé a que no hubiera rastro de Chris y abrí el balcón, tomé un segundo respiro y comencé a trepar por el árbol que esta al lado.
El mismo árbol en el que me había imaginado a mi misma yendo y viniendo de la habitación de Chris, al igual que el podría venir a la mía.
Comencé a desplazarme por la gruesa y larga rama, escuche el sonido de un timbre, desvié mi mirada hacía mía habitación donde Amy me miraba confundida.
- ¡Becca te busca un tal Chris!-. Escuche la voz de Peter desde las escaleras.- ¿Becca?
Hice una mueca y regresé al balcón lo más rápido que pude. ¿Por qué me tenía que llamar Becca? ¡Estoy jodida!
Mire Amy, estaba emocionada mientras yo temblaba.
- Ve por mi teléfono-. Pedí.
- ¿Estas loca? ¡Moriré!-. Espetó.
- Por favor-. Dije juntando las manos.
- No...-. Respondió.
- Amy, te juro que te llevo a conocer a chiicos guapos-. Ofrecí.
Amy me fulminó con la mirada.- ¿Que crees que soy? ¿una prostituta?
Se me acababan las opciones, escuche los pasos de Peter cada vez más cerca.
- Por favor...-. Volví a insistir.
Amy me miro, miro hacía el balcón.
- Vale...- Respondió.
ESTÁS LEYENDO
Cartas anónimas
Teen FictionChristopher y Rebeca, mejores amigos por tres años, se conocieron cuando tuvieron nueve y por problemas se separaron a los doce. Rebeca no tuvo la oportunidad de decirle que lo amaba, apenas eran niños sin conocer el amor y se dio cuenta de que lo a...