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Entré en mi habitación y me desplomé en la cama, dejé caer el bolso en el suelo y cerré los ojos.

—¿Un día duro en la cafetería? —dijo una voz desde la otra cama. Giré la cabeza y abrí los ojos para mirar a mi compañera de cuarto, Lily, de la cual no me había percatado de su presencia al entrar. Estaba tan cansada que solo quería dormir y olvidar lo horrible que había sido el día de hoy.

—No sólo ha sido duro sino horrible.

—¿Qué ha pasado? —preguntó curiosa dejando el libro que estaba leyendo.

—¿Recuerdas que hoy venía un nuevo empleado a la cafetería y que me habían pedido ayuda para que se integrara? —asintió a mi pregunta mirándome con curiosidad—. Pues era un chico y lo he hecho horrible.

—No lo entiendo ¿qué has hecho horrible?

—Pues todo —me senté en la cama para poder mirar mejor a mi amiga—. Mi cabeza y mi cuerpo no iban en el mismo sentido. Estropeé el primer momento frente a él diciéndole que era chino y luego todo fue a peor, tire vasos, confundí mesas, ensucie todo el mostrador,... Un desastre horrible.

—¿Chino? —preguntó levantando la ceja—. Leah te puedes calamar un momento, no estás explicando las cosas bien y no estoy entendiendo ni la mitad de lo que quieres decir.

Suspiré y empecé desde el principio, explicando todos los detalles que me había saltado anteriormente. Lily me miraba con atención y hacia breves exclamaciones cuando contaba mis múltiples errores. Cuando termine de desahogarme nos quedamos un rato en silencio mirándonos.

—¿Qué opinas? —pregunté para romper el silencio.

—Creo que te merecías que te pasara esto. No me mal interpretes, me da mucha pena que te hayan sucedido todas estas cosas, pero si me hicieras caso por una vez en tu vida no te hubiera pasado nada de este estilo. Como te dije en el almuerzo tienes que salir de este mundo en el que te has metido, y la prueba de que las cosas están mal en ti la has probado hoy. Tienes que empezar a vivir la vida como surja no con un control como el que llevas.

—No puedo hacer eso, necesito tenerlo todo hilado o sino las cosas saldrán mal.

—¿Tan mal como hoy? —se cruzó de brazos mientras me miraba levantando una ceja acusadora.

Sabía que tenía razón y una parte de mi quería cambiar, pero la otra tenía mucho miedo a que volviera a perderme como hice en el pasado. No quería volver a aquella época y esta me había traído muchas cosas buenas, pero puede que fuera el momento para empezar a cambiar mis hábitos.

—Entiendo que lo que pasó con Evan aún está presente en tu memoria. Fue un mal trago y no le deseo a nadie lo que te pasó, pero ya han pasado casi dos años desde eso y tienes que seguir adelante, Leah. Si te quedas anclada donde estás ahora sería como si Evan hubiera ganado la partida, y no voy a dejar que él te destruya más de lo que ya ha hecho.

—Lo sé, pero tampoco recuerdo cómo era mi vida antes de controlarlo todo —respondí a su comentario mirando mis piernas cruzadas encima de la cama.

—Ahora mismo es normal que te cueste volver, incluso recordar, como era todo antes, pero no tienes que volver al pasado, sino crear un nuevo futuro.

—Que filosofa estas —bromee mirándola.

—Calla, que estoy intentando ayudarte —me tiró una de las miles de almohadas que tenía en su cama—. ¿Por dónde iba? —se quedó pensativa un segundo—. ¡Ah si! Tienes que crear un nuevo futuro, ir paulatinamente dejando de controlar todos los detalles de tu vida.

—¿Y cómo se hace eso?

—Déjame a mí encargarme de eso —sonrío malévolamente.

—No me gusta como suena eso.

Y era verdad, no me gustaba nada. Lily era conocida por tener muy buenas ideas, pero muchas veces esas ideas eran una locura, y una locura de las gordas. Cada vez que había una nueva fiesta en la universidad teníamos miedo de las ideas que podían surgirle, pero también eso la hacía muy buena para su trabajo.

Igualmente sabía que Lily no haría nada para hacerme daño y que su idea, por muy loca que fuera, conseguiría sacarme de esta vida monótona que tenía. También tenía muy claro que si no me sentía cómoda podría decírselo sin tapujos, porque ella lo entendería y buscaría otra forma de solucionarlo todo.

—Y ahora tengo que preguntarte otra cosa —dijo de repente sacándome de mis pensamientos.

—¿Qué cosa? —pregunté cautelosa porque me imaginaba por donde irían los tiros.

—Ese coreano nuevo que trabaja contigo ¿es guapo?

Lo sabía. Desde que había mencionado que el nuevo empleado había sido un chico, sin nombrar su nacionalidad ni nada, sus ojos se habían agrandado y la pregunta había estado picándole en los labios desde entonces. La conocía muy bien y era una cotilla de las buenas, le encantaba hablar de chicos.

—Es mono.

—¿Mono? Vamos Leah a mí no me la cuelas, dime exactamente como es, no te olvides de ningún detalle.

—Sabes que no puedo mirarlo de esa forma, trabajamos juntos, sería muy incómodo.

—¿Quién ha dicho que te tengas que acostar con él? Vamos desembucha, solo estamos hablando de chicos.

Reí por su comentario y comencé a hablarle de Jimin. De su pelo castaño, sus preciosos ojos achinados y penetrantes, de los músculos que se le marcaban en los brazos, incluso de lo que me imaginaba que podría haber debajo de esa camiseta. También le comenté el momento que tuvimos en el descanso, como se comportó conmigo y que me pareció un buen chico aunque no nos hubiéramos dado una impresión muy agradable al principio. Le conté todo como a ella le gustaba, con detalles —demasiados detalles—.

—Uhhh... A ti ese chico te mola.

—¿Cómo me va a molar si no le conozco? Además ya te lo he dicho, trabajamos juntos y no puede haber nada entre nosotros porque sería muy incómodo.

—Ese es tu problema, te cierras al amor, a vivir la vida. Libérate y disfruta de ese coreano.

—No voy a hacerlo, va en contra de mis principios —me levanté para coger mi pijama y una toalla para poder darme una ducha.

—Va en contra de tu vida controlada.

Ignoré su comentario y salí de la habitación, dirigiéndome al baño para tomar una buena ducha. Esperaba que el agua calmara mis pensamientos y me tranquilizara.

No pensaba hacer caso a lo último que había dicho Lily, podía querer salir de esta zona de confort en la que me había metido, pero no iba a cometer la locura de acostarme con mi compañero de trabajo para que luego hubieran malos rollos. Bastantes cosas tenía ya en la cabeza como para preocuparme por otra más.

Pero lo que no se me iba de la mente era la afirmación de Lily... ¿En serio me atraía tanto Jimin?

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¡Holaaaaa!
Siento haber estado tan desaparecida estos días y no haber actualizado, pero he tenido una semana extraña y no me apetecía mucho escribir. Así que como recompensa hoy os traigo dos capítulos nuevos del fic, este es el primero y ahora os subo el segundo, en el que va a aparecer un personaje nuevo jeje.
Espero que os este gustando el fic y prometo que dentro de poco las cosas se van a poner más interesante. Mientras tanto comentadme, ¿cuál creéis que será la idea de Lily para sacar a Leah de su vida monótona?

Besitooooosss! <3

Hold Me Tight [Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora