Capítulo 29. Parte 2.

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Aquel apretón de esencias la sonrojó. Aun así, tardó en desprenderse de su calor. Incluso cuando él la soltó, para continuar cenando observado por las miradas atónitas de sus compañeros de mesa, sintió durante un largo tiempo su cuerpo contra el suyo. No quería que aquella sensación terminase jamás. Quería abrazarlo, frenéticamente. Quería no solo abrazarlo, sino también estrujarlo, con mucha fuerza. Y reírse con él, en una competición de quien abraza más fuerte.

Se estaba nublando; y como su madre, había volado a otra galaxia, en la que Suga era solo para ella.

Le gustaba. Y no podía negárselo por mucho que lo intentase. Pero era momento de serenarse y disfrutar de la cena, sin esperar ningún trato especial ni declaración.

Continuó cenando, tratando de comportarse educadamente. Durante el plato principal, todos se mostraron reacios y vergonzosos, pero según fueron pasando las horas, ya en el postre nadie parecía tener demasiada timidez, a excepción del joven JungKook, el cual parecía haberse desembriagado a lo largo de la velada.

Perezosamente todos se levantaron y no permitieron a su invitada recoger los platos. Todos, enseguida, se dispusieron a llevar los cubiertos hacia la cocina. Y con un poco de brío que Jin puso a los jóvenes, terminaron enseguida de recoger, y ya tan solo quedaba un inmenso vacío en el salón en el que ahora todos se encontraban, indecisos, sin saber qué decir o cómo actuar.

-Me duele la barriga.-Dijo Taehyung, tratando de hablar de algo.-Oye, _____ ¿a ti te duele la barriga también?

-No, la verdad es que no.-Respondió, entrecortada y con una sonrisa en su rostro.

-¿Te gustan los leones?-Preguntó de repente, sin venir a cuento.

-Prefiero los pingüinos, son más adorables, con sus aletitas chocando contra su cuerpecito pequeño...-su voz se tornó más aguda e infantil.-Con esa carita y esa forma de caminar tan adorable...aisssshhhhh.

-Pero los leones también son bonitos...tienen melena, y rugen. Roaaaaar. Son muy bonitos.

-Pero atacan.

-¡Y los pingüinos también! ¡Si son muy agresivos!

-¿Pero qué dices? ¡Si son hermosos!

-Si son feos como ellos solos....que mal gusto tienes....

-Uy, lo que me ha dicho....sobre los pingüinos...Ojalá uno te golpease.

-Ojalá un león te metiese en su tripita.

-PARAD. PARAD YA.-Dijo Suga, al fin.-¿No os dais cuenta de que vuestra conversación es estúpida?

-No.-Respondieron los dos, al unísono.

-Ay madre mía.....-Añadió, fatigado.

-Son tal para cual.-Alegó J-hope, haciendo sentir a Suga cierto recelo.

-La verdad es que son muy parecidos.-Comentó Jimin, sin malicia.

-Los dos son igual de tontos.-Se entromentió JungkKook, volviendo al acecho.

-¡Que no soy tonto/a!.-Gritaron al unísnono.

-Nadie es tonto.-Dijo Jin, tratando de calmar la situación.-Y ahora, ¿Por qué no hacemos algo más normal?

-¿Cómo qué?-Preguntó Jimin.

-¿Acaso tu nos ves normales?.-Añadió J-hope.

-Yo no.-Respondió Suga, quien, sentado en el sofá, había estado todo el tiempo sentado al lado de ella, percibiendo su aroma dulce, que ahora comenzaba a sofocarle.

Dulce azucarilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora