1

153 5 0
                                    

–Dos cafés con leche y un sándwich de queso para la mesa tres –digo la comanda que acabo de apuntar a mi compañero de la cafetería que se encuentra en la barra.

–¡Oído! –responde sonriéndome mientras prepara la cafetera con lo que le he pedido–. Hoy es mi último día en la cafetería, ¿te quedarás para la despedida no?

–¡Por supuesto! No me lo perdería por nada del mundo –le sonrío–, pero me gustaría que no te fueras. Es agradable tenerte por aquí todas las tardes, la cafetería no será lo mismo sin ti.

–Anda no seas aduladora –comenzó a hacer el sándwich sin mirarme–, ya verás que ni te darás cuenta de que no estoy. Además en unos días tendrás un nuevo compañero que me sustituya.

–Eso no me tranquiliza, prefiero la rutina, que nada cambie.

–Pero Leah no te puedes quedar anclada en la rutina –se gira y me deja los cafés que he pedido y el sándwich en una bandeja–, tienes que dejar que las cosas sucedan, vivir la vida, experimentar, arriesgarte.

–Para mi no es tan fácil Tony.

Recogí la bandeja que había preparado y me dirigí a la mesa que había hecho ese pedido, y mientras lo hacía oí el suspiro de Tony desde la barra. Él no entendía a lo que me refería, lo veía todo fácil cuando no lo era, solo yo conocía cual era realmente mi situación y la que debía decidir sobre mi vida.

Dejé el pedido en la mesa con una sonrisa, como siempre, y me puse a atender otras mesas y limpiar las que se habían desocupado. Sabía que había sido un poco brusca con mi comentario hacía Tony, pero después de ver como muchas personas se metían en mi vida e intentaban cambiarla había comenzado a contestar así. La vida me había dado palos que no quería recordar, por lo que decidí que centrándome en mis estudios y en mi trabajo, podría deshacerme de todo ello, y por ahora lo había conseguido.

Trabajo en esta cafetería, Sweet Coffee, desde hace más de un año que fue el momento en que mi vida cambio. No quería recordar todo lo que me había sucedido, así que después de un tiempo de pena decidí que era el momento de ocupar mi vida con mil cosas para no tener tiempo para pensar. Es por ello que trabajo aquí, que estudio por las mañanas y que vivo en una hermandad, por lo que mi tiempo para vivir fuera de eso es cero.

Quien no me conoce piensa que vivo una vida amargada, que no me divierto y que soy muy controladora, pero es todo lo contrario. La hermandad organiza muchas fiestas por lo que tengo la obligación –bueno "obligación" porque en verdad me encanta ir– de asistir y divertirme, conozco a muchos chicos en cada una de ellas por lo que tengo mis líos de vez en cuando. No quiero atarme a ningún chico, no he tenido buenas experiencias, así que ahora que estoy en la universidad solo quiero disfrutar sin ataduras. Solo controlo un poco ese tema y tengo una rutina bastante marcada, pero en términos generales siento que soy bastante libre.

Cuando terminamos hoy el horario en la cafetería —a las 22:00 de la noche— cerramos la puerta a los clientes, limpiamos todo y sacamos una botella de vino para brindar por la despedida de Tony. Tiene que dejar el trabajo porque ha conseguido un puesto de ayudante del chef en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Todos estábamos muy orgullosos de él y de la gran oportunidad que se le estaba ofreciendo, pero también le echaríamos mucho de menos ya que era un gran apoyo y siempre conseguía sacarte una sonrisa.

—Espero que un día vayas a visitarme al restaurante —dijo Tony alzando su copa y chocándola suavemente con la mía.

—Si me invitas a algo rico prometo pasarme.

—Eso está hecho —sonrió y bebió de su copa sin dejar de mirarme—. Y aún siendo el último día voy a acompañarte a la hermandad.

Tony llevaba acompañándome a la hermandad desde que se enteró de que vivía ahí. Al principio pensé que era su forma de acercarse a mí, y que en algún momento intentaría lanzarse para tener algo conmigo, pero estaba bastante equivocada. Lo que realmente pretendía él era que yo llegara sana y salva a casa, pero también encontrarse con chicas universitarias dispuestas a pasar una noche con él. Tony no quería tener complicaciones en el trabajo si nosotros nos liábamos —aunque le atraía bastante y había luchado contra él mismo para no lanzarse encima de mí, palabras textuales suyas— y la verdad es que yo tampoco.

Hold Me Tight [Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora