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Habíamos llegado hace una eternidad al bar, puede que fuera poco tiempo pero a mí se me estaba haciendo inmerso, y habíamos pedido unas copas. Estábamos sentados en una de las pocas mesas que tenía el bar y estábamos manteniendo una conversación entre los cuatro, pero la verdad es que yo no hablaba demasiado, estaba más preocupada en respirar.

¿Recordáis mis nervios cuando Jimin vino a trabajar a la cafetería? Pues esta vez estaba peor. Lily me había metido mucha presión antes de venir recordándome que era mi momento de cambiar, que tenía que dar el siguiente paso con Kevin y que seguro que no me iba a arrepentir. Además de que él, sin darse cuenta, también me estaba presionando con el roce de su mano en mi espalda cada momento.

Sentía que la noche se estaba haciendo muy larga y no lograba tranquilizarme, así que comencé a beber para controlar las ganas que tenía de salir corriendo. Ya iba por la tercera copa, creo, y empezaba a sentir los efectos del alcohol dentro de mi. No me molestaba tanto la mano de Kevin, y la cháchara sin sentido de Josh.

—Leah —me llamó alguien.

—Mmm... —fue lo único que salió de mi boca mientras giraba mi cabeza para mirar a Kevin.

—¿Te encuentras bien?

—De maravilla —respondí sonriendo, pero me da que parecía una mueca más que una sonrisa—. Me apetece mucho bailar. ¡Vamos!

Cogí la mano de Kevin y tiré de él para que se levantara. Oí como Josh le preguntaba a Lily que me pasaba, pero la verdad es que me daba igual. Comencé a moverme con la música y sentí las manos de Kevin en mi cintura. Puse mis manos en sus hombros y moví más las caderas, siguiendo el ritmo. Me sentía mejor, más liberada después de haber bebido un poco.

Cuando Kevin se acercó más a mi buscando mis labios, me aparté y le pedí que me buscara otra copa. Aún no estaba del todo borracha como para tirarme a su cuello desesperada. Seguí bailando sola hasta que sentí como me agarraban suavemente de la mano, ¿ya había vuelto Kevin? ¿Estaba tan borracha que ya no controlaba el tiempo que estaba pasando?

Me giré para encontrarme con quien me estaba agarrando la mano, y me encontré con los dulces y achinados ojos de Jimin. No esperaba encontrármelo en este bar, pensé que le iba otro tipo de fiesta.

—¿Leah?

—Oh, Jimin —me tiré a su cuello y lo abracé... Espera un momento ¿lo abracé?

Pues si, tenía que estar lo suficientemente borracha si me había tirado a su cuello sin pensármelo dos veces. Sus manos se posaron en mi cintura y me apartaron suavemente, después de estar un rato pegados.

—¿Te encuentras bien?

—¿Qué haces aquí?

Hicimos las preguntas a la vez y yo me reí como una tonta por lo que acababa de ocurrir. Sus manos siguieron en mi cintura, y yo no podía quejarme. Estaba muy guapo con esa chaqueta de cuero que lleva siempre a trabajar, unos vaqueros que le marcan el culo y una camiseta negra que se le pegaba en las zonas adecuadas.

—¿Te encuentras bien? —volvió a preguntar mirándome a los ojos.

—Me encuentro de maravilla —dije sonriendo como una tonta mientras levantaba los brazos al aire.

—Ya veo.

—¡Eh! ¿Quién eres y qué haces tocando a mi chica? —preguntó desafiante Kevin con mi copa en una de sus manos cuando llegó.

¿Su chica? ¿De dónde había sacado eso? Me giré en los brazos de Jimin y le miré cruzándome de brazos.

—Yo no soy tu chica, soy mi chica —¿eso tenía sentido?

Hold Me Tight [Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora