Hice una mueca y me gire para encarar a la persona que estaba detrás de mi, me alegré al saber que no era Chris y la tranquilidad que Charles transmitía era admirable, estaba acuclillado a mi lado, esbozando una sonrisa como si la situación fuera divertida, su mirada se enfocó por encima de mi hombro, supongo para cuidarnos de Chris.
- ¿Te apetece si vamos por un café?-. Preguntó divertido.
No pude evitar reírme, al menos una risa pequeña nada escandalosa.
- ¿A esta hora?-. Pregunté sorprendida.
Digo, tampoco es como si fuera muy muy tarde, pero ya había sol, había empezado a hacer calor... ¿a quien se le ocurre tomar café a las dos de la tarde?
- Un helado entonces-. Dijo Charles alzando las cejas.
Sonreí, era un chico realmente agradable, bueno, estaba claro que no era bueno para cubrir a Chris, es decir, vine y literalmente me escupió que Chris ya había venido preguntando por la chica de las cartas y él sabe que yo soy la chica de las cartas... ¡y no le ha dicho nada a Chris! que es lo mejor del caso.
Charles aún me miraba esperando una respuesta, extendió su mano y la acepté un poco dudosa, nos pusimos de pie, Charles se llevo una mano al bolsillo del pantalón y segundos después me entregó las llaves de la camioneta, sonreí, al menos no las había perdido, si lo hubiera hecho Peter me asesinaba.
- Vamos, Chris esta en algún lugar ya muy muy lejano.
Reí por lo bajo, ¿que clase de consuelo era aquel? Caminamos con paso rápido hasta la camioneta , me adentré al volante y Charles de copiloto, era una escena graciosa, ¿desde cuando iba un hombre y una mujer en un carro y era la mujer quien manejaba?
Encendí la camioneta y comenzamos a avanzar a nuestro destino.
*****
- ¿Le dirás a Chris que eres la chica de las cartas?
Aquella pregunta me hizo quedar en trance, todo estaba saliendo bien, la idea de que yo era una chica cobarde que enviaba notitas anónimas se había quedado atrás hasta este momento, mire mi helado, hice una mueca, regresé mi vista a Charles y lo maldije por haber acabado con mi apetito, tenía un maravilloso helado de chocolate en la mesa, justo frente a mis narices y tenía que llegar Charles a joderlo todo. Empuje un poco el helado hacia enfrente, Charles me miro y pareció comprender.
- Ah no, no, no, no-. Dijo negando repetidas veces con la cabeza.- no me quieras culpar.
Me crucé de brazos, ¿no podía culparlo? ¿no pudo esperar a que me comiera mi delicioso helado y después preguntaba?
- Me hubieras dejado comer primero-. Dije hundiéndome en mi asiento.- Y si, le diré...
- ¿Cara a cara, o enviaras más notas para hacer que pierda la cabeza?-. Preguntó con su helado en las manos.- Sería divertido que jugaras con él...
Ladeé la cabeza, aún de brazos cruzados ¿que clase de consejo era ese?
- ¿Que amigo da ese tipo de consejos?-. Pregunté consternada.- ¿Y dónde compro un amigo así?
- ¿Por qué querrías un amigo como yo?-. Preguntó bajando la cabeza.
Lo miré y fruncí el ceño.
- ¿Cómo que por qué?-. Pregunte alzando los hombros.- Un amigo que no sea de esos aburridos que digan: "ya dile, no lo trates así" o "pobre chico, no le hagas eso" o "no se lo merece".
- Se lo merece, tenlo por seguro-. Dijo asintiendo levemente.
- ¿Por...?
- Chris también es un cobarde...-. Me interrumpió.
- ¿Gracias?-. Dije algo molesta.
- No te ofendas... mucho más que tú-. Dijo esbozando una sonrisa.
Lo miré seria, ¿más cobarde que yo?
- De verdad-. Dijo asintiendo.- le gustabas...
Supongo que aquello era una señal, verbo pasado.
- Gustas-. Dijo sacándome de mis pensamientos.
Tenía que corregir, los nervios regresaron a mi cuerpo, aquella incertidumbre me invadió de nuevo, aquel valor del que me había llenado para decirle la verdad a Chris se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos, todo era tan complicado, cuando ayer me grito aquello creí que me odiaba y ahora, ahora tengo miedo de lo que pueda pasar, no quiero que me quiera, aquello solo empeorará las cosas. Mire a Charles, que me miraba preocupado.
- Me dijo lo que hizo ayer-. Confesó.- Y esta arrepentido, y esta arrepentido de haber besado a Cordelia, esta arrepentido de jugar contigo...
- ¿Jugar conmigo?-. Interrumpí.- En todo caso soy yo la que hace eso...
- Me contó lo que le dijiste el día después de la fiesta...
- ¿Que le dije?-. Pregunté alzando la voz.
¿Que le dije como para que él pensara eso? ¿cuando la maldita que juega con los sentimientos de las personas soy yo?
- Me dijo que fue como si lo hubieras golpeado-. Continuó.- muy fuerte.
- ¿Que le dije?-. Insistí.
- Que no había nadie más bipolar que él, cuando le dijiste que cambiaba muy dramáticamente de opción, que le dijiste: "mira quien habla: Rebeca, me gustas, Rebeca, ayúdame a encontrar a la chica de las cartas, Rebeca, me estoy besando con Cordelia"-. Dijo evitando una risa.
La imagen de Charles evitando una carcajada sólo logró que yo estallará en ellas, comencé a reírme atrayendo la mirada de las pocas personas que estaban en el lugar.
- No fui tan cruel-. Dije entre la risa.
- Para él si...
Aquellas palabras hicieron que me quedara callada, baje la mirada, no podía creer aquello, ¿como pudo ofenderse tan rápido?
- Rebeca, prometiste buscarlo la noche de la fiesta-. Dijo captando mi atención.- ¿por qué no lo hiciste?
Lo miré molesta, el no lo entendía, el no lo vio besándose con la zorra de Cordelia y lo más importante el no entiende lo que es para mi pararme frente a Chris y sentir como todos esos sentimientos reprimidos regresan de golpe.
Deje caer mi cabeza en la madera de la mesa, las lágrimas pugnaban por salir, de pronto sentía la necesidad de gritar a los cuatro vientos quien era, que era Becca, Becca la mejor amiga de Chris, la amiga que dejo en Madrid y hasta ahora el sigue creyendo que esta allí.
- ¿Estas llorando?
La voz de Charles me sacó de mis pensamientos, fue entonces cuando me enteré de que mis mejillas estaban húmedas y tenía la visión borrosa.
Me incorporé en mi asiento, Charles me miraba preocupado, me limpié las lágrimas y con todo mi valor... pregunte:
- Exactamente... ¿que sabes sobre Becca?
Charles abrió los ojos de par en par, su mirada se perdió en la mesa y después volvió a mirarme.
- ¿Eres tú la chiquilla que se enfermo por su culpa?
Maldito Chris hijo de la gran... ¿por qué tenía que decirle que me tiró a una fuente y me resfrié?
Por qué no simplemente dijo: "Becca fue mi mejor amiga, vivimos muchas aventuras".
- ¿Eres esa chica con la que él se perdió?-. Preguntó.- Tu papá es super buena onda, ¿cómo es posible que no le haya dicho nada a Chris por algo así?
Estúpido Chris...
Me llevé una mano a la frente.
- ¿Que más te dijo de mi?-. Pregunté con toda la calma posible.
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Cartas anónimas
Teen FictionChristopher y Rebeca, mejores amigos por tres años, se conocieron cuando tuvieron nueve y por problemas se separaron a los doce. Rebeca no tuvo la oportunidad de decirle que lo amaba, apenas eran niños sin conocer el amor y se dio cuenta de que lo a...