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Hoy ha sido un día bastante curioso, Lena. No ha sido malo, pero si admito que fue ciertamente desconcertante.

Al día siguiente de tu aparición nocturna, apareció tu hermano dejando un ramo de flores en la tumba de tus padres. Aunque aquello no fue lo que me desconcertó. Fue mas bien sus pasos dirigiéndose hacia la otra tumba que tú solías visitar también lo que me sorprendió. La única persona que había visto visitar aquella tumba eras tú. La persona que tú conocías y tanto parecías querer no parecía conocer a casi nadie puesto que excepto tú nadie más lo visitaba, ni siquiera su propia familia, si aun la tenía.

Tu hermano llegó a agacharse frente a esa tumba y sonreír en silencio por unos segundos. Susurró un "Hey" dirigido a la persona que yacía en la tumba, antes de sacar algo que colgaba de su cuello. Era un colgante con la forma de una caracola de mar. Parecía real por lo que veía, aunque no lo confirmé hasta que las palabras de tu hermano dijeron las siguientes palabras:

"¿Te acuerdas de esto? Este colgante lo hicimos en una noche que ambos nos escabullimos de casa para reunirnos. Encontramos esta caracola con la que podíamos escuchar el pacífico sonido del mar y tú decidiste quedártelo. Recuerdo que aquella noche discutimos porque ambos queríamos aquella caracola. Muy infantil de nuestra parte, ¿no?" Él rió, de manera serena pero con una pizca de nostalgia. "Pero así éramos nosotros. La propia Lena lo decía, que parecíamos niños pequeños, aun cuando la más pequeña era ella. Y sin embargo me acuerdo que al día siguiente apareciste en mi casa. La discusión aun estaba presente en el aire, pero tu decidiste romperlo primero extendiéndome una pequeña caja de regalo. ¿Cuál fue mi sorpresa al abrirlo y encontrarme la caracola unida a una cadena de plata? Realmente no me lo esperaba, que tu propósito desde el principio al querer llevarte la caracola tú era ese. Lena tenía razón después de todo, ¿cierto? En el fondo seguimos siendo como niños." Con lentitud depositó aquel colgante dentro de una caja vieja, que debía haber estado guardada por muchos años en manos de tu hermano, y esa caja la dejó al lado de la pequeña lápida y el jarrón con tus flores de cada semana. "Quiero que ahora lo tengas tú donde sea que estés. De esta forma seguiremos juntos sin importar qué. Espero que no estés haciendo de las tuyas ahí arriba, Neus*"

Tu hermano permaneció en aquel lugar un rato más, recordando anécdotas con esa persona llamada Neus antes de volver a retomar su camino a casa.

Debo admitirte, Lena, que ese nombre me provocó un extraño vuelco al corazón.

Un presentimiento o una sensación que me decía que esa persona me hacía recordar algo vagamente que no lograba  vislumbrar en absoluto.

Posiblemente sólo eran exageraciones mías. Así que no le daré gran importancia al asunto.



*Neus: Significa "nieve" en catalán.


N.D.A.: Con esta aclaración seguramente haré que empecéis a suponeros muchas cosas :3 ¿qué relación puede tener Neus con nuestro protagonista?

Ese es uno de los mayores misterios de esta obra c:


El espíritu de la nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora