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Seguía sin creerme lo mucho que había pasado Jimin, todo el daño que le habían hecho, pero aún menos podía creer que yo le había hecho tanto bien, y haber encontrado a una persona que me amara de la forma que me amaba él.

Después de su confesión habíamos acabado en la cama, y ahora me encontraba apoyada en su pecho, acariciando su piel desnuda distraídamente mientras él hacía lo mismo en mi brazo y espalda. Me dio un beso en la frente.

–Tengo que ir a buscarle –dijo parando de tocarme. Me moví para poder verle la cara, se le notaba más tranquilo que antes, aunque aún tenía esa incomodidad dentro de él.

–¿Quieres que te acompañe?

–Creo que lo mejor es que vaya yo solo y hablemos tranquilamente –me apartó un pelo de la cara–. Por como se ha comportado intuyo que lo que necesita es que estemos solos.

–¿Vas a contarle todo lo que me has dicho?

–Sí –suspiró–, será complicado porque le voy a destruir la opinión que tiene de papá, pero es mejor eso a que siga viviendo en una mentira.

–Tampoco es bueno para ti seguir viviendo siendo el único que sabe lo sucedido, bueno, aparte de tu padre.

–Exacto, además de que echo de menos a mi hermano.

–Entonces ve a buscarlo.

Me aparté para dejarlo bajarse de la cama y contemplé como se vestía con unos vaqueros, una camiseta, el suéter y unas zapatillas. Se acercó a mi, me cogió de la barbilla y me dio un beso en los labios.

–Te amo, espérame aquí, en casa.

–Yo también te amo –respondí sonriendo suavemente por su comentario–, ten mucho cuidado.

Cuando oí la puerta de la entrada cerrarse me dispuse a vestirme y recogerlo todo para cuando volvieran. También porque necesitaba estar distraída con algo o me pondría a pensar en todas las posibilidades de dejarlos solos. No habían pasado ni veinte minutos y había recibido un mensaje de Jimin en mi teléfono, donde me decía que había encontrado a Jungkook en la cafetería donde trabajábamos y que se quedarían a hablar allí.

Al acabar de recoger todo me puse en la cama de Jimin con su portátil a ver algunos vídeos en Youtube. Se estaba haciendo la hora de comer, pero imaginaba que tendrían que aclarar un montón de cosas antes de volver a casa. Esperaba que no llegaran a pegarse, que se entendieran perfectamente hablando y que se perdonaran, pero puede que fuera pedir demasiado.

A las cinco de la tarde oí como la puerta de la entrada se abría y se volvía a cerrar, después apareció Jimin en la habitación, cerró la puerta detrás de si y se dejó caer en la cama a mi lado. Yo me había dormido viendo un vídeo mientras les esperaba para comer, así que me giré hacía el y le acaricie la cara.

–¿Qué tal ha ido? –pregunté mirándole a los ojos. Se le notaba agotado, pero más tranquilo que antes.

–Ha costado, pero hemos hablado tranquilamente y nos hemos entendido. Esta en la habitación terminando de procesarlo todo.

–Me alegro mucho –le di un beso en la mejilla y me dispuse a levantarme para ir al baño.

–Ya lo sabía –dijo cuando me iba a levantar, me giré y lo miré confusa–. Había descubierto parte de lo que le conté por sus propios medios, solo tuve que confirmarle que eran ciertos.

–¿Cómo lo supo? –pregunté curiosa.

–Hyolyn –se levantó para quedarse sentado en la cama–. Al parecer escuchó una conversación que ella estaba manteniendo con mi padre. Ella estaba cabreada y le exigía saber mi paradero, porque la estaba haciendo quedar mal con sus familiares y amigas al haberla dejado sola.

Hold Me Tight [Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora